Sobre el “problema sinóptico” en el estudio de los Evangelios

(19-01-2022) (1029)

Escribe Antonio Piñero

Se denomina “problema sinóptico” a la cuestión de por qué –entre los cuatro evangelios canónicos, Marcos, Mateo, Lucas y Juan– hay tres (los primeros mencionados) que tienen tantas similitudes entre sí y a la vez tantas diferencias. J. K. Elliott, en el libro comunal “Fuentes del cristianismo. Tradiciones primitivas sobre Jesús” (El Almendro; reimpreso por Herder, Barcelona, p. 94), planteó crudamente el asunto con la expresión “¿Quién copió de quién?”.

En el libro de S. Guijarro, que estoy y estaré comentando bastante tiempo si antes no me cae una teja encima, se plantea y se explica muy bien este tema. En la p. 71 y en lo que se refiere a los contenidos de los tres evangelios tan iguales y tan diferentes, expone nuestro autor las siguientes cifras:

  • “Los tres evangelios (Mc-Mt-Lc) tienen en común 350 versículos
  • Mt y Mc tienen en común 180 versículos
  • Lc y Mc tienen en común 100 versículos
  • Cada uno de los tres posee algunos versículos que no se hallan en los otros dos: Mc: 51 versículos / Mt 330 y Lc aproximadamente 500.

Ya tenemos aquí un paso hacia la solución del problema: Mc “es el que tiene proporcionalmente más versículos  en común con los otros dos y también el que tiene menos versículos  propios”.

Segundo paso hacia la solución (Guijarro en la misma p. 71, que aconsejo estudiar detenidamente por cuenta de cada uno). Cito, pues, a nuestro autor:

 “Es interesante observar las coincidencias y divergencias en cuanto al orden en el que están dispuestos los pasajes en cada evangelio. Esta observación es muy importante a la hora de determinar las relaciones de dependencia literaria, pues si dos escritos poseen algunos pasajes en común, pero no en el mismo orden, esta coincidencia puede explicarse fácilmente recurriendo a la tradición oral. Sin embargo, cuando dos escritos tienen un número importante de pasajes en el mismo orden, es más fácil suponer que uno de ellos ha utilizado el otro, o que ambos han utilizado la misma fuente escrita, porque sería menos probable que todos estos pasajes se hubiesen transmitido en el mismo orden oralmente” (ya que los pasajes –añado– suponen una gran cantidad de texto y la tradición oral probabilísimamente habría alterado el orden).

Aquí tienen Ustedes cómo la crítica, con argumentos sencillos pero a la vez muy agudos y eficaces puede encaminarse hacia una solución razonable: la prioridad de Marcos respecto a Mateo y Lucas. Sin embargo, lo que leyendo a Guijarro parece muy claro y fácil no fue descubierto hasta el siglo XIX.

Un tratamiento muy completo y erudito de la cuestión puede hallarse (para los que puedan leer en alemán) en la más que famosa “Einleitung in das Neue Testament” (“Introducción al Nuevo Testamento”) de Werner Georg Kümmel (editorial Quelle + Meyer, Heidelberg), pp. 13-52.

Esta obra, en 1973, año en el que por primera vez cayó en  mis manos, tenía ya 18 ediciones!!! Y este libro de Kümmel (que, por cierto, es como en alemán se dice “comino”) me sirvió de estupenda ayuda para cuando en 2006 publiqué mi “Guía para entender el Nuevo Testamento” (Trotta) pp. 316-321. Nada hay, pues, nuevo bajo el sol, pero Guijarro lo explica muy bien.

Saludos cordiales de Antonio Piñero

NOTA:

Dynamis Radio  (Madrid) me hizo una entrevista tanto sobre Aproximación al Jesús histórico como sobre Los libros del Nuevo Testamento. Ahí va el enlace:

 "Aproximación al Jesús Histórico"  https://www.youtube.com/watch?v=MeVG_xrhBn4&t=524s

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