El legado de filósofo de la conciencia y de la mente, fallecido el pasado 27 de septiembre La performatividad e intencionalidad de John Searle

"El 27 de septiembre de 2025, fallecía en Tampa, Florida el renombrado filósofo norteamericano, nacido el 31.07.1932 en Denver, Colorado, John Rogers Searle"
"Su obra ingente incluyó aportaciones muy importantes en las siguientes áreas: la conciencia y la mente, la intencionalidad y la teoría de los actos de habla"
"Su muerte es una ocasión para evocar su aportación significativa, que ha abierto un abanico multidisciplinar de considerable alcance y también darle gracias por su contribución impagable a nuestro quehacer sobre todo de tipo filosófico y teológico e incluso espiritual"
"Su muerte es una ocasión para evocar su aportación significativa, que ha abierto un abanico multidisciplinar de considerable alcance y también darle gracias por su contribución impagable a nuestro quehacer sobre todo de tipo filosófico y teológico e incluso espiritual"
| Macario Ofilada Mina
Fallecía el 27 de septiembre de 2025 en Tampa, Florida el renombrado filósofo norteamericano, nacido el 31.07.1932 en Denver, Colorado, John Rogers Searle. Su obra ingente incluyó aportaciones muy importantes en las siguientes áreas: la conciencia y la mente, la intencionalidad y la teoría de los actos de habla. Profesó en la afamada Universidad de California en Berkeley, en donde las cuestiones sociopolíticas norteamericanas siempre estaban en estado de ebullición de 1959 a 2019. Llegó a ser profesor emérito pero se le retiró este honor por quejas de comportamiento inapropiado, un caso que al parecer se ha resuelto de manera satisfactoria a nivel institucional conforme a las normativas vigentes. Se había doctorado por la Universidad de Oxford 3n 1959. Había terminado su BA (Licenciado) y MA (Maestría) en esta misma universidad.
Cabe destacar entre sus obras: Speech Acts: An Essay in the Philosophy of Language (Actos de Habla: Un ensayo en la filosofía del lenguaje) (1969), Intentionality: An Essay in the Philosophy of Mind (Intencionalidad: Un ensayo en la filosofía de la mente) (1983), The Construction of Social Reality (La construcción de la realidad social) (1995), Rationality in Action (Racionalidad en acción) (2001),Making the Social World: The Structure of Human Civilization (Crear el Mundo Social: La estructura de la civilización humana) (2010), y Seeing Things as They Are: A Theory of Perception (Ver las cosas tales cómo son: Una teoría de la percepción) (2015).
A Searle le debemos el Argumento de la Habitación (o Cuarto) China, formulado en 1980, en un artículo titulado "Minds, Brains, and Programs (Mentes, Cerebros y Programas)" y publicado en la revista Behavioral and Brain Sciences. Dicho argumento demostró la debilidad del argumento de Turing acerca de los ordenadores. Dicho brevemente, el argumento afirma que un ordenador, al ejecutar un programa, no posee ni mente, comprensión ni conciencia pese a todos los esfuerzos humanos para que dicho programa tenga comportamientos muy parecidos a los propios de los seres humanos.

El argumento puede resumirse en los términos siguientes: Un hombre está encerrado solo en un cuarto y no sabe nada del chino, pero debe seguir un programa informático para responder a preguntas hechas en lengua china. Otras personas que sí saben chino están fuera siguiendo lo que hace. Siguiendo las instrucciones del programa, el hombre responde enviando mensajes en caracteres chinos, por lo que los que se quedan fuera del cuarto llegan a pensar que dentro hay un hablante de chino encerrado. Este sigue siendo, a mi juicio, el mejor argumento contra la denominada Inteligencia Artificial (IA) que más que una herramienta está convirtiéndose cada vez más en un arma para emplazar a los seres humanos y para denigrar a los mismos, sobre todo en el mundo laboral. De ahí la cuestión ética de la IA. El argumento searleano nos ayuda a volver a encontrar claves humanistas y humanitarias en un mundo cada vez deshumanizado por las nuevas tecnologías y los valores que las favorecen.
En su obra sobre los actos de habla se ve una continuación e incluso una ampliación de la obra de J.L. Austin, How to do things with words (Cómo hacer las cosas con las palabras), originalmente una serie de conferencias pronunciadas en 1955 en la Universidad de Harvard. Lo más importante, en mi opinión, de la obra searleana sobre los actos de habla de 1969 del renombrado discípulo de J. L. Austin y P. Strawson es la distinción entre los actos ilocutivos y los contenidos de los mismos. Por ejemplo, he aquí 4 frases: 1) Alejandro juega al baloncesto, 2) ¿Alejandro juega al baloncesto?, 3) ¡Alejandro, juega al baloncesto! y 4) Ojalá Alejandro juegue al baloncesto. Cada uno de estos enunciados posee el mismo contenido proposicional (Alejandro juega), si bien hay una diferencia en su fuerza ilocutiva, pues que son, respectivamente, 1) una aseveración, 2) una pregunta, 3) una orden y 4) una expresión de deseo. Según Searle, algunas ilocuciones, como por ejemplo los saludos o las despedidas, no poseen contenido proposicional. También es preciso tener en cuenta la denominada condición de sinceridadque subyace a cada acto ilocutivo. Sin embargo, a la postre, la clave se halla en la intencionalidad del hablante. Por ejemplo, una aseveración es una afirmación o negación. Una pregunta tiene la intencionalidad de conseguir cierta información. La intencionalidad del hablante determina el valor o la fuerza de los actos ilocutivos y todo ello ha entrado en nuestro análisis del lenguaje religioso, sobre todo en el estudio del lenguaje litúrgico y la hermenéutica de textos sagrados. Esta noción de intencionalidad podría extenderse a nivel social puesto que la intencionalidad podría llegar a ser colectiva y no solo a nivel individual. Quizá todo ello podría enriquecer nuestras discusiones eclesiológicas, sobre todo con respecto al tema de la comunión. Pero esto merecería un ensayo aparte.
No es este el lugar para llevar a cabo una reseña exhaustiva del sentido de laobra searleana pero sí al menos es ocasión para evocar su aportación significativa, que ha abierto un abanico multidisciplinar de considerable alcance y también darle gracias por su contribución impagable a nuestro quehacer sobre todo de tipo filosófico y teológico e incluso espiritual, pues la espiritualidad exige una performatividad y en este aspecto nos podría brindar muchas riquezas todavía no inexploradas nuestro finado y su legado intelectual. Este podría comprenderse al menos metodológicamente, en el sentido husserliano del epoché, aparte de cualquier forma de debilidad humana que podría haber manifestado a lo largo de su trayectoria larga y fecunda que no nos corresponde juzgar ahora. Puede que los hechos históricos demuestren que no tuvo una vida ejemplar en este sentido John Rogers Searle. Sin duda se derramarán ríos de tinta sobre este asunto espinoso para muchos pero no cabe duda de que sus planteamientos filosóficos constituyen un hecho histórico significativo que nos siguen dando que pensar para nuestros tanteos religiosos junto a nuestros esfuerzos de expresarlos adecuadamente. Y esto no solo para nuestros coetáneos sino sobre todo pensando en las generaciones futuras.
