Foro I.Ellacuría


Globalización:
Retos a la Teología de la Liberación


4. Desafíos de la cultura del mercado
a las iglesias cristianas


1. Con la complejidad de los procesos culturales de hoy día lo primero que se ve afectado en las personas es la capacidad de percibir la realidad.

Debido al anonimato y la impersonalidad de los macro-sistemas de los cuales formamos parte, debido a la cantidad de información y reclamos publicitarios y a las nuevas tecnologías que reproducen un mundo donde los límites entre realidad e ilusión, entre lo justo y lo abominable es confusa los individuos tienden a abdicar de la tarea de descifrar por ellos mismos la trama de la realidad y de asumir una posición ética y políticamente consistente.

Existe un problema grave en la percepción de la realidad. El paro, por ejemplo, es invariablemente explicado por los teóricos conservadores como un problema personal (¡cuestión de adaptibilidad!). Lo cruel del pensamiento liberal es que atribuye a las víctimas la culpa de su infortunio: son los individuos los que tienen problemas, el mercado mismo es perfecto en su autorregulación; son los individuos los que fracasan, el sistema es siempre victorioso.

Para la cultura del mercado conocer el fracaso y el sufrimiento es señal de debilidad en un mundo donde sólo hay lugar para los "que tuvieron éxito", los vencedores. Está vigente una prohibición de presentarse triste: todos estamos bajo la dictadura de tener que "estar a bien con la vida", como dicen los disk-joquys en Brasil.

En este punto insisten la teología de la liberación y la teología política. Estas parten de un elemento constitutivo de la tradición profético-bíblica: la capacidad de percibir la realidad como negatividad, como peligro y amenaza frente a los designios de Dios. El Dios liberador significa un juicio negativo sobre el estado de la sociedad humana, debido a la insoportable iniquidad que ella contiene:

Mira, la mano del Señor no es tan corta
que no puede salvar ni es tan duro de oído que no pueda oír; son vuestras culpas las que crean separación
entre vosotros y vuestro Dios;
son vuestros pecados los que tapan su rostro,
para que nos oíga;
pues vuestras manos están manchadas de sangre,
vuestros dedos, de crímines;
vuestros labios dicen mentiras,
vuestras lenguas susurran maldades.
No hay quien invoque la justicia
ni quien pleitee con sinceridad;
se apoyan en la mentira, afirman la falsedad,
conciben el crimen y dan luz a la maldad (Is 59, 1-4)

La teología de la liberación sigue insistiendo para que los pobres, los indios, la gente de la calle y todo el que soporta cualquier injusticia, asuman ellos mismos, como protagonistas, su proceso de liberación. El reto es el mismo, porque se trata de tomar conciencia dentro de un proceso y de una práctica concreta de organización y de solidaridad, porque lo que se difunde hoy en todo el contexto social es lo contrario: se valoran como virtudes la adaptación y la homologación despersonalizadora,frente a la autonomía de los sujetos. Se inculca el cultivo de las peores cualidades humanas: el individaulismo egoísta, la agresión, la deconfianza etc.

Estos datos de la realidad del mercado complican a las comunidades cristianas en el proceso emancipador de los que sufren las consecuencias más negativas de estos procesos sociales. Las comunidades cristianas no pueden convivir pasivamente con este abuso de la cultura del mercado ni quedar indiferentes de la folklorización de la religión cristiana. Esta burla hace que el evangelio pierda su fuerza regeneradora, diluyéndola en una religiosidad polivalente, anárquica y sincrética, que al final se convierte en algo funcional para cualquier proyecto del mercado que aparezca en el horiozonte.

Es lamentable especialmente la utilización funcional que algunos hacen de la angustia de los pobres para construirse imperios de dinero y poder. Por eso sostenemos que no todo vale, ni toda mediación a acercar el reino de Dios y realizar el proyecto de Cristo.
Ver: Alberto da Silva Moreira
Foro "Ignacio Ellacría"
Solidaridad y Cristianismo
La globalización y sus excluidos
Ed Verbo Divino 1999
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