David López Royo Mirando y observando

David López Royo
David López Royo

"Si miramos a nuestro mundo observamos un desastre bélico en Ucrania que nos está llevando a un callejón que está lleno de claros oscuros; una merma de la credibilidad política, el Reino Unido es un claro ejemplo; pero no es el único"

"Nuestro país es y debe seguir siendo europeísta. Sí, creemos en nuestra identidad europea y por ende, no cogen determinadas ideologías, aunque gracias a la democracia, hayan logrado representación parlamentaria"

"En democracia, porque, precisamente estamos en un Estado Social Democrático de Derecho, existen gobiernos que deben mirar por el bien común de todos los ciudadanos, sin excepción"

Lo que nos queda a los ciudadanos es mirar y observar, esta capacidad, al menos, no podrá ser secuestrada por ningún gobernante ni político.

Al mirar se nos permite observar desde la libertad. Si miramos a nuestro mundo ¿qué observamos? Un desastre bélico en Ucrania que nos está llevando a un callejón que está lleno de claros oscuros; una merma de la credibilidad política, el Reino Unido es un claro ejemplo; pero no es el único. Observando nos percatamos que el resto de los países no están mucho mejor, la diferencia existe, tanto en el Reino Unido como en Europa que, todavía, la gran mayoría de los habitantes que configuramos Europa creemos en la democracia a diferencia de otros países en donde esta forma de Estado prácticamente ha desaparecido, han vencido democráticamente populismos que van secuestrando la libertad que la democracia posibilita poco a poco.

Mirando podemos observar y, por tanto, percatarnos que cada vez esta mas evidente la tentación de que el Gobierno de un Estado quiera asumir la gestión de todo (empresas, educación, sanidad, servicios varios, bancos, etc.), cuyo resultado es la anulación de los principios que rigen un Estado Social y Democrático de Derecho, en donde la necesaria colaboración entre la Administración Pública y las Empresas Privadas es el éxito de una sociedad moderna y progresista. Esto, sí es progresar y no intentar volver a regímenes que nos llevaron a guerras innecesarias generando destrucción y muerte.

He acabado de leer una reflexión que ha sido publicada por la editorial Grano de Sal, titulada ¿Qué es el populismo? del autor Jan-Werner Müller. Lo recomiendo porque de todo se aprende.

La crisis institucional con respecto a los gobiernos y gobernantes que estamos viviendo se debe, al menos desde mi perspectiva, a la espiral de la pérdida de una ideología fundamentada bajo los principios del progreso social y económico en un ámbito que se desarrolla en un Estado Social y Democrático de Derecho. La democracia es mágica porque se fundamenta en la defensa de unos Derechos Fundamentales que no se pueden obviar y mucho menos ignorar. La democracia pierde esta dimensión cuando intenta ser secuestrada por el poder ejecutivo, porque esto significa que se pierde el equilibrio entre los tres poderes que sostienen un Estado democrático, el poder mencionado y los poderes legislativo y judicial.

Cuando los partidos generados bajo el amparo del progreso económico y social en las décadas de los 50, 60,70 y 80, que fueron tiempos duros y difíciles, pierden el rumbo sucede lo que terminamos observando, crecimiento del populismo.

Mirando al Reino Unido ¿qué le está pasando al partido conservador? que ha ido perdido poco a poco su identidad y se dejó arrastrar por la quimera del brexit llevando a la población a un callejón sin salida. Buscaban los políticos reinventar el pasado, olvidándose que lo ocurrido no volverá a suceder de la misma forma y manera, por algo el tiempo avanza y las personas progresamos. Veremos en qué termina la espiral en la que ha caído el partido conservador y cómo esto afectará al equilibrio de unas fuerzas políticas democráticas existentes en el Reino Unido, que aspirando llegar a gobernar gracias al sistema parlamentario y democrático, pueden romper el propio equilibrio social y económico que el Reino Unido consiguió en las últimas décadas. La Unión Europea dio mucho al Reino Unido y, además, era una realidad que le daba solvencia democrática y económica, aunque no se subieron al carro de la moneda única, el euro.

Populismo

¿Qué pasará? Ojalá, convoquen elecciones, y gane el Partido Laborista por una mayoría aplastante y logré replantear lo que los conservadores han destruido, unas relaciones sensatas con la Unión Europea. Una parte del partido conservador sacó al Reino Unido de la estructura comunitaria europea. Ojalá el resto de los ciudadanos que configuramos la Unión Europea no nos dejemos arrastrar por determinadas quimeras populistas, los problemas que podamos tener no se solucionan abandonando esta estructura internacional, por muchas dificultades que, a veces, aparezcan en la construcción de la Europa Comunitaria. Esto supondría tirar por un precipicio los inmensos logros alcanzados estando juntos y, desde luego, hay más beneficios que perjuicios.

Nuestro país es y debe seguir siendo europeísta. Sí, creemos en nuestra identidad europea y por ende, no cogen determinadas ideologías, aunque gracias a la democracia, hayan logrado representación parlamentaria. Los nacionalismos no tienen sentido, los populismos de uno y otro matiz tampoco. Ya vemos el precio que está pagando el Partido Socialista por dejarse abrazar por nacionalismos y populismos. Lo que tenemos que hacer los ciudadanos es valorar mucho, pero que mucho, a quién deberemos de votar el próximo año electoral. Tenemos que hacer que gane el Estado Social y Democrático de Derecho.

El Partido Popular tiene un gran reto, no perder sus principios ideológicos y buscar, ante todo, la razón de lo que supone progresar socialmente. La economía es importante, pero las personas lo son también.

Miremos a nuestra realidad y permanezcamos observantes. Volvamos al Estado Social y Democrático de Derecho buscando la colaboración entre las Administraciones Públicas y las Empresas y recuperemos el juego democrático entre los tres poderes que sostienen la democracia.

En nuestra democracia hace tiempo que se superó esa dualidad malévola de ricos y pobres y, lo hizo, por la propia esencia de la democracia que se fundamenta y ampara en el principio de la libertad desde los Derechos Fundamentales. De hecho, los constituyentes plasmaron en la Constitución que todo lo referenciado a los Principios Fundamentales para ser retocados y cambiados se hiciera por un procedimiento agravado, lo cual conlleva a la revaloración de la figura de las Leyes Orgánicas, porque era la manera de blindar las tentaciones de los políticos. No podemos perder de vista que los mensajes de los partidos populistas y nacionalistas, desgraciadamente, están plagados o de manera explícita o sutil de esta manera de actuar.

No puede existir en democracia la dualidad de que se digan eslóganes políticos que destrozan la convivencia. En democracia, porque, precisamente estamos en un Estado Social Democrático de Derecho, existen gobiernos que deben mirar por el bien común de todos los ciudadanos, sin excepción, y por esta razón los partidos políticos no son de ricos ni de pobres, son de ciudadanos que viven en libertad y lo que deben hacer los gobernantes es cuidar la dignidad de los habitantes a los que sirven y si no lo hacen, ya saben, los ciudadanos votamos cada cuatro años.

Miremos y observemos y haciéndolo, con toda seguridad, acertaremos en el voto que emitamos.

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