"La fiesta del Pilar no tuvo la menor presencia en el descubrimiento de América hasta mediados del siglo XVII" La Virgen de Guadalupe, Reina de la Hispanidad, por mucho que algunos se empeñen

Virgen de Guadalupe, Reina de la Hispanidad
Virgen de Guadalupe, Reina de la Hispanidad

Se celebra en Guadalupe el Día de la Hispanidad en conmemoración de la coronación canónica de la Virgen de Guadalupe, el 12 de octubre de 1928, como “Hispaniorum Regina”

Que  festividad de la Virgen del Pilar coincida con el Día de la Hispanidad, ha generado cierta confusión en la opinión pública al identificar ambas celebraciones

Hoy es frecuente, sin el menor recato, falsear hechos históricos utilizando sutilmente términos equívocos, que dan lugar a distintas interpretaciones que causan confusión y modifican la realidad

Es obligado señalar que la Unesco al declarar al Monasterio y la Basílica de Guadalupe Patrimonio de la Humanidad, el 11 de septiembre de 1993, argumenta que 'la famosa imagen de la Virgen de Guadalupe ha sido el símbolo más representativo de la cristianización de una gran parte del Nuevo Mundo"

No se trata de crear rivalidad entre distintas advocaciones de la Virgen, pero esto no invalida la constatación de una verdad histórica, que está fuera de toda duda, basada en documentos escritos

Todos debemos saber, y de forma especial los extremeños, que el título de Reina de la Hispanidad lo ostenta oficialmente la Virgen de Guadalupe, siendo la única portadora de dicha distinción

Con gran solemnidad y presencia de personas llegadas de distintos puntos de Extremadura y de países hispanoamericanos, se celebra en Guadalupe el Día de la Hispanidad en conmemoración de la coronación canónica de la Virgen de Guadalupe, el 12 de octubre de 1928, como “Hispaniorum Regina” o Reina de las Españas, como figura en el anverso de la lustrina de su corona, por el cardenal Primado D. Pedro Segura Sáez, como legado del Papa Pio XI y en presencia del rey Alfonso XIII.

El hecho que el 12 de octubre, festividad de la Virgen del Pilar, coincida con el Día de la Hispanidad,ha generado cierta confusión en la opinión pública al identificar ambas celebraciones. Hoy es frecuente, sin el menor recato, falsear hechos históricos, máxime cuando éstos no se consideran vitales para la sociedad y por lo tanto no alcanzan la dimensión debida en los medios de comunicación. Esto posibilita que la verdad se oculte, por quienes están interesados en ello, utilizando sutilmente términos equívocos, que dan lugar a distintas interpretaciones que causan confusión y modifican la realidad.

Es obligado señalar, antes de entrar en otras consideraciones, que la Unesco al declarar al Monasterio y la Basílica de Guadalupe Patrimonio de la Humanidad, el 11 de septiembre de 1993, destaca la íntima vinculación del santuario de Guadalupe, tanto en el descubrimiento de América, como en su colonización y evangelización y argumenta que “la famosa imagen de la Virgen de Guadalupe ha sido el símbolo más representativo de la cristianización de una gran parte del Nuevo Mundo”.

Por mucho que algunos se empeñen, la fiesta del Pilar no tuvo la menor presencia en el descubrimiento de América hasta mediados del siglo XVII, fecha posterior a 1613 que es cuando el Ayuntamiento de Zaragoza traslada la fiesta del Pilar del 2 de enero al 12 de octubre, lo que posibilitó establecer una relación, no documentada históricamente, con el descubrimiento del Nuevo Mundo.

El 12 de octubre de 1892, con motivo del IV centenario del Descubrimiento, se instituye ese día como Fiesta Nacional, mediante el decreto firmado en La Rábida por la regenta María Cristina y Cánovas del Castillo.

María Cristina y Cánovas del Castillo
María Cristina y Cánovas del Castillo

En 1913, Faustino Rodríguez San Pedro, como Presidente de la Unión Ibero-Americana, introducía el cambio en la denominación de Fiesta Nacional por Fiesta de la Raza, lo que se ratificó oficialmente en 1918 por el decreto de Antonio Maura, firmado por Alfonso XIII. Por otra parte, el presidente de Argentina, en 1917, declara Fiesta Nacional de su país el 12 de octubre, lo que secundarían otros países iberoamericanos.

El obispo Zacarías de Vizcarra recuperó el concepto de Hispanidad y en un artículo publicado en Buenos Aires, en 1926, propuso el cambio de nombre a la mencionada Fiesta. Ramiro de Maeztu, que había sido Embajador de España en Argentina, junto a otros intelectuales como Unamuno y el cardenal Gomá se unieron a esta iniciativa y defendieron, así mismo, sustituir el término Raza por Hispanidad, por considerarlo más apropiado.

En el del homenaje a Francisco Pizarro, con motivo del cuarto centenario de su muerte, se celebró en Guadalupe el 25 de junio de 1941 una serie de actos presididos, en nombre del Jefe del Estado, por D. Ramón Serrano Suñer, ministro de Asuntos Exteriores y presidente de Consejo de la Hispanidad. En su intervenciónel Guardián del Monasterio, fray Santiago Gorostiza, hizo una documentada exposición sobre la relación de la Virgen de Guadalupe e Hispanoamérica y concluyó, al amparo de su argumentación, rogando al señor Serrano Suñer una respuesta sobre qué advocación de la Virgen, entre Guadalupe y el Pilar, tenía más derecho a ostentar el título de Patrona de la Hispanidad.

Festejos

El ministerio de Asuntos Exteriores se hizo eco de dicha petición y encomendó al ilustre franciscano, Juan R. de Legísima, un estudio sobre dicho asunto. El padre Legísima, encarga, a su vez, una investigación a dos reconocidos historiadores, el jesuita Constantino Bayle y el franciscano Carlos G.Villacampa.

El resultado de la investigación fue entregado al Consejo de la Hispanidad en diciembre de 1941. El padre Beyle lo publicó en la revista Razón y Fe y el padre Villacampa en su libro Santa María de Guadalupe en Indias. “Sus conclusiones fueron que mientras el santuario de Guadalupe estuvo íntimamente ligado tanto al descubrimiento de América como a su colonización y evangelización, las razones tocantes al Pilar se sintetizaron en que su veneración en la América Española no comenzaba hasta la segunda mitad del siglo XVII “, según el erudito estudio,avalado también por otras sólidas y documentadas investigaciones.

El informe es claro y contundente a favor de Guadalupe y así se le hizo llegar al ministro Serrano Suñer, el propio padre Legísima. Lo cierto es que nunca contestó a las cartas enviadas para conocer la respuesta a dicho informe, amparándose en el silencio para ocultar la verdad y dejando pasar el tiempo para que todo quede en el olvido.

Conviene dejar muy claro que no se trata de crear rivalidad entre distintas advocaciones de la Virgen, cuya devoción transciende cualquier otro hecho y se sitúa en un plano diferente, digno de toda admiración y reconocimiento, pero esto no invalida la constatación de una verdad histórica, que está fuera de toda duda, basada en documentos escritos y no en tradiciones infundadas que tergiversan la realidad.

Todos debemos saber, y de forma especial los extremeños, que el título de Reina de la Hispanidad lo ostenta oficialmente la Virgen de Guadalupe, siendo la única portadora de dicha distinción.

Primero, Religión Digital

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