Rouco logra, de momento, el estatus vaticano a "su" remodelación de la Milicia de Santa María

La noticia nos la cuenta Zenit. El pasado martes, la Santa Sede reconoció a la Milicia de Santa María como asociación privada internacional de fieles laicos. Esta asociación, fundada por el padre Morales en 1959 (bajo las faldas del instituto secular de las Cruzadas de Santa María), es la responsable, entre otras muchas cosas, de la celebración de la tradicional Vigilia de la Inmaculada. Rouco ya había aprobado a la asociación, a nivel diocesano, en 2002. En principio, todo parece una buena noticia. Si no fuera porque detrás se esconde una fuerte contestación interna, que en la práctica se ha consumado en una escisión. Que el cardenal de Madrid no ha sabido -o no ha querido- parar.

Son muchos los miembros de la Milicia de Santa María disgustados por el devenir de la situación. Ha habido una profunda remodelación en el modo de actuar, y en los estatutos, de la organización, que no ha gustado a todos sus responsables. Tanto es así que, a falta de que podamos confirmar todos los aspectos, sí que se puede hablar de una partición, casi por la mitad, de la Milicia.

La cercanía de algunos de sus responsables tanto al cardenal Rouco como al secretario Camino, han motivado los recelos de algunos, que buscaban mantener la independencia del movimiento fundado por el padre Morales. Que, por otro lado, no tiene ningún problema relacionado con la ortodoxia. Son más bien cuestiones de formas que, como todo en la vida, resultan muy importantes. Pero en este caso, como en otros muchos, con el cardenal hemos topado. Aunque, ya les digo, que hay recursos que se han tramitado directamente ante la Santa Sede, pues parece que Rouco ha querido incluir en el mismo saco dos instituciones que no son la misma cosa. Hasta aquí, por hoy, puedo leer.

baronrampante@hotmail.es

PD: evidentemente, el problema no es sólo de "formas". Hay bastante más allá. Entre otras cuestiones, la sempiterna confusión que muchos eclesiásticos tienen al confundir movimientos laicos con ramas hermanas sacerdotales o religiosas, tratando de que las segundas ocupen el lugar que, en puridad, pertenece a las primeras. Y es que hay más papistas que el Papa. Y algunos responsables (de la rama masculina y, sobre todo, de la femenina), que se comportan como "papisas" de realidades que no son suyas, con el favor de quienes debieran ser pastores de todos. Permítanme que hoy me quede aquí, aunque creo que la aclaración acerca de las "formas" era más que pertinente.
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