Jesús en el Talmud (V). La muerte de Jesús y sus causas



La muerte de Jesús y sus causas ocupan algunos pocos pasajes más del Talmud. En diversas ocasiones en el tratado Sanhedrín (b. Sanh 67a = j. Sanh 25cd = Tosefta Sanh X 11) se lee lo siguiente:

"Respecto a todos aquellos que son dignos de la pena de muerte de acuerdo con la Ley no se utiliza el encubrimiento y el engaño, salvo en el caso del seductor (es decir el que extravía al pueblo hacia una falsa religión) ¿Como se actúa con éste? Se disponen a dos discípulos de los sabios en una cámara interior y se sienta (al acusado de herejía) en una habitación exterior, contigua, y se enciende una lámpara sobre él de modo que (los testigos) lo vean y oigan su voz. Eso hicieron con Ben Stada en Lida; escondieron por su causa dos discípulos de los sabios, (éstos escucharon sus opiniones), lo llevaron ante el tribunal (Bet Din), lo lapidaron y lo colgaron en la víspera de la Pascua".


El procedimiento aconseja, al parecer, una trampa para el hereje. Éste, recluido en una habitación, es preguntado por alguien -quizás fingiéndose amigo suyo- sobre sus doctrinas en materia de Ley o moral. El acusado responde, sinceramente se supone. Los escondidos al acecho toman buena nota de sus palabras y testimonian contra él por lo que ha oído. Lo llevan ante el tribunal (de rabinos o doctores de la Ley), lo condenan y lo lapidan.

Estos textos suponen, primero, que Jesús fue condenado por sus doctrinas basándose en sus propias palabras, (que fueran obtenidas fraudulentamente poco importaba a los rabinos ante un fraudulento: el fin justifica los medios); segundo, que Jesús murió en Lida, no en Jerusalén; tercero, que su muerte fue un asunto sin intervención romana, puramente judío, -una disputa en materia de ley y religión- y cuarto, que fue apedreado hasta la muerte y luego colgado del madero.

Los eruditos hacen grandes esfuerzos por explicar las inconsecuencias históricas de este conjunto de pasajes del tratado Sanhedrín. Suponen así (como antes apunté a propósito del texto sobre los discípulos del Nazareno ajusticiados) que fueron redactados en época de Adriano, en tiempos de R. Aquiba, gran defensor del revoltoso contra el Imperio Bar Kochba, a quien proclamó como mesías. Y que dado que este prominentísimo rabino fue gran perseguidor de los cristianos, sobre todo en Lida, lugar donde residía, los textos confunden la suerte de Jesús con la de sus discípulos. Algunos cristianos debieron de morir en Lida a instigación de Aquiba. La tradición, confusa, hace al Maestro, Jesús, morir en el mismo lugar que sus discípulos. Esto es quizás probable, pero de cualquier modo es claro que los redactores tenían bien poca idea de lo que había ocurrido en verdad con el personaje al que criticaban.

Otro famoso pasaje del mismo tratado Sanhedrín (43a) es más explícito sobre la ejecución de Jesús. Reza así:

"Es tradición: En la víspera de la Pascua fue colgado Jesús (el Nazareno), Y el heraldo fue por doquier durante cuarenta días diciendo: 'Jesús de Nazaret va ser apedreado, porque ha practicado la magia y ha engañado y extraviado a Israel. Si alguien sabe algo en su favor, que salga y declare sobre él. Pero no encontraron nada en su favor. Y lo colgaron en la víspera de la Pascua. Ulla dice: ¿Habría que suponer que Jesús, el Nazareno, un revolucionario, tenía algo a su favor? Era un engañador..."


El texto confirma la muerte de Jesús por crucifixión. Por cierto que en la conocida disputa entre los evangelios Sinópticos y el de Juan acerca de la fecha exacta de la muerte de Jesús [los tres primeros evangelios sostienen que Jesús fue crucificado el día de la Pascua; el cuarto, por el contrario, que en la víspera de la Pascua], el texto del Talmud se inclina por la versión de Juan, y vuelve a repetir las acusaciones de magia y de engaño para con el pueblo al haber predicado Jesús una falsa religión, basándose en que él se hacía a sí mismo Dios. El siguiente texto(b. Sanhedrin 106a):

“Y él, Balaán, compuso una parábola y dijo: ‘¡Ay! ¿Quién vivirá si Dios hace esto? Rab Simeón ben Laquish dijo: ‘¡Ay de aquél que dice de sí mismo que vive por el nombre de Dios!’”


El último texto rabínico, de la Tosefta, Sanhedrin IX 7 alude probablemente a la muerte en cruz de Jesús:

R. Meir acostumbraba a decir: ¿Cuál es el significado de ‘Maldito el colgado [del madero]?’ (Dt 21,23). Es como el caso de dos hermanos, gemelos, que se parecían el uno al otro. Uno de ellos gobernaba sobre el mundo entero; el otro se dedicó al bandidaje. Después de cierto tiempo, el que se dedicó al bandidaje fue hecho prisionero, crucificado y murió en la cruz. Y todos los que pasaban por allí decían: ‘Parece que el rey ha sido crucificado’. Por ello se dice: ‘Maldito el colgado [del madero]?’”.


Hay una cierta ironía en el texto, que alude –a nuestro parecer- a una suerte de doblez en la personalidad de Jesús.

A los textos presentados en los post anteriores se reduce todo. Y ya no hay más pasajes directamente sobre Jesús en la tradición rabínica recogida en la Misná, Talmud y Tosefta. Sí hay bastantes textos sobre los minim, herejes y sobre la herejía (minuth) en general, muchos de los cuales se refieren, sin duda, a los cristianos, pero no ya a Jesús. Estos pasajes no tienen ya interés para nuestro propósito, aparte que la identificación exacta de los minim en muchos de esos textos es uno de los muchos problemas que afectan a la interpretación de la tradición talmúdica.

Seguiremos con algunas consideraciones sobre algunas de las acusaciones más importantes sugeridas por los rabinos.

Saludos cordiales de Antonio Piñero.
Volver arriba