Un año después de su ruptura con la Iglesia, las exclarisas se enfrentan a siete procesos Belorado, año 1: las monjas cismáticas, acorraladas por la Justicia

Sor Sion, a la izquierda, y la exabadesa García de Viedma, acceden al Juzgado de Briviesca
Sor Sion, a la izquierda, y la exabadesa García de Viedma, acceden al Juzgado de Briviesca

Las monjas cismáticas de Belorado tienen un mal panorama por delante. Las ya exclarisas de este convento de Burgos se separaron voluntariamente hace un año de la Iglesia Católica

Desde el inicio, las cosas no les han salido como preveían. Tanto que, un año después, se enfrentan a siete procesos judiciales

Mientras tanto, dominan el espectáculo, manejan tiempos para publicar en sus redes algunas de las acciones que llevan a cabo, guardan celo, secreto, sobre otras actividades y dilatan los procesos para no abandonar el convento

(BURGOS conecta).- Las monjas cismáticas de Belorado tienen un mal panorama por delante. Las ya exclarisas de este convento de Burgos se separaron voluntariamente hace un año de la Iglesia Católica en una huida hacia adelante con el sedevacantismo como bandera. Pero, desde el inicio, las cosas no les han salido como preveían. Tanto que, un año después, se enfrentan a siete procesos judiciales.

Especial Papa León XIV

Por encima de todo, el juicio por desahucio, que ya ha sido aplazado en dos ocasiones. En esta última, los abogados de las cismáticas han pedido la recusación de la jueza de Briviesca porque dicen que conoce extrajudicialmente la situación de las mujeres y porque tramita otros dos procesos penales. Tras el aplazamiento, aún no tiene fecha.

Las monjas cismáticas de Belorado Susana Mateo y Laura García de Viedma con el nuevo abogado de Orriola y Navarro de Barcelona.

Otras dos causas judiciales son las referentes a los conventos de Derio y Orduña, en las denuncias interpuestas por la Diócesis de Vitoria y por la Federación de Clarisas de Aránzazu. Otro pleito se debe a la presunta venta fraudulenta del oro por parte de la exabadesa, Laura García de Viedma. Otro más por la denuncia que interpusieron al comisario pontificio, monseñor Mario Iceta por coacciones, administración desleal y revelación de secretos.

Las caussa judiciales que esperan a las exmonjas cismáticas de Belorado

- Pleito por la presunta venta fraudulenta del oro por parte de la exabadesa.

- Denuncia interpuesta por las exmonjas al comisario pontificio, Mario Iceta, por coacciones, administración desleal y revelación de secretos.

- Dos tramitaciones en Madrid. Las exmonjas denunciaron la no inscripción de sus asociaciones por parte del Ministerio de Justicia y del Ministerio de Interior.

Juicio por desahucio. Aplazado en dos ocasiones. La última porque los abogados de las exmonjas han recusado a la jueza.

Dos causas judiciales por las denuncias interpuestas por la Diócesis de Vitoria y por la Federación de Clarisas Aránzazu por los conventos de Derio y Orduña.

Otras dos tramitaciones se llevan en Madrid. Las exmonjas denunciaron la no inscripción de sus asociaciones, convertidas en tales desde la jurisdicción canónica, al no ser reconocidas, por parte del Ministerio de Justicia como el de Interior.

-A ello se une otra demanda más presentada por las cismáticas contra el decreto de nombramiento de comisario pontificio de monseñor Iceta.

La abadesa y otra de las monjas excomulgadas, saliendo de los juzgados de Burgos.

El 13 de mayo

En esa fecha tan señalada para la Iglesia, la de las apariciones de la Virgen de Fátima en Cova de Iría, en Portugal, con la trama de los secretos de la niña vidente, Lucía, las clarisas de Belorado se declaraban en pie de guerra contra el Arzobispado de Burgos y contra la Federación de Clarisas de Aránzazu.

Con la exabadesa García de Viedma al frente, antes sor Isabel de la Trinidad, y con su cohorte de acólitas, con Susana Mateo (Sor Sión en la vida religiosa) como fiel escudera y cooperadora necesaria, diez de las quince religiosas lanzaron su manifiesto católico en el que expresaban su voluntad de salirse de la disciplina del papa Francisco para reconocer sólo la figura pontifical de Pío XII.

De las diez que empezaron,Sor Amparo se marchó en los primeros días ante la postura cismática de sus compañeras; Sor Paz se fue en agosto y Sor Adriana abandonó poco después. Mientras tanto, las cinco mayores, algunas con limitaciones propias de la edad, no se enteraban de la 'fiesta' que habían montado en el convento.

Sor Amparo Medina, la única monja de Belorado que abandonó el convento tras el cisma.

'Procesión' de supuestos sacerdotes y obipos

A ello se unía la presencia de un supuesto sacerdote, Francisco José Ceacero y un supuesto obispo, Pablo Rojas, que fueron utilizados por las ya exmonjas para desviar la atención y finalmente los expulsaron del convento.

Tras la expulsión de Rojas y Ceacero, el rosario de supuestos sacerdotes y presuntos obispos ha sido constante. Desde un argentino experto en mate y boxeo a un brasileño que está ahora de gira mundial y dejó empantanadas a las cismáticas de la mano de seminaristas sedevacantistas y de un supuesto obispo de Valencia.

El gasto

Mientras, el comisario pontificio ya había dado cuenta, en «pro de la transparencia», como el mismo monseñor Iceta ha explicado en varias ocasiones, de que la broma le había costado a las hermanas de la federación de Aránzazu la friolera de 360.000 euros.

Una cantidad con la que se han pagado desde los gastos ordinarios y los seguros o las nóminas hasta cosas tan frívolas para unas monjas como unas sábanas de seda. Todo en la línea de pobreza, castidad y obediencia de sus votos.

Poco después lanzaron varias líneas de chocolate, fueron invitadas y desinvitadas a Madrid Fusión y, finalmente, el restaurante que deciden abrir en la localidad asturiana de Arriondas y la compra de un terreno de 7.000 metros cuadrados para sus proyectos con animales.

Mientras tanto, las cismáticas dominan el espectáculo, manejan tiempos para publicar en sus redes algunas de las acciones que llevan a cabo, guardan celo, secreto, sobre otras actividades y dilatan los procesos para no abandonar el convento de Santa María Bretonera de Belorado.

Imagen de archivo de las monjas de Belorado elaborando chocolate en una edición de Madrid Fusión.

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