Lágrimas deportivas

Las lagrimas de Federer y el abrazo de su amigo Nadal dieron pie a más consideraciones piadosas que todos los sufrimientos de los mendigos de muertois de frío y que los esfuerzos de todos los misioneros que siguieron en el Congo durante las guerras. La fumata de Phelps no todos los periodistas la condenan ni todos están de acuerdo con la sanción que le han puesto. Estos deportistas son ídolos de inmensas multitudes y, por lo tanto, imitados, envidiados, venerados. Los medios son, en gran medida, los responsables de que las multitudes se olviden de que son seres humanos y de que ellos olviden sus responsabilidades sociales por disfrutar de la veneración de que disfrutan.
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