"Aprobar ahora una reforma educativa es un inmenso error de impredecibles consecuencias" Luis Centeno: "Desgraciadamente, va a haber 17 vueltas al cole distintas"

Luis Centeno, secretario general adjunto de Escuelas Católicas
Luis Centeno, secretario general adjunto de Escuelas Católicas

"El contexto exige un apoyo inmediato de la Administración por el interés general de los alumnos y personal docente"

"La teledocencia aumenta la brecha educativa, pero no solo por la posible diferencia de recursos tecnológicos, sino porque los alumnos con mayores dificultades de aprendizaje o con menos recursos necesitan en mayor medida dicha presencialidad"

"Las medidas presentadas por los Ministerio de Educación y Sanidad el pasado 27 de agosto, nos parecen razonables y no suponen una gran novedad respecto a los aprobado con carácter previo"

"No es defendible que en una situación excepcional como la presente no se pueda aprobar desde el Gobierno un Documento único de medidas educativo-sanitarias"

"El sentido común nos indica que no estamos en el momento mínimamente adecuado (por supuesto, no es el idóneo) para tramitar una nueva Ley educativa que modifique nuestro sistema educativo"

Arranca el curso del coronavirus. Un año difícil, marcado por la incertidumbre y el miedo a los rebrotes, en el que millones de escolares volverán a las aulas de toda España. También a los centros católicos, a los que "desde hace meses" está acompañando Escuelas Católicas, según nos cuenta, en conversación con RD, su secretario general adjunto, Luis Centeno.

"Los Centros han estado trabajando durante el verano para afrontar la nueva situación, modificando programaciones, espacios, recursos tecnológicos…", afirma Centeno, quien lamenta la falta de recursos con el que los colegios están enfrentándose al retorno a las clases, con realidades distintas. "Desgraciadamente, va a haber 17 vueltas al cole distintas", sostiene. 

¿Cómo estáis afrontando el nuevo curso desde Escuelas Católicas?

 EC lleva acompañando a los Centros desde junio en la preparación del nuevo curso escolar, tanto desde el punto de vista jurídico (desde la aprobación del Protocolo de los Ministerio de Educación y Sanidad, de 22 de junio de 2020), pedagógico, comunicativo, como pastoral. Los Centros han estado trabajando durante el verano para afrontar la nueva situación, modificando programaciones, espacios, recursos tecnológicos, … y, por supuesto, cumpliendo todas las medidas sanitarias vigentes. Estos cambios no se pueden improvisar en una semana y nuestra experiencia nos acredita que sabremos afrontar con éxito este nuevo reto educativo.

¿Cuáles son las principales dificultades con la que se están encontrando los centros?

Las dos principales dificultades son, por un lado, la inseguridad jurídica que existe por el cúmulo de normas, guías, protocolos, … de las distintas Administraciones estatales y autonómicas y, por otro, la falta de ayudas o el retraso en las mismas desde los poderes públicos competentes. Se están realizando cambios importantes en los Centros sin apenas recursos y no se pueden esperar milagros en estas circunstancias. El contexto exige un apoyo inmediato de la Administración por el interés general de los alumnos y personal docente.

 ¿Se está profundizando la brecha entre familias con más recursos y más necesitadas?

Desde Escuelas Católicas hemos defendido siempre la presencialidad como sistema más adecuado de aprendizaje, máxime en E. Infantil, Primaria y primer ciclo de ESO. Los alumnos de estos niveles necesitan el acompañamiento permanente de un adulto para avanzar en su aprendizaje. Igualmente, necesitan socializar como proceso madurativo y formativo. La teledocencia aumenta la brecha educativa, pero no solo por la posible diferencia de recursos tecnológicos, sino porque los alumnos con mayores dificultades de aprendizaje o con menos recursos necesitan en mayor medida dicha presencialidad.

 ¿Qué le parecen las medidas del Gobierno para la vuelta al cole?

En términos generales, las medidas presentadas por los Ministerio de Educación y Sanidad el pasado 27 de agosto, nos parecen razonables y no suponen una gran novedad respecto a los aprobado con carácter previo. No obstante, hubiera sido deseable que estas medidas se hubieran fijado con mayor antelación (a mediados de agosto) y se hubiera dotado a los Centros de los recursos necesarios para su aplicación: contratación de nuevos profesores, obras de adaptación en los espacios escolares, negociación con otras entidades para el uso de nuevas instalaciones (Ayuntamientos, entidades sin ánimo de lucro, etc), organización de horarios por niveles, etc.

¿Puede haber 17 vueltas al cole distintas?

Desgraciadamente, sí. Nuestro sistema educativo se apoya en las competencias transferidas a las Comunidades Autónomas y esto provoca que cada una de ellas tenga que aprobar y publicar su normativa propia. Realmente, no es defendible que en una situación excepcional como la presente no se pueda aprobar desde el Gobierno un Documento único de medidas educativo-sanitarias. No se trata de que cada Comunidad “invente” el mejor protocolo, sino que el Gobierno aglutine las mejores propuestas en un Documento que fuese aplicable en todo el Estado. Si los problemas y riesgos son los mismos para los alumnos y docentes, las medidas deberían ser iguales, es decir, las mejores para responder con eficacia.

Escuelas Católicas pide al Gobierno "financiación adicional" para arrancar el curso con tranquilidad
Escuelas Católicas pide al Gobierno "financiación adicional" para arrancar el curso con tranquilidad

Esta crisis, y la necesidad de volver a la escuela, ¿pueden frenar -como espera el portavoz de la CEE- la aplicación de la nueva ley educativa?

El sentido común nos indica que no estamos en el momento mínimamente adecuado (por supuesto, no es el idóneo) para tramitar una nueva Ley educativa que modifique nuestro sistema educativo. Los Centros y sus comunidades educativas están dedicadas en cuerpo y alma en afrontar del mejor modo el inicio de curso y las semanas siguientes, que van a ser especialmente complicadas. Por lo tanto, el contexto es lo suficiente grave como para que el Gobierno y los Grupos Parlamentarios que los sustentan, decidiesen paralizar la tramitación del Proyecto de LOMLOE. Sin embargo, la Ministra de Educación y FP anunció el pasado 31 de agosto en el Congreso, su voluntad de proseguir dicha tramitación contra viento y marea. Consideramos que es un inmenso error de impredecibles consecuencias, máxime si consideramos que la nueva Ley no tiene el más elemental consenso y que lejos de incluir medidas pedagógicas innovadoras, supone un retorno a la LOE de 2006. Todo ello además de supone un ataque a los derechos fundamentales de padres y titulares de Centros reconocidos en nuestra Constitución.

Volver arriba