XXV aniversario de la cátedra de Bioética de Comillas Julio Martínez: "La Iglesia necesita como el agua lugares católicos habitables donde se practique la pluralidad"

(José Manuel Vidal).- Ambiente de gala en la Pontificia Comillas, para celebrar el XXV aniversario de la Cátedra de Bioética. Un acto "sobrio, pero cargado de afectos y recuerdos", especialmente para su fundador el padre Javier Gafo, como dijo el Rector de la universidad, Julio Martínez. A su lado, la ministra de Sanidad, Ana Mato, el secretario emérito del Pontificio Consejo para la Salud, José Luis Redrado, y el actual director de la cátedra, Javier de la Torre.

En una sala de conferencia abarrotada, Julio Martínez, actual rector de la Pontificia de Comillas y ex director de la cátedra de Bioética, comenzó el acto de la celebración de su XXV aniversario glosando la importancia de la cátedra fundada por Javier Gafo como "la hermana mayor de 12 cátedras", que "atravesó tiempos calmados y otros movidos".

Subrayó la labor realizada, a lo largo de todos estos años, por los directores de la cátedra, por los profesores premiados con un diploma conmemorativo. También agradeció la presencia de la ministra de Sanidad, Ana Mato, "que "simboliza el servicio de la cátedra a la sociedad", en "una labor discreta y callada, pero de referencia", porque "en la bioética se juega mucho una sociedad democrática".

Julio Martínez aseguró que la cátedra, durante todos estos años, intentó "buscar espacios de diálogo abierto y crítico, pero no ruidoso y siempre fielmente católico", porque "la ética no es ni puede ser opuesta a la fe católica".

Reconoció, en este sentido, que "no es fácil la labor de un teólogo católico en el ámbito de la bioética", en el que ha de conjugar la fidelidad a la investigación científica rigurosa y, por supuesto, la fidelidad a la doctrina de la Iglesia".

A pesar de la dificultad de la tarea, el Rector de Comillas concluyó deseando que la cátedra siga estando a la "altura de sí misma, de la sociedad y de la Iglesia, que necesita como el agua lugares católicos habitables donde se practique la pluralidad".

El actual director da gracias, agradece y recuerda

El actual director de la cátedra, Javier de la Torre, dedicó su sentida intervención a "dar gracias, agradecer y recordar" a tantas personas que hicieron posible la cátedra de Bioética a lo largo de estos años y su fecunda labor, que se plasma, entre otras cosas, en 80 libros publicados, 12 tesis o 25 proyectos.

Tras las gracias y los recuerdos, la ministra y el rector entregaron las medallas de agradecimiento de la cátedra a una docena de profesores y colaboradores insignes. Entre ellos, Carlos Alonso Bedate, Juan Conde, Luis González Morán, José Ramón Lacadena, Pilar Núñez, Luis Sanjuán, Iñaki Serrano o José Luis Trueba.

Ana Mato: Objetivo, los más vulnerables

En su intervención, la ministra de sanidad, Ana Mato subrayó que "la persona es el objetivo y el centro de todas nuestras políticas sanitarias" y aseguró que el Gobierno está trabajando en el ámbito de la sanidad "para las personas más necesitadas y sanitariamente más vulnerables".

Mato recordó la figura del Padre Gafo, señaló que el ministerio dispone de un Comité de Bioética, del que forman parte algunos de los premiados, y felicitó efusivamente a la Cátedra y a la Pontificia Comillas "con un agradecimiento de corazón por sus 25 años de estudio, conocimiento y dedicación".

Monseñor Redrado

Acaba de jubilarse, tras 25 años como secretario del Pontificio Consejo para la Salud del Vaticano, pero el hermano de San Juan de Dios, José Luis Redrado, pronunció una vibrante conferencia sobre "La misión de la Iglesia en el mundo de la bioética y de la salud".

El prelado curial comenzó subrayando la importancia del testimonio en la Iglesia y, especialmente, en el mundo del dolor y del sufrimiento, contando una anécdota del que fuera presidente de su Pontificio Consejo, cardenal Angelini. El purpurado italiano, con su innato sentido del humor, decía: "El pontificio consejo para la salud sería el primer dicasterio que crearía Jesús. ¿O es que se lo imaginan creando el dicasterio de Textos legislativos o el del ex Santo Oficio?".

Tras hacer un recorrido por la reciente historia de la Bioética en España, de la que fue uno de sus artífices, junto a los jesuitas Francesc Abel y Javier Gafo, recordó especialmente a los que sucedieron a Gafo en la dirección de la cátedra de Bioética: Ferrer, Juan Masiá, Julio Rodríguez y Javier de la Torre.

Y es que, a su juicio, "la Iglesia se ha tomado siempre en serio el encargo de su Señor de curar a los enfermos". De ahí que el prelado denunciase que "los centros hospitalarios no siempre colocan al enfermo en su centro". Y ése es precisamente el reto de la Iglesia: "Colocar al enfermo en el centro y luchar por una salud integral". Porque la Iglesia está llamada a ser "la abanderada de la defensa de los enfermos más vulnerables y más necesitados".

También reivindicó monseñor Redrado la "presencia de la Iglesia en el universo de la Bioética", donde puede y debe decir una palabra. En este sentido, lamentó que "los pastores españoles no siempre hayan manifestado el mismo interés por los temas sanitarios que por los educativos".

Reivindicó el prelado de San Juan de Dios que "la Iglesia no puede ni debe callar en la defensa de la vida desde su concepción hasta su final y durante toda la etapa que se sitúa entre ambos momentos", porque "los profesionales sanitario son ministros de la vida, sus custodios y servidores".

Monseñor Redrado también abogó por reconocer la importancia del papel de la Universidad en el ámbito de la bioética y recordó que como decía uno de los ex generales de la orden hospitalaria, "tenemos que realizar el debate bioético en tierra de nadie: mientras en el mundo laico nos tachan de mojigatos, en el eclesiástico nos llaman heterodoxos".

Pero por encima de todo, monseñor Redrado utilizó una cita del teólogo José Antonio Pagola, para pedir compasión a la institución eclesial. "Un día la actitud de la Iglesia cambiará y aprenderá a actuar con mayor compasión, tocando y oliendo a los enfermos", dijo Redrado. Y añadió: "La Iglesia ha crecido gracias a personas e instituciones de frontera".

Monseñor Redrado terminó su intervención profundamente emocionado y en medio de una ovación sentida que duró varios minutos. Y como colofón sentimental, entregó su medalla a la cátedra de Bioética. "Un bello acto, que nos ha llenado de esperanza y amor", concluyó el Rector.

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