El “milagro” de Lerma.

En Lerma y viendo cantar a las monjas desde las rejas he estado dos veces, y las dos veces con dicha parroquia y con el mismo sacerdote, cuya hermana y amigas estaban allí, que nos llevaba en coche. Reconozco que es un convento vivo, que producen unos dulces riquísimos como las tartaletas, y que graban canciones religiosas. Hasta ahí su actividad es como la de muchos otros conventos de clausura. La diferencia estriba en que existe una auténtica campaña de promoción del convento de las Clarisas de Lerma que no existe ni he visto con ninguna otra congregación u orden religiosa. Habiendo en Madrid religiosas que atienden ancianos, enfermos, colegios, etc, me resulta curioso como ciertas parroquias mueven continuamente a jóvenes allí y dichos sacerdotes no hacen más que hablar de estas religiosas como si las demás fueran lo peor de lo peor.
No es todo gracias a la abadesa de Lerma, ella entre sus rejas lo único que hace es rezar y atender a las visitas con suma cortesía y desde las rejas, salvo que seas sacerdote, en cuyo caso pasas dentro del convento. Desde luego con sacerdotes que llevan a casi todos los jóvenes de su parroquia a Lerma y hacen tal propaganda, no es de extrañar el resultado.
Un problema de la Iglesia progresista es que ha sido incapaz de promover vocaciones sacerdotales y religiosas en su seno. Prácticamente algunas figuras del progresismo eclesial y que actualmente pululan por la Asociación Juan XXIII han olvidado por completo la necesidad de desarrollar un relevo generacional o de mantener en la Iglesia a muchos jóvenes y no tan jóvenes. En su lugar se han dedicado a hacer la cama a todos aquellos que querían hacer desaparecer el progresismo eclesial, y cuanto más bajaba la práctica religiosa en España lo único que han sabido hacer es culpar a los obispos y alegrarse sin darse cuenta que el fracaso no era de los obispos, sino también suyo. Estamos desapareciendo y los nuestros no solo no hacen nada, sino que incluso hasta se alegran, esa es la conclusión que he sacado viendo sus declaraciones.
El problema de muchas congregaciones y órdenes religiosas no es otro que mientras el sector conservador hace campaña para desviar las vocaciones hacia quienes mantienen sus posiciones, los progresistas en cambio secularizamos vocaciones, y ellos son victimas del vacío generado por los unos y los otros. El resultado es el que actualmente podemos ver. ¿Cuándo se pondrá remedio? No lo sé. De seguir así el resultado será una iglesia mutilada de su total capacidad de conectar y adaptarse a los tiempos sin renunciar a sus principios fundamentales, y unas personas buscando a Dios tal vez por otros caminos ya que por la Iglesia Católica terminaran encontrando su camino a Dios solo unos pocos.