Lo ocurrido con José María García merece otro post. He estado viendo como Federico Jiménez Losantos pone a parir a José María García, pero sobre Losantos casi prefiero no decir nada, hablar sobre él es como hacerle caso a un mono. Federico demuestra que las críticas de los que se suponen amigos suyos las encaja verdaderamente mal, y más si le dicen que ha dejado de ser un periodista para convertirse en un libertino.

Pero me encuentro sucesivamente con que en mi blog y en otros, la entrevista de José María García ha levantado ampollas en aquellos que querían que el periodista estuviera sujeto a unas determinadas ideas y que de ellas no se saliera, y que si algo no le gustaba se callara.

Dudo mucho que José María García se haya vendido por dinero, y tampoco creo que quiera cobrarse venganza. El siempre ha sido un periodista sensato, con algún exceso, y con su siempre animadversión al grupo PRISA, y ha dicho siempre que ha podido lo que pensaba, y digo siempre que ha podido porque estoy seguro que es de los que sabe no hablar mal de aquellos que son sus jefes, de la misma forma que todo blogger no habla mal de periodistadigital en periodistadigital o en otro medio. Nadie es tonto de escupir sobre quien te da el micrófono o en nuestro caso el blog.

Pero voy a defender a José María García de críticas de sectores de la derecha, todos tenemos que tener libertad de opinar de aquello que no nos guste. Pues José María García no se ha vendido, no se ha pasado al grupo PRISA (al que sigue llamando no sin poco acierto, el Imperio), y dudo mucho que lo haga, sabe donde está su público y sabe donde está su sitio, cambiar de sitio deterioraría su imagen y entonces pasaría a producir cuatro perras.

Lo que ha dicho de Aznar es cierto, Aznar desde hace 5 años ya no es el mismo. Aznar fue quien fraguó con su orgullo la derrota del PP consumada con un brutal atentado. Aznar está herido en su orgullo, aquel presidente inteligente que yo vi al frente del gobierno español ya no es el mismo que veo ahora atacando al PSOE. Aznar no obra ya ni por el bien de su país, sino por su ego y orgullo, y el orgullo tiene la capacidad de consumirte sin que te des cuenta. Aznar de persona preparada en los debates, de gran presidente que refutaba críticas socialistas, ha pasado a ser justo aquello que nunca creí que pudiera caer. Lo que José María García ha percibido es el ocaso de un gran líder, el cual cada vez está más y más acabado ante el resurgir de nuevas cabezas en el PP a la sombra del propio Rajoy, como es Esperanza Aguirre.

Pues no teneis razón en vuestro juicio a José María García, el mismo planteamiento le aplicaron a German Yankee cuando dimitió de Diario de la Noche en Telemadrid por oponerse a seguir la teoría de la conspiración del 11 M. Basta de tonterías, acepten la crítica, bien os gusta cuando Ibarra o Rosa Díez discrepa de Zapatero acepten que en el seno de la derecha inevitablemente ocurre lo mismo que en la Izquierda, y por boca hasta de sus propios periodistas y políticos.