El profeta de Europa

El erasmista francés Marcel Bataillon dice que si España no hubiera pasado por el erasmismo, no nos habría dado el Quijote. Y el director del Ateneo madrileño JL. Abellán afirma que, aunque Erasmo de Rotterdam fue un monarca de la intelectualidad en Europa, en ningún país gozó de tanta fama como en España.
En su Enquiridion, el erudito holandés opone a la tiranía de la costumbre y a la autoridad de la mayoría el "juicio propio" del que se conoce a sí mismo y tiene capacidad para juzgar por sí de las situaciones, exaltando de esa manera la libertad del cristiano de imitar a Cristo. El mensaje erasmiano se resume en un elenco de virtudes como la sencillez, el amor, la humildad, y la caridad, en definitiva, es una vuelta al espíritu evangélico, rechazando todo lo que se le opone.
En un libro titulado Elogio dela locura, que se ha considerado como una especie de panfleto dice: Casi ninguna clase de hombres vive de modo más agradable y menos preocupados que esos que creen a Cristo suficientemente satisfecho si ellos, con sus hornamentos místicos y casi escénicos, con sus ceremonias, con sus títulos de "beatitud", reverencia y santidad representan su papel impartiendo bendiciones y maldiciones. Es lo que les queda como únicas armas. Estas palabras parecen dichas en este momento por su actualidad hoy. Con razón se le considera el profeta de Europa.
Se duda de Erasmo si tuvo relación con Lutero, porque Melanchton compañero de Lutero escribió a Erasmo diciendo que éste le defendía con ardor y que deseaba tener su aprobación de la ruptura con la Iglesia. El mismo Papa León X y los cardenales querían ver a Erasmo. Pero éste conservó implacable su libertad frente a tiros y troyanos. Se trataba de la libertad para la que Cristo nos ha liberado según la expresión de San Pablo (Gal 5, 1).
En 1524 Erasmo publicó un libro, Del libre albedrio, cuyo contenido explica su disentimiento frente a la Reforma luterana. En enero de 1533 le aseguraba al Papa Pablo III su entera afección a la unidad de la Iglesia. El Papa le ofreció el capelo cardenalicio, pero Erasmo lo rechazó enérgicamente prefiriendo ante todo su independencia personal.
En enero de 1536 escribe su última obra Sobre la pureza de la Iglesia de Cristo, que dedica cariñosamente a un trabajador y la noche del 11 de julio muere rodeado de amigos y discípulos.
Ver JM. González Ruiz, Los santos que nunca serán canonizados, Ed Planeta 1979
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¿Qué os ha impactado de esta figura del renacimiento que algunos quieren llevar a los altares?
¿Su espíritu crítico? ¿Su defensa de la libertad del cristiano?
¿Os habéis percatado de su crítica a la Iglesia?
¿Se puede decir hoy lo mismo de ella?
¿Cómo os gustaría que fuera hoy la Iglesia?
¿Qué es lo que más la aleja del espíritu evangélico?
Espero vuestra opinión.