La clave está en la sociedad civil

El bien común, que cualquier grupo humano ha de perseguir, se asienta en un taburete de 3 patas: las administraciones públicas, las empresas privadas y la sociedad civil.

Se ha escrito mucho sobre la responsabilidad social de las empresas y hay, de hecho, muchas prácticas implantadas. Algunas son serias pero hay mucho más ruido que nueces. El cortoplacismo hace que para muchos directivos la Responsabilidad Social llegue a ser el “quiero y no puedo”. Y la otra gran dificultad es que muchos directivos separan la ética personal de la profesional.

Por lo que respecta a las administraciones públicas éstas se encuentran muy desprestigiadas. Y, en muchos casos se lo han ganado a pulso, con una gestión rodeada de favoritismos, arbitrariedades, corruptelas y mediocridades.

En un contexto en el que tanto lo público como lo privado están tan desprestigiados hay una gran labor a realizar. Y, puesto que no se puede prescindir de ninguno de ellos, hay que lograr que no sean el problema sino que formen parte de la solución.

¿Cómo hacerlo?

Si el comportamiento de las empresas y las administraciones públicas no está muy condicionado por la ética y si las mismas no actúan responsablemente por CONCIENCIA hay que hacer que lo hagan por CONVENIENCIA. Que se vean impulsadas a hacerlo porque hay una sociedad civil despierta, crítica y exigente. Que discrimina entre políticas responsables e irresponsables.

Una sociedad adormecida, con ciudadanos poco concienciados, consumidores poco exigentes y administrados decepcionados hace poco por impulsar comportamientos responsables. Pero si esa sociedad llega a despertar será capaz de discriminar. Y si discrimina provocará la necesidad de que tanto las empresas como las Administraciones públicas velen por cuidar y mejorar su reputación.

MORALEJA

La sociedad civil tiene un reto apasionante y esperanzador que tiene que ver con:

• Aumentar el nivel de exigencia ética a las empresas y a las distintas organizaciones.

• Poner el foco de atención no solo en qué hace una empresa o una organización social o politica sino también en cómo lo hace: cumpliendo la legalidad o incumpliéndola; justa o injustamente; solidaria o insolidariamente.

• Decir ¡No todo vale! Porque, ¡Claro que no todo vale!

• Actuar, incidir e influir sobre “lo posible” (las actitudes personales y los comportamientos de las Organizaciones) buscando ampliar el horizonte de “lo imposible

NOTA
Desde el convencimiento anterior he escrito el libro que ves en la imagen
Volver arriba