"El nombramiento me ha causado sorpresa y cierto temor" Salvador Giménez Valls: "Espero poder armonizar la verdad y la caridad también en Lérida"

(José Manuel Vidal).-De Menorca a Lleida. Salvador Giménez Valls toma posesión mañana como obispo titular de la diócesis catalana de Lleida. Un ascenso (aunque la palabra le resulte extraña a una diócesis con el problema de los bienes de la Franja, en la que intentará "armonizar la verdad con la caridad". Algo que piensa conseguir "escuchando mucho y amando todavía más a todos sus diocesanos".

Su nombre venía barajándose en distintas quinielas para diversas diócesis. Imagino que no le sorprendió el nombramiento del Papa.

No es lo mismo el rumor que la noticia. Rumores hay muchos y, generalmente, no le damos excesiva fiabilidad. Cuando se produce la noticia y te atañe a tu persona siempre causa sorpresa, preocupación y cierto temor a afrontar una realidad que desconoces. Puedo decir que los tres sentimientos, tras un mes de conocer el nombramiento, aún permanecen en mi interior.

¿Es un ascenso o, en el servicio, no se asciende?

A los clérigos nos suele resultar extraña la palabra ascenso aunque en muchas ocasiones la hemos provocado o sufrido. Todos estamos obligados a purificar las intenciones y los motivos que nos mueven a actuar. En el interior de la Iglesia somos y vivimos para el servicio de la evangelización en sus múltiples manifestaciones que miran al rostro de Cristo y al rostro de nuestros semejantes. Cuanta más responsabilidad, mayor cuantía y mejor calidad en el servicio a todos. El Señor siempre es nuestro modelo a imitar y el ejemplo a seguir.

¿Qué es lo que más le cuesta dejar en Menorca?

Por las dimensiones de la isla las relaciones y el ambiente que se respira es lo más parecido a una familia. Es muy intenso y cordial el conocimiento de unos y otros que hace muy entrañable la vida diaria. En mi última carta les decía a los menorquines que, con ser muy bella su isla y muy admirada por todos los que la visitan, me ha impactado más el conjunto de personas que la pueblan que sus paisajes y monumentos. Lo que más me cuesta dejar es la persona concreta que me ha ayudado a vivir mi vida y a ejercer mi ministerio con una gran dosis de felicidad y coherencia. De todos ellos he recibido la devoción a nuestra Patrona, la Virgen del Toro, cuya presencia en el santuario lleva a muchos menorquines a solicitar su ayuda y acompañamiento para mi nueva etapa episcopal.


Imagino que en una diócesis pequeña le ha dado tiempo de conocer a casi todos sus fieles.

Prácticamente a todos. Completando la pregunta anterior me he relacionado prácticamente con todos los que mantienen una vinculación con las parroquias o, en general, también, por supuesto, con aquellos que impulsan y animan las actividades y proyectos que afectan a toda la comunidad diocesana y sostienen las mismas estructuras generales.

De una diócesis pequeña e insular a otra mucho mayor y peninsular. ¿Va con las mismas ganas? ¿Nuevo obispo, nueva esperanza?

Continuamente pedimos los obispos a sacerdotes, religiosos y laicos que no se desanimen en la vivencia y predicación del Evangelio. Que el transcurso de su vida ayude a aumentar y profundizar en el seguimiento del Señor, que nunca disminuya ni desaparezca la alegría de la fe. Lo que pido a los demás me lo debo exigir para mí mismo contando con la permanente gracia de Dios para hacer efectiva y afectiva mi dedicación a la construcción del Reino. Personalmente el cambio lo estoy viviendo con mucha ilusión; espero que para los diocesanos de ambas diócesis sea un estímulo para fortalecer su fe, avivar su esperanza y hacer constante su caridad.

Una diócesis que, como usted mismo acaba de decir, presenta muchas flores y alguna espina. ¿Espera que el tema de los bienes de La Franja se solucione antes de su toma de posesión?

Sería pecar de optimismo fijar ese deseo concreto en un plazo de tiempo tan reducido.

Si no fuese así, ¿qué tiene pensado al respecto?

El Derecho Canónico insiste en que los obispos no intervengamos en el gobierno diocesano antes de la toma de posesión. Es una medida de prudencia, puesto que el conocimiento sobre cualquier tema que podamos tener previamente es parcial y muy subjetivo. Por tanto, comprenderá Ud. que no me pronuncie al respecto. En su momento estudiaré con profundidad el tema y podré hablar y actuar con conocimiento de causa. Será necesario escuchar y dialogar con todos, seguir las orientaciones de la Iglesia, buscando siempre y por encima de todo el bien de las almas.

¿No debería terminarse de una vez por todas con este tema que ha 'envenenado' ya al menos tres episcopados leridanos?

Sí. Se lo pido al Señor con todas mis fuerzas y le pido su gracia para que pueda armonizar siempre en este tema y en todo mi ministerio episcopal, como he intentado hacerlo hasta ahora, la verdad y la caridad, de manera que sea siempre ministro de verdad y de comunión en la Iglesia en medio de mi pueblo. Estoy convencido que muchos cristianos están pidiendo esto mismo al Señor cuando piensan en la actuación de sus pastores.

¿La jerarquía española se ha subido con ilusión y rapidez al 'carro' de Francisco?

Si por "carro" se entiende la impronta entusiasta que el papa Francisco quiere imprimir a la permanente alegría de vivir y anunciar la fe, no me cabe la menor duda que la jerarquía española ha intentado responder con brío y coherencia a los retos que, en cada momento de la historia, el mundo le plantea. En la actualidad es el papa Francisco quien concita grandes ilusiones para que todo el Pueblo de Dios, no sólo la jerarquía, descubra la alegría del Evangelio.

¿Qué puede y debe hacer un obispo ante las próximas elecciones catalanas? ¿Qué actitud va a adoptar usted ante la cuestión catalana?

Como ya le he dicho y no es una evasiva, hasta el 20 de septiembre no debo interferir en el gobierno pastoral de la diócesis. Supongo que tanto Mons. Piris como el actual Administrador Diocesano habrán dado sus orientaciones al respecto. Ahora no me siento legitimado para dar orientaciones sobre esta cuestión a ningún Hermano en el episcopado. Sólo con pensar la cantidad de años que algunos de ellos llevan pastoreando al Pueblo de Dios me parece muy superficial exhibir alegremente en una frase el complejo contenido de la inculturación de la fe y universalización del mensaje salvador del Señor. Cada obispo ya conoce en demasía su misión en la Iglesia y en el mundo. En mi caso quiero escuchar mucho y amar todavía más a todos mis diocesanos con la pluralidad de ideas en la mente y afectos en el corazón que cada uno de ellos posee.

¿Seguirá adelante con la obra social del seminario, reconvertido en viviendas para los desahuciados?

Hay un equipo diocesano que lleva muy bien esta iniciativa. Espero no ser un obstáculo y ser un buen vehículo para impulsar este proyecto y todos aquellos que nazcan del corazón del Evangelio y aparezcan en la diócesis.

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