Barbara Andrade, Pecado original

Los temas anteriores del blog, sobre todo el último (Eva) han planteado el motivo (símbolo) del pecado original. Para centrr mejor el tema, quiero evocar en este cóntexto un libro que nos ayudará a entenderlo mejor. Lo ha escrito Barbara (Barbara sin acento, es nombre alemán) Andrade, se titula (Pecado original ¿o gracia de perdón?, Secretariado Trinitario, Salamanca 2004) y constituye la mejor presentación castellana que conozco al tema del pecado, tal como aparece en el "origen" y trascurso de la vida del hombre-mujer en la historia, como riesgo de violencia y como presente de muerte en un mundo que, sin embargo, se halla abierto a la esperanza.

Los cristianos hablan de un "pecado original" y afirman que proviene de Adán y Eva. Desde ese fondo son muchos los que, siguiendo una doctrina de San Agustín, basada al parecer en San Pablo, han destacado el carácter pecaminoso de toda la existencia humana, mandando a los hombres en conjunto al infierno. Pues bien, B. Andrade ha analizado de manera crítica el tema, poniendo de relieve el carácter más hondo de la Gracia de Dios.

Barbara Andrade nació en Alemania (1934), cursó filosofía y teología en Heidelberg y Frankfurt (Sankt Georgen) que amplió en Madrid, Paris y Nueva York, donde se especializó en literatura. Allí se casó con un profesor mexicano (de quien tomó su apellido: Andrade), con quien tuvo cuatro hijos. Se trasladó a la Ciudad de México y desde 1982 es directora del área de teología y religiones en la Universidad Iberoamericana (de la Compañía de Jesús). Ha publicado diversos libros, en castellano y alemán: Encuentro con Dios en la historia, Sígueme, Salamanca 1985; El camino histórico de la salvación, Iberoamericana, México 1989; ¿Creación? ¿Pecado?, Iberoamericana, México 1992. Su libro más significativa se titula Gott mitten unter uns. Entwurf einer kerygmatischen Trinitätstheologie, Lang, Frankfurt 1998, reelaborado con el título Dios en medio de nosotros. Esbozo de una teología trinitaria kerigmática, Sec. Trinitario, Salamanca 1999. Se trata de una obra ejemplar, de tipo enciclopédico, quizá la más importante que se ha publicado en castellano sobre la temática de Dios, desde una perspectiva bíblica y kerigmática; contiene unos análisis muy precisos sobre el carácter gratuito de Dios y sobre el sentido de la persona como “auto-presencia en relación”. (He ofrecido una valoración de conjunto sobre la obra de B. Andrade en Enquiridion Trinitatis, Sec. Trinitario, Salamanca 2005, 679-693).

La obra actual sobre el pecado es menos extensa, pero de igual importancia. Apareció primero en alemán «Erbsünde», oder Vergebung aus Gnade? (Lang, Frankfurt 2002; edición on line en www.sanktgeorgen.de/bibliogr/andrade1.pdf) y la misma B. Andrade la ha traducido y recreado en castellano con este título: Pecado original ¿o gracia de perdón? Han pasado dos años y la obra no sólo no ha perdido actualidad, sino que la ha ganado, pues se sitúa en el centro de la problemática sobre la gracia, la justicia y el perdón de los pecados, desde la perspectiva de Dios. Estos son sus temas:

(1) Reflexión hermenéutica: sólo podemos hablar del pecado “original” desde otra realidad aún más “original”; desde la fe en el perdón de Dios, el Dios trinitario que es amor gratuito que crea y acoge perdonando. Desde el punto de vista social, político o económico hablamos de injusticia y muerte, de desajuste y crisis... Desde el punto de vista religioso tenemos hablar de pecado.

(2) Experiencia de gracia: la novedad del cristianismo es la acogida práctica de la gracia de Dios, revelada en Cristo, no el conocimiento del pecado; sólo por la gracia sabemos que hay pecado. Por eso, a pesar de todo el pecado del mundo, los cristianos podemos y debemos vivir en agradecimiento, podemos confiar en el don de la vida, que es más grande que todas las injusticias y muertes de la historia.

(3) Kerigma bíblico: la revelación del pecado en el AT sólo acontece en la más alta experiencia de la gracia; lo mismo sucede en el NT, especialmente en Rom 5, 12-21. El Dios de la Biblia no viene a descubrir y condenar el pecado de los hombres, sino a ofrecerles su amor, de manera que sólo en ese amor pueden ellos descubrir y confesar su pecado, que es siempre un pecado perdonado. Un pecado sin perdón ofrecido y, de algún modo acogido, no sería pecado, sino fatalidad, destino o violencia interhumana. El principio de la vida humana es el perdón y el amor, no el pecado. El centro de la vida cristiana es la creación del Reino de Dios, no el arrepentimiento por las culpas.

(4) Desde san Agustín, inversión del testimonio de la Biblia. En un momento dado, un tipo de teología de origen dualista y pesimismo antropológico, ha tendido a separar el pecado de la gracia y ha corrido el riesgo de hablar de un pecado original en sí mismo. Ciertamente, ni Agustín ni el Concilio de Trento han caído en ese riesgo, pero una interpretación vulgarizada de sus afirmaciones ha podido dar esa impresión. Por eso, han sido muchos los cristianos que han vivido obsesiondos por el pecado y el infierno, por la muerte y la ausencia de Dios.

(5) Nueva teología. La búsqueda de una comprensión nueva del pecado está vinculada a la trasformación de la teología católica realizada a mediados del siglo XX, con el mejor conocimiento del kerigma bíblico y del mensaje de los Padres de la Iglesia, que interpretan el pecado como rechazo de la gracia. Eso significa que el principio de la vida humanha es la gracia de Dios, el amor generoso, la esperanza del Reino. Los cristianos creen en el Reino de Dios, invocan a Dios Padre. Por eso, en el centro de su vida está la experiencia de la gracia y la esperanza de la vida. El pecado viene en un segundo momento y no puede destruir esa experiencia de gracia y esperanza.

(6) Respuesta cristiana, la experiencia del perdón: «Del pecado en sentido propio sólo podemos hablar desde dentro de la experiencia de fe. Fuera de la experiencia de fe reconocemos estructuras excluyentes, abusos, crímenes, violencia, injusticia social. En la fe, en cambio, el pecado no solamente es conocido en cuanto tal, sino como pecado perdonado” (pág. 181). No hay primero juicio de Dios y después posible perdón, sino que lo primero es el perdón: “sólo cuando descubrimos que estamos perdonados y que podemos perdonar” conocemos que habíamos pecado, que somos pecadores. Sólo el perdón antecedente (la gracia previa) nos permite conocer la gravedad del pecado y suscitar el agradecimiento.

7. Perdón y nueva creación. Sin perdón no hay creación, sino simple justicia legal donde nada se crea, ni destruye, sino que todo se mantiene en un tipo de círculo cerrado de muerte. Pues bien, en contra de eso, el perdón, que rompe la dinámica de la pura justicia, es la esencia de Dios, que nos crea en Cristo perdonando y haciéndonos capaces de perdonarnos unos a los otros. Ésta es la experiencia clave de la vida cristiana, el corazón del evangelio, como yo mismo he destacado, dialogando con B. Andrade. Ella insiste en el carácter trinitario (divino) del perdón y del pecado; yo he puesto de relieve la muerte de Jesús, que he definido como gracia original (don de Dios en Cristo) y pecado originario (hemos matado al Cristo; cf. Antropología bíblica, Sígueme, Salamanca 2006). Los dos interpretamos el pecado original a la luz de la experiencia más originaria de la gracia. Así lo ha mostrado este libro de B. Andrade, elaborado en el lugar de cruce entre exégesis bíblica y antropología, reflexión teológica y praxis cristiana, dialogando con los teólogos alemanes del siglo XX y con otros de lengua castellana, como Ruiz de la Peña,. González Faus, J. Alfaro y F. Ladaría.

8. Conclusión. Tal es el contenido de este libro, que puede empezar pareciendo muy teórico, pero que acaba ofreciendo una luz inmensa sobre la problemática social de una población como la de España, empeñada en descubrir las implicaciones políticas del perdón (cristiano, humano) en unas circunstancias de cambio y pacificación como las que estamos viviendo en este año 2006. El perdón es gratuito y por eso puede cambiar la vida humana de aquellos que lo acojan y se dejen trasformar por su presencia.

Las reflexines de este libro pueden ayudarnos a entender los temas que estamos tratando en el blog, temas de diosas y mujeres bíblicas, temas de Adán y Eva, de pecado, gracia y perdón en la historia de una humanidad marcada, para muchos de nosotros, por el signo de Cristo.
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