17.6.24. Los músicos de Harpa Dei cantando salmos a Santa Teresa
Han estado estos días (15-17.6.24) en Alba de Tormes y Salamanca, los cuatro hermanos de sangre y de comunidad religiosa que forman el Coro Harpa Dei (harpa de Dios), el “ensamble católico” quizá más conocido de la iglesia, tres mujeres (Lucía, Marie-Elisée, Mirjana) y un hombre (Nikolai), apellidados Gerstner
Nacieron en Alemania y forman parte de una comunidad religiosa llamada del Cordero, nombre que viene de Ap 15, 1-3, Apocalipsis, donde aparece un coro celesta Cantar el Himno del Cordero. (harpadei.com)
| Xabier Pikaza

Harpa Dei en Alba de Tormes y Salamanca
Los hermanos Gerstner nacieron en Alemania, crecieron en Ecuador y actualmente residen en Jerusalén y Alemania, de donde van a muchos para animar el canto de las comunidades con himnos y canciones de Biblia y tradición, de oriente y occidente, en hebreo, griego, arameo, árabe y latín, con alemán, castellano y otras lenguas.
Quien quiera algo bueno enlace con Harpa Dei, atienda un momento y sienta. Si aún le queda tiempo y desea continuar lea lo que sigue.

Yo también he formado parte de un coro de canto gregoriano (imagen de coro grande)

Era grande, del monasterio de Poio, Pontevedra, donde una de las actividades fundamentales era cantar en gregoriano. Éramos unos cien “coristas” (músicos de coro), entre profesores, hermanos y estudiantes. Ofrecíamos cada sábado un pequeño concierto (foto); entre el 1958-1973 formé parte de ese coro. Se me ve bien, busque quien quiera. No cantaba bien, pero hacía número y gozaba con la voz de los compañeros.

Comentario de los salmos, con el Harpa Dei (imagen)
No he seguido cantando, pero he sentido la “obligación” de escribir un comentario al libro de los Cantos/Salmos de la Biblia. Los “coristas” llevábamos en un Liber Usualis, texto de cantos litúrgicos editado por los monjes de Solesmes, libro que más veces en tenido en la mano con la S. Escritura.

Pasado un tiempo, dedicado al estudio de a Biblia, he sentido la obligación moral de escribir una Lectura y comentario cristiano de los salmos (imagen). Tiene casi 900 páginas, traducidas del hebreo y comentadas, palabra por palabra, para que los cantores del Harpa Dei y miles y millones de orantes de la Biblia en Castellano puedan entender algo mejor lo que dicen cuando cantan.
He tardado 4 años en escribir ese libro… Suelo decir que entré joven al comenzarlo y salí “anciano” al acabarlo, en el tiempo de la Pandemia, del 2019 al 2023. Lo escribí ese libro porque es importante la letra de los salmos… pero más importante es aun la música…
De ordinario pienso y escribo en absoluto silencio. Digo “absoluto”, soy en esto algo “maníaco”, me molesta cualquier ruido… Se lo preguntáis a Mabel si os parece o a Zury, Pero, de vez en cuando, a modo de descanso u oración pongo la letra y música de un salmo, como estos que cantan los hermanos de Harpa Dei.

En este contexto, con fotos de los dos conciertos de Harpa Dei, en Alba de Tormes y Salamanca, cantando a Santa Teresa en su tumba y en su altar (con Mabel, mi mujer, en la calle Zamora, vestida de rojo, al lado de los hermanos Gerstner) quiero añadir una reflexión sobre el canto de los Salmos, publicada en al revista de Santa Teresa, Ávila 2024, número de primavera, dedicado a la música Sagrada (Imagen donde pone “hubo música y gente…).
Santa Teresa lo ha pasado bien, sin duda, escuchando a sus amigos de Harpa Dei. Gracias P. Miguel Ángel, por haberlos traído El próximo día, si Dios quiere, publicaré una nota sobre los Cantos del Apocalipsis, en especial sobre el Canto del Cordero de Ap 15, como gesto de agradecimiento a los cuatro componentes del Coro/Ensamble Harpa Dei (con su madre, que se ha hecho amiga de mi mujer Mabel, ofreciendo a los participantes las reproducciones musicales de Harpa Dei).
ORACIÓN COMO CANTO, LOS SALMOS (Revista Santa Teresa, Ávila, Mayo-Junio 2024, pag 4-9) Xabier Pikaza
Introducción. El libro de los salmos, manual básico de canto, poesía y oración, compuesto entre el VIII y el II a.C. y codificado en el templo de Jerusalén, sigue siendo utilizado hasta el día de hoy por la liturgia musical de judíos y cristianos, en forma Hebrea (TM, siglo IV-II), Griega (los LXX, siglo II-I a.C.), latina (Vetus, Vulgata, II-IV C.) y en lenguas modernas (alemán, francés, inglés etc., desde la Reforma Protestante.
En hebreo se llaman Tehilim, Alabanzas, para glorificar a Dios por todo lo que existe en el mundo y en la historia. Los traductores griegos les llamaron Salmos (Psalmoi), textos para ser cantados con acompañamiento de salterio, una cítara o harpa de diez cuerdas. Lo que empieza definiendo los salmos no es la letra, sino la música a la que se añade una letra adecuada. No se añade la música a la letra, sino la letra a la música.
Los salmos son mizmor, cantos solemnes acompañados de kinnor o cítara (un guitarra, harpa). El primer lenguaje explícitamente humano ha sido la poesía cantada que brota de la admiración, sorpresa y gozo ante la vida y el mundo, en un contexto de misterio. Más que declaración de ideas, los salmos son una explosión de afecto o lamentación ante el misterio de la vida. Entre ellos hay también /shirim, cantos exultantes de amor, que se diferencias de los gritos animales por su intenso sentimiento de atracción, comunicación o baile, tal como aparece en los Cantares (=Shir ha shirim), que son salmos de amor enamorado.
Oración instrumental. Música orante. Los instrumentos básicos de la música del templo y de los salmos eran y siguen siendo de cuerda (tipo cítara/arpa), con sus derivados modernos como el violín (entre los askenazíes de oriente y un tipo rabel, de origen judío y árabe en España, con la pandereta, los tambores y otros instrumentos de percusión. Entre los de viento destacaban varios tipos de flautas, generalmente utilizadas por los sacerdotes, en las celebraciones procesionales, con marchas y bailes, como indican los dos salmos finales (Sal149-150).
Con la flauta se tocaba, en los momentos más solemnes la trompeta, propia de los sacerdotes y de un modo especial el gran de cuerno o sophar de carnero o cabra, que podía hacerse también de bronce y que anunciaba marcar la llegada del sábado, las fiestas de la luna nueva (y luna llena) sobre todo la celebración del año sabático y/o jubilar.
En un momento tardío, hacia el tiempo de Jesús la música y los salmos del templo vinieron a ser más importantes que los sacrificios, como indican 2-2 Crónicas. En la Dedicación del templo de Salomón, los levitas cantaban y tocaban los instrumentos, mientras los sacerdotes hacían sonar las trompeta (cf. 2 Cron 7,6). Por su parte, en las fiestas de la dedicación del templo la música sonaba hasta colocarse ban sobre el altar las ofrendas para ser consumidas por el fuego. Después, mientras se derramaba el vino sobre el altar, con la carne de los sacrificios, se unía el toque de instrumentos de los sacerdotes con el canto de salmos los levitas (cf. 2 Cron 29, 26-30).
La liturgia del templo tiende a convertirse en celebración musical, aunque, al mismo tiempo, emerge una lectura y reflexión meditativa sobre los salmos. En esa línea, aparecen los salmos llamados tefilim, oraciones o plegarias, en formas de invocación, petición y diálogo dirigido al Dios, en quien todo se funda y condensa, en los diversos momentos de la vida, día o noche, nacimiento o muerte. Por otra parte, dirigiéndose a Dios, el orante de los salmos reflexiona y se comunica en su interior consigo mismo, de manera que sus teo-loquios (locuciones con Dios) se convierten en soli-loqiuos, conversaciones o reflexiones consigo mismo, de manera que surge, desde los salmos, en una verdadera meditación (tipo más ignaciano) o incluso una oración contemplativa (tipo más carmelitano, como podemos ver en numerosos textos de Teresa de Jesús y Juan de la Cruz).
Éstos y otros nombres se emplean en hebreo, aunque en general los salmos suelen llamarse tehilim¸ de manera que los más utilizados forman el Gran Hallel o gran alabanza. Sólo al traducirlos al griego y publicarlos como texto unificado, recibieron, por comodidad, un nombre único, el de Salmos (Psalmoi), textos cantados con acompañamiento básico de cítara o salterio, de trompetas y tambores.
De los salmos a la oración privada. Hay salmos que, pueden también recitarse (leerse) o meditarse, y muchos judíos y cristianos empezaron a utilizarlos así en su reflexión o alabanza privada, aunque el lugar oficial de su culto era la liturgia del templo de Jerusalén y después la oración de las sinagogas judías o de las iglesias y comunidades cristianas, hasta el día de hoy.
En ese contexto se empieza a insistir en el contenido o mensaje de los salmos, es decir, en sus ideas, más que en su música. Los que han recopilado la colección oficial de salmos, entre el IV y el II a.C. han recogido textos de todos los tipos y estilos, como un arco iris de sentimientos, incluyendo todos los diversos tonos experiencias de la vida, de forma que muchos hoy consideran escandalosa. En esa línea, lógicamente los salmos contienen sentimientos distintos, y entre ellos se incluyes algunos de ira, maldición, violencia y venganza. Muchos lectores actuales han querido unificar el pensamiento de los salmos, conservando sólo los pensamientos piadosos, eliminando versos o motivos (incluso salmos enteros) por violentos o contrario al mensaje de Jesús.
De esa manera han querido unificar la teología o mensaje de los salmos, pero con eso han deformado su sentido. La solución no está en eliminar algunos versos o motivos (incluso salmos enteros) por violentos o contrario al mensaje de Jesús o al gusto moderno. La solución está en aceptar los salmos, como expresión de humanidad, reconociendo con ellos lo que somos, no para quedarse en ese planos, sino para reinterpretarlos desde la misericordia de Dios, que los cristianos descubrimos revelada en Cristo. En su unidad y diversidad, ellos son el mejor testimonio de arte, oración y poesía de un pueblo como el judío, que es antiguo testamento de Jesús, un pueblo cuyo camino y experiencia de oración está en la base del evangelio (del cristianismo) y de toda la cultura de occidente (y en un sentido más extenso de la humanidad entera).
Nota final. A capella, aplicación carmelita y alemana. El canto y oración de los salmos pasó de oriente a la iglesia de occidente, especialmente en el tiempo de los carolingios (siglo VIII-IX) d. C., haciendo que naciera así la música llamarse “gregoriana”. Una novedad del gregoriano es que se canta a capella (como música vocal, en una capilla de especialistas musicales). Así entendida, la música gregoriana de los salmos ha sido y sigue siendo, una de las mayores creaciones artística se la historia. La reforma protestante quiso “devolver” los salmos al pueblo, creando una liturgia sálmica y coral que se ha mantenido viva el día de hoy.
Así lo entendió y plasmó el más sabio de los frailes carmelitas (varones), quizá el más significativo tras Juan de la Cruz: Tomás de Jesús (1554-1727). Él fundó desiertos (Batuecas), y, fue, al mismo tiempo promotor (fundador) de las modernas misiones católicas (Propaganda Fidei). Fue misionero y apóstol en Flandes y en zonas de intensa presencia protestante de Alemani. F. J. Delitzsch (1913-1890, gran teóloto protestante alemán, el más profundo comentarista de los salmos en el siglo XIX, cita con admiración el testimonio de este carmelita, católico, español (natural de Baeza, fundador del desierto salmantino de Las Batuecas):
Renacidos a partir del salterio, los himnos alemanes resonaron desde las playas del Báltico hasta los picos de los Alpes… Así dice el carmelita español Tomás de Jesús: “Los himnos (salmos) de Lutero han ayudado de forma maravillosa a la causa luterana. No sólo se escuchan en las iglesias y escuelas, sino también en las casas privadas, en los talleres, en los mercados, en las calles y en los campos”… De esa forma, convertidos en himnos los salmos antiguos se transformaron en la iglesia luterana, convirtiéndose en la salmodia de los pueblos germanos y escandinavos (Los Salmos. Comentario al texto hebreo del AT, Clie, Viladecavalls 2022, 50).

Tomás de Jesús, carmelita, estudiante de Salamanca, fundador del desierto de las Batuecas (quizá el más hondo lugar de oración de España), fue de misionero a Alemania para cantar salmos, y allí le recuerdan con admiración agradecida los mayores estudiosos protestantes de Salmos.
Estos cuatro hermanos alemanes han venido estos días a Alba de Tormes ya Salamanca, con su madre, para cantar sus salmos y cantos ante el Sepulcro de Teresa y en la iglesia de Santa Magdalena, de la Calle Zamora, en el centro de la ciudad. Gracias hermanos por haber venido, gracias por haber cantado y cantar con soléis….
No he podido estar con vosotros esta vez, tenía una función que cumplir por zoom con vuestra América querida. Si un día volvéis con tiempo nos vemos. Me gustaría regalaros con Mabel nuestro libro de los Salmos, que tiene en la portada a un trovador sajón, cantando salmos con el Harpa Dei.
(Trabajo publicado en revista Santa Teresa, Ávila mayo-junio 2024. Hay en la portada un letrero donde dice que hubo mucha música y fiesta).