El negocio de la prostitución está en manos de las mafias y las prostitutas seguirán siendo explotadas, extorsionadas, forzadas y estarán bajo amenaza prostituyéndose en la calle o en un piso. El criterio para afrontar el problema de la prostitución no puede ser la estética. Una de las preguntas del cuestionario que hacía a las prostitutas a las que encuesté (más de doscientas) para un estudio sobre el tema era: ¿Cómo reaccionaría si le dicen que una de sus hijas va a ejercer la prostitución? El 70% respondió: “Le pegaría un tiro”.