LUMEN FIDEI. Cuestiones disputadas /y 2

Gracias a todos los que han leído mi propuesta de lectura de la Lumen Fidei, y a los que han comentado después (como he mostrado reproduciendo la mayor parte de esos comentarios). Perdona, Sofía, si alguna vez no queda clara la “autoría” de algunos textos. Se debe quizá al hecho de que unos comentaristas han citado a otros, y algunas veces sus aportaciones se mezclan. Con el post de hoy:

a. Añado los comentarios que ayer no cupieron (la máquina del blog tiene un límite máximo de unos 25 folios, luego corta). Por eso añado hoy los que ayer quedaron sin entrar.

b. Añado los nuevos (primeros) comentarios de hoy (15.7.13), muy significativos por las aportaciones de J. I. Calleja, que tiene su propio portal y cátedra para exponer lo que piensa (como Galetel y otros), pero nos visita a veces con su sabiduría. Gracias.


Mi aportación final, después de todo esto, quiere ser muy simple y se resume en cuatro afirmaciones:

1. No me atrevo a terciar entre las razones de Galetel, Sofía, Fernando, Hypatia, Yehuda, Calleja etc. Cada uno tiene sus propias aportaciones. Entre todos ofrecen una sinfonía muy valiosa.

2. En lo único que creo que puedo aportar algo es en la visión de la “fe” (emuna, pistis), según la Biblia (AT y NT), y creo que, en ese campo, la encíclica no ha “hilado fino”. Los católicos tenemos un contencioso con la fe desde antes de la Reforma…. (hemos tendido a convertir la fe en un sistema de creencias) Y los reformados (luteranos, calvinistas…) tampoco han iluminado a mi juicio los temas (corren el riesgo de un fideísmo). Pienso que el gran tema está en redescubrir la “fe bíblica” (de Abraham y de Isaías, de Jesús y Pablo). Desde esa perspectiva pueden vincularse muchas de las cosas que ahora parecen “dispersas”.

3. Mucho me temo que este “año de la fe” no nos ha logrado ayudar a plantear radicalmente los temas. Cada “loco” a su tema, y el mío es la recuperación de la Pistis Khristou, de la fe de Jesús, que es la Fe del Cristo, en plano de conocimiento activo.

4. Los comentaristas del blog no me han resuelto del todo el tema, pero me han ayudado a plantearlo mejor. Estamos ante el reto de la “fe mesiánica”, la fe salvadora de Cristo. Calleja quiere "situar" el tema en el mundo social, Fernando iluminarlo en relación con la razón, Galetel y Sofía mantener el valor hondamente cognoscitivo de la fe... Todo eso es bueno, pero a mi juicio, si quiere ser cristiano, ha de fundarse en la Fides Christou.

Gracias a todos los que me habéis honrado con vuestra presencia en el blog.

COMENTARIOS DEL POST DE AYER (LOS QUE FALTABAN)

Fernando

No querido Galetel, pareces confundir la doble verdad con la separación de esferas y sus marcos constitucionales. La fe no dice que el universo está orientado a la creación de la consciencia, sino que está orientado a Dios, y en este caso, al Verbo. Pero la consciencia puede desaparecer al completo de toda la creación, y seguir ésta orientada a tal finalidad. No hay doble verdad en ello, sino adecuada separación.

La separación entre esfera religiosa y científica implica que ambos campos no deben yuxtaponerse, salvo en el caso que hechos comprobables impliquen una revisión profunda del campo religioso, pues nunca el campo científico puede ser revisado o comprometido por el religioso. En eso no hay bidireccionalidad; lo siento. Porque de ser así, la ciencia estaría expuesta a la superstición, e implicaría una catástrofe para la humanidad.

En resumen: la consumación en Cristo no exige que los plazos cósmicos y humano coincidan físicamente en orden a sus tiempos.

Una doble verdad supone que lo es válido para un medio no lo es para otro. Yo no digo eso. Lo que digo es lo siguiente:

- que lo que es válido para la esfera religiosa, no está sujeto a comprobación en el medio científico pues trasciende el campo de su alcance, metodología y finalidad. La esfera científica no puede decidir lo que es válido o inválido al margen de ella misma, ni determinar si se confunden, integran o superponen

- pero, lo que es válido para la esfera científica, en el marco de una comprobación y demostración consistentes, y contando con su posible evolución y corrección, debe ser reconocida por la esfera religiosa para su propia autorreflexión, y evitar enfrentamientos infecundos contra aquélla que sólo dañan su propia porvenir y sustancia

Esto NO es doble verdad, querido Galetel, es separación saludable de esferas de sentido.

Galetel

Ni cientifismo ni escolasticismo. Sí a una fe cristiana actual, armonizable con la Ciencia actual. Diálogo entre ellas, no separación. Diferencias y ámbitos distintos, por supuesto; pero la fe cristiana ilumina al conocimiento científico (en otro plano), y es iluminada a su vez por este (en otro plano, también).
No es como tú dices, querido Fernando. Lo siento.

GIORDANO BRUNO

!!!!Qué bonito y que pesado es ese ping-pong que se traen desde las alturas del TERCER CIELO , al estilo SAULO el converso y Pedro Picapiedra.Por lo menos han jugado alguna partida de JULEPE, y uno y
otro se CANTAN LAS CUARENTA, delante del mismísimo Dios, estando este a lo suyo: NI CASO.¡¡Cuanto saben de mí mismo, debe decirse para sí.Un dia de estos, me van a dar lecciones.¡¡¡Como si lo viera!!!!
¿¡¡¡Qué digo del tercer cielo!!!?. DE LAS INNÚMERAS ESFERAS, ¡¡¡Pues que siga el el vals, pero eso que se intitula: PERPETUUM MÖBILE.

Sofía

A mí me parece más interesante el ping pong que el arkanoid.Y me gusta el juego de Galetel.
Yo, en concreto, pienso que si la vida humana es absurda, el cosmos lo es, pues es la conciencia la que puede darle un sentido o no. Si el hombre es imagen de Dios y Dios el origen el fundamento el sentido del universo, entonces veo posible el sentido. Y apuesto por el sentido.
Me parece perfecto que otros hagan otras apuestas y vivan tan frescos como lechugas, y se sientan iluminados con esa luz. Yo no. Esa apuesta por el absurdo, por la falta de sentido, oscurecería todas las otras luces y no vería nada.
Veo que tiene razón Fernando en los peligros de interpretación ultraortodoxatorquemadiana, pero insisto en que ni la encíclica dice eso, ni parece esa su intención. En todo caso,

Yehuda

He visto un programa de la televisión argentina donde (curiosamente junto a un rabino) aparece el ahora pontífice de los cristianos romanos pronunciando la triada greco-cristiana "verdad, justicia y belleza"; pero las Sagradas Escrituras no dicen eso, sino que dicen "Emet, justicia y buen corazón"

Mateo pone en boca del "hijo de David" la triada "tsedeq, hesed, emet" (Mateo 23, 23 = 1 Reyes 3, 6)

Mateo usa "emet" para subrayar la (3) "fidelidad/lealtad"; pero Y'shu tal vez quizá dijo (2) "veracidad/fiabilidad" como a mí me gusta subrayar, y es seguro que Y'shu como muy bien recuerda el profesor Pikaza subrayó la importancia de la (1) "confianza"

El "hijo de David" es (1) justo (2) tiene buen corazón y es (3.3) leal (3.2) veraz y (3.1) digno de confianza

Yahvé durante la noche, en sueños, le dijo -pídeme lo que quieras ... Y Salomón le dijo: -tú has tenido gran piedad con mi padre, David ... oh Yahvé mi D--s, dame ... justicia, buen corazón, lealtad, veracidad y ser digno de confianza

Fernando

Pues nada galetel, sigue en tus trece, pero la verdad es que las proposiciones científicas y religiosas no son armonizables, si por "armonizables" entendemos que no discuerden entre sí concurriendo a un mismo fin. Pero eso es idealismo, y del malo además.

Las esferas religiosas y científicas no se armonizan, porque supondría que contenidos no comensurables entre sí se sitúan en un mismo plano de consistencia probatoria, lo que supondría transferencia y revalidación de una a otra, y eso no lo pueden hacer. De igual modo que no hay (ni debe haber) una ciencia armonizable con la creencia hindú o budista, a pesar de ciertos desgraciados intentos por armonizarlas, de igual modo no hay una ciencia válida para el cristianismo. Eso no es armonizar; simplemente es meter con calzador.

Más bien, pueden ser "convivenciales", pues ambas están abiertas (a su modo) a cuestiones fundamentales. Pero la ciencia es libre de la religión (¡gracias a Dios!). La religión, no debería...
En suma, librémonos de armonías, y sí de convivencias. Una ciencia "armonizada" con la religión es ciencia de deshecho. Lo siento Galetel.

De igual modo una fe "armonizada" con la ciencia implicaría una simple amoldamiento con proposiciones temporales. La ciencia es abierta, siempre avanzando y corrigiendo; mientras que la fe se fundamenta en un depósito de creencias que pueden y deber ser reflexionadas y puestas al día, pero que en última instancia se acogen a tradición. La ciencia no debe acogerse a tradición, pues para ella es falible.

La fe tiene un lema fundamental: credo in Deum. Es decir, cree en la "autoridad" de algo superior y que le trasciende. Mas la ciencia, tomando el lema de la Royal Society, puede decirse de sí misma: "Nullius in verba", que se puede traducir como: "No te creas nada que venga por palabras de autoridad".

Si esto no lo ves, es porque no quieres entenderlo.

Galetel

Hay distintas vías para acceder a la Verdad, y así debe ser. Pero la Verdad es una.

Yehuda

"la Verdad es una". Por un lado está la "veracidad/fiabilidad" (Apocalipsis 19, 11) "verdadero" en el sentido que "no hay doblez ni engaño" (Juan 1, 47) por otro lado está la "fe/confianza" que recuerda el profesor Pikaza y que es una cuestión esencial, luego está lo "verdadero" como un predicado de una afirmación teórica, por ejemplo

"-tú cortas, y yo elijo el trozo de la tarta" ¿es verdad o mentira? Ni una cosa ni la otra pues no es una afirmación, sino una regla, justa o injusta, en cambio la afirmación "la limpieza étnica garantiza la paz social, la paz de los cementerios" tal vez sea "verdadera", no lo sé, pero sirve de ejemplo. ¿Por qué a los cristianos les entusiasma "la Verdad es una"?

Pues porque es como el viejo Yahvé de madera en tiempos de la militarización de la provincia de Yehud o la "ikurriña", pues no existe una ikurriña italiana, pues como el Yahvé de madera no es una bandera, sino La-Bandera-la-nuestra, la única, la verdadera

Así que aquí en esta cuestión tenemos cinco cosas:

(1) la confianza
(2) la lealtad
(3) la veracidad, no decir mentiras ni engañar

(4) afirmaciones teóricas que quizá son verdaderas

(5) "la Verdad es una", afirmación enfática para suscitar Identidad y que cumple o puede cumplir la misma función que cortarse el prepucio, enarbolar banderas y alzar dioses de madera para dar "el alarido de guerra"

"¿eres de los nuestros?" preguntó Josué

Más allá de los clanes están las tribus ... y más allá de las tribus ... en las federaciones de tribus surgen las religiones y los dioses ... En fin, todo esto es un enredo colosal lleno de complejas ambigüedades ... Lo único que quiero decir es que "la herejía de los nazarenos" (Hechos 24, 5) subrayaba los aspectos morales y enfatizaba la fiabilidad/veracidad, no decir mentiras ni engañar. Así de sencillo. "la verdad" no es una cualidad moral. La obsesión por "la verdad" nace en la historia de los cristianos para establecer banderías y marcas de identidad, camisetas de colores como los equipos de balompie o las empresas comerciales.

Sofía

No, Yehuda: "la verdad es una" en el contexto que lo ha dicho Galetel no es eso que tú dices, no está diciendo que la verdad sea la que tiene alguien como oposición a lo que dice otro y no sé cómo lo puedes entender así.
"La verdad es una" significa que la fe-verdad no es contradictoria con la verdad a la que se puede llegar por la razón ni por las ciencias empíricas porque todos los distintos aspectos del conocimiento se refieren a la misma realidad aunque la fe sea el plus de confianza en el transcendente-inmanente Dios-verdad-bien-amor.
Por supuesto que la fe es confianza, al fin y al cabo no es evidente la apuesta por el sentido, la bondad, la vida. Aunque sí es razonable.

Galetel

La Verdad es una, sí, pero nadie la posee completa todavía. La hallamos conjuntamente entre varios y por distintas vías, cognitivas, éticas, estéticas, que según nuestra fe conducen a un solo hallazgo final: la Verdad única que coincida con el Bien y la Belleza, al final de todos los recorridos. Sólo al final.

Mi recorrido no es el único válido; pero tanto el mío como el de otros son válidos en cuanto sirvan para llegar al único final.
Esto dice mi fe: la Verdad completa coincide con el Bien y la Belleza; solamente así es Verdad y es una.
Las ciencias actuales no poseen la Verdad; las religiones actuales tampoco, cualesquiera que sean. Van en busca de ella, cada una por su vía hacia un fin común, que tiene que ser único para ser Verdad, y tiene que coincidir con el Bien y la Belleza.

Hay cientifistas que afirman: “hemos hallado la Verdad, y nuestro método cognitivo lo garantiza, aunque esta Verdad no sea Buena ni Bella para los humanos”.
Nuestra fe cristiana les replica: “No, no habéis hallado todavía la Verdad completa. No es posible, -según nuestra consciencia- que la Verdad total no sea Buena ni Bella. No puede darse esta contradicción inadmisible entre la realidad y la consciencia. La fe no pretende condicionaros, seguid con vuestro método; pero seguid, porque no habéis terminado todavía”.
Tampoco nuestra religión -ninguna religión- ha terminado de buscar. Hay que armonizar.

Burbu

Hacía tiempo que "estos debates no eran tan largos”. Sofía: solo respondí a Fernando porque mi "eterna lucha " parece imposible de entender y es muy sencilla, muy simple, muy de sentido común y claro, clarísimo

La Ética, El Sentido Común y sobre todo una buena dosis en FOMACION DE VALORES....cuando se lleva muy dentro, que todos somos iguales, ponernos siempre en lugar de los demás...Hacernos la pregunta ¿qué nos gustaría o necesitaríamos de los otros en circunstancias de nuestra vida etc...

SE PUEDE NO TENER NINGUNA CREENCIA RELIGIOSA y dar mucha o poca luz, pero exactamente en aquellos que tienen una creencia religiosa concreta y piensan que " su luz " es la mejor la mas resplandeciente y potente

Sin olvidar que “nuestro mundo “tiene por suerte DIVERSIDAD DE CULTURAS QUE HEMOS DE RESPETAR ..PARECE QUE OCCIDENTE TIENE LA PATENTE Y REFERENCIA DE TODO ¿Quiénes somos nosotros para dar lecciones a nadie?

Complementar siempre –imponer y creerse superior, nunca.Un abrazo a TODOS

Sofía

De acuerdo, Burbu en casi todo. Creía haber dejado claro que cuando hablo de fe-verdad-amor no hablo de adhesión a una serie de doctrinas. Ya he dicho muchas veces que pienso que el mundo está lleno de cristianos anónimos que creen en la verdad y el amor aunque no crean en Dios, o mejor dicho en la imagen de dios que se les ha transmitido.
Por supuesto que tengo que respetar a las personas, tanto si están equivocadas como si no, pero eso no me obliga a respetar sus ideas, porque hay "bonitas tradiciones culturales" como la ablación del clítoris por poner un ejemplo que entiendas bien claro, por no hablar de las inquisiciones religiosas o laicas que prentendían lavar el cerebro al que no compartiera el pensamiento único.
Claro que nos completaremos en ciertos aspectos, pero en otros no y no hay por qué callarse y decir amén a lo que no te parece verdadero o bueno. Eso no es imponer nada, pero proponer sí. Y bienvenido todo lo que todos tengamos en común.

Luis Enrique Antolín

Por unos u otros motivos, no he tenido ocasión desde hace unos días de participar con comentario ninguno en el blog, lo hago ahora, ya a destiempo, y además en modo breve, de apunte.

"Etsi Deus non daretur", o la famosa réplica de Laplace a Napoleón
(anécdota quizá apócrifa pero, desde luego, si non é vero....)de :"Sire, la hipótesis de Dios no es necesaria".Quizá seamos la única sociedad, al menos de las que hay constancia histórica, que se haya planteado, como tal sociedad y no ya en lo que hace a individuos aislados, la no necesidad, la gratuidad de la hipótesis de Dios, de lo sagrado, de lo sobrenatural...

Creo viene a cuento una mención biográfica personal,
yo me he criado en un ambiente no religioso, tampoco anti, y si bien en mi madre no dejaban de darse atisbos de religiosidad,
puedo decir que mi padre es una de las personas que he conocido a quién más le "resbalaba" esta cuestión, ni siquiera para posicionarse en contra.
Por otra parte,
las circunstancias me han llevado a que ya de adulto la gran mayoría de mis amigos o de quienes integran el círculo de mis relaciones sean personas agnósticas, y en algunos casos definidamente ateas.Todo ello hace que para mí resulte en cierto modo natural, nada ajeno o extraño, el vivir sin fe, el afrontar la vida y la muerte sin ella, el sin ella desarrollar valores éticos no menos valiosos, perdón por la redundancia, que los míos propios.

Y, sin embargo, la fe es consustancial en mí, podríamos decir que la llevo en la sangre y que me es imprescindible para vivir según y como el vivir entiendo. Reconozco (¡mea, nostra, culpa!) que las personas de fe podemos tender a proyectar en demasía esta imprescindibilidad sobre los demás, con todo creo, afirmo, que la hipótesis vital acerca de Dios, y en el caso cristiano del Dios manifestado en Cristo, no es ni innecesaria ni gratuita para nadie, ni individual ni socialmente hablando. No se puede desechar como un trasto viejo e inservible. Ha de dejarse..

...Ha de dejarse al menos como cuestión abierta, cerrarla categóricamente a la larga no constituirá sino un cierre en falso. Es sin duda tema que exige larga, muy larga, reflexión y desarrollo, en los que, por supuesto, ahora no puedo enfrascarme.Dejémoslo aquí.

Sólo un apunte más, a modo de nota al margen.En el ambiente social en que me he criado, un ambiente modesto, el arte, la cultura, resultaban también cuestiones marginales, si no ajenas.Constato que se puede vivir perfectamente al margen de ellos.También, en lo que a mí respecta, me son no sólo útiles sino necesarios para vivir.Pregunto si cabe o no proyectar esta necesidad y considerarla, o al menos su utilidad, para los demás, individual y socialmente hablando.

Fernando

Efectivamente, don Luis Enrique. He aquí un espíritu que respira sensatez. Como usted hay personas que no pueden entender su vida sin una fe, sin una perspectiva que podríamos llamar "religiosa". ¡Absolutamente de acuerdo!

Pero, al mismo tiempo, según usted destaca, puede vivirse de forma bien en la vida sin que requiera referirse a tales instancias, y mucho menos, sufran de no sé qué precariedad intelectual, personal e incluso cordial. La raíz de la cuestión, si yo le he entendido bien, está anclada en la libertad, no en la necesidad; es decir, a lo sumo en una "necesidad" personal, íntima, por propia decisión, que en absoluto se infiere y requiere para el resto de personas.

Al final, es que no hay "lumen" de ningún tipo sin la libertad. Cuando hay libertad, y ésta es una personal reflexión, podrá uno tal vez alejarse de la fe, pero sigue ahí esa otra gran instancia humana que es su propia razón libre que le permite comunicarse con el resto de seres libres.

Sofía

La libertad como imprescindible y el uso libre de la razón se dan por sentado. Ningún recorte en ese sentido. Y es mi razón libre la que me enseña que no hay persona que no tenga fe en algo, desde la diosa razón al paraíso comunista a sus creencias ideológicas particulares concretísimas.
Y en este contexto hay creencias que no responden al esquema fe-verdad-amor y mi razón me dice libremente que cuando no es así se camina hacia la muerte.
Quien tenga otros esquemas que proponer que lo haga, pero que no pidan que limite mi libertad de pensamiento a fin de que mi razón se adapte a los dogmas políticamente correctos del momento.
Claro que hay que comunicarse con el resto de los seres humanos, sean libres o no, pero eso no implica que todo el mundo tenga razón en todo y haya que sacrificar la verdad al sincretismo o la indiferencia para no herir susceptibilidades.

Fernando

Sofía, en sustancia te doy la razón al margen de matices, precisamente por el simple hecho de que, en el uso de tu libertad, decidas para ti lo que crees es mejor. Eso y no otra cosa es una forma de "luz", si es que seguimos con la metáfora del post, no porque se conduzca mejor o peor a más altas verdades, o porque radique en algún don superior, sino porque eso, como bien dices, impide limitar la libertad de pensamiento.

¡En efecto, lo has dicho mejor que yo! Libertad de pensamiento, nada menos... La misma que te empuja a responder a la luz de la fe; la misma, nada menos, que a otros les lleva a escoger otra fe diferente o ninguna en particular. No marchará entonces por la "lumen fidei", pero es otra luz distinta nacida de la propia capacidad del hombre, que no por ello -y esto lo que vengo defendiendo- languidece o ensombrece porque le falte la "lux fidei" específica cristiana. Es estructural del hombre y no languidece porque no acepte positivamente a Dios.
Lo que languidece o desaparece -si usamos bien este verbo- es la respuesta creyente (y por ende, religiosa) a Dios. Pero ello ni empequeñece ni socaba la libertad, y como dices, la libertad de pensamiento. Y yo pienso que eso es, de alguna forma, llevar una gran luz, independientemente de que nos guste o disguste, creamos o no, en lo que ella decida, manifieste o rechace.
Lo que de verdad degrada es entonces la falta de eticidad en sus actos, no porque crea, ame mucho o poco, o busque o no la verdad, sino porque niegue al otro emprender ese camino (ése u otro distinto). Muchos abrazos.


AÑADIDOS 15. 7. 13

Galetel

Es evidente que una persona puede vivir tranquilamente sin fe, si no le inquieta el tema de la justicia a las víctimas del pasado. Pero a las culturas humanas les ha inquietado, sin duda; por eso han buscado respuestas en distintas creencias (alma inmortal, reencarnación, sublimación del ego, resurrección…). Casi todas la personas participamos de alguna de estas creencias para aceptar que existe una Justicia a fin de cuentas. Es una apuesta confiada.

Algunos pretenden no necesitar este apoyo, que califican de “mero buen deseo infundado” (wishful thinking), y sostienen en cambio que se puede vivir perfectamente satisfecho sin pensar en ese problema, con una actitud positiva vitalista que mira sólo al presente y al futuro actuando para mejorarlos, y eso basta. El cristianismo, a mi entender, sostiene que no basta.

Eso de prescindir de la necesidad de Justicia para las víctimas del pasado, no es humano; al contrario, lo más humano –
–lo que da sentido pleno a la consciencia humana- es creer que la realidad es Justa en último término; que redimirá del Mal, por completo. Y esta apuesta, sostiene la fe cristiana, no es un buen deseo sin fundamento, pues se basa en una realidad histórica: Jesucristo, y en una realidad suprahistórica: la resurrección de Jesucristo que inaugura una Nueva Creación.


Pero esta fe hay que compatibilizarla con el conocimiento científico, no para demostrarla (es imposible) sino para no contradecirla (es necesario), pues la Verdad es una. Vamos buscando y hallando entre todos la Verdad completa, que actualmente no posee nadie, ni siquiera los cientifistas.

Hypatia

Hay muchas personas en este mundo para las que la creencia en "otra vida" en la que se ajustarán las cuentas puede que ayude a mitigar la indignación que produce constatar las excesivas diferencias de fortuna. Pero si a esa pobre gente sólo le han inculcado la idea de culpa y del castigo con el fuego eterno les resultará más favorable renunciar a la acción vindicativa si perciben que hay leña para todos. Creo que como en el Israel neotestamentario los Saduceos, personas de buena posición, no creen el la resurrección de los muertos mientras que los fariseos, no tan pudientes, si.


Sofia

Así es el mundo de Hypatia, que proyecta sobre los demás. Nada que ver con lo dicho por Galetel que simplemente habla de la posibilidad o no de la existencia de sentido, bondad, justicia en el universo.
No es coherente la existencia de Dios como Bien supremo y la injusticia del abandono eterno de las víctimas. Y no ha hablado para nada de castigos sino de reivindicación de las víctimas, de Dios solidarizándose con las víctimas venciendo con ellas y por ellas el pecado y la muerte.
Pero cree el ladrón que todos son de su mezquina condición y de lo que tiene en el corazón habla hypatia por su boca.


Por cierto ¿"bíblica la sospecha frente al “romanismo”?
Hypatia ciertamente es antirromano -aunque no sólo anticatólico, también anticristiano en general, pero ¿bíblico? No hay más que ver el desprecio que manifiesta por todo lo bíblico en otros blogs más de su línea.
Su concepto de espiritualidad consiste en insultar a católicos y calumniar papas...

Galetel

Dos lamentables deformaciones de la fe cristiana:

-Que la Redención consiste en un “ajuste de cuentas” final, que premiará a los “buenos” y castigará a los “malos”.
No. A mi entender, la Redención cristiana no aplica justicia justiciera, sino justicia justificante. Ofrece una transformación a todos, que vence al mal físico y al mal moral superando las limitaciones físicas, desarrollando los “lados buenos” y eliminando los “lados malos”. Todos seremos “víctimas del pasado” y todos seremos redimidos, si queremos.

-Que el cristianismo es sólo una doctrina moral que sirve para mejorar el presente y el futuro, pero es mítica e irreal en lo que se refiere a la resurrección y rehabilitación de las víctimas de pasado.

No. Jesús fue una “víctima del pasado”, y si estas no resucitan, tampoco Jesús resucitó y entonces la fe cristiana es vana. La doctrina moral jesuánica fue refrendada por la resurrección de Jesús, y sólo gracias a eso ha llegado hasta... nosotros. Sirve, es cierto, para reforzar el humanismo natural, pero, aunque el humanismo es necesario para la Redención (porque así lo ha querido Dios), no es suficiente. El humanismo no es capaz, por sí solo, de construir una sociedad perfectamente justa y feliz, y menos para incluir en ella a las víctimas del pasado haciendo posible así la felicidad completa.

José Ignacio Calleja

Galetel, creo que expresas muy bien - utilizo tu lenguaje - lo del humanismo natural en relación a la Redención por Jesucristo. Lo comparto. También con Sofía. Si me he atrevido a calificar la Lumen fidei de desencarnada, no es a que no hable de Encarnación, y de su íntima relación con nuestra historia, sino a que no arriesga nunca un significado social e histórico de los grandes conceptos antropológicos, bíblicos y teológicos que utiliza. Es como si fueran claros y eternos en cualquier contexto y tiempo: amor, paz, justicia, verdad, perfección, vocación, compromiso, bien común, realidad, ternura de Cristo, conocimiento de Dios, estructura encarnada de la fe, mundo, relaciones humanas fundadas en el amor de Dios, fraternidad humana, unidad, sufrimiento y debilidad... crecen muy abstractos. Por eso creo que es una teología de muchos quilates, - discutible en claves importantes, pues en teología bíblica y dogmática hay otras claves y escuelas -, pero es teología muy sabia (y magisterio)

Yo creo, - y vuestro diálogo me ayuda a verlo -, que si esta teología de la Encarnación incorporara en la interpretación de los conceptos que he dicho, las claves de la persona, vida y palabra de Jesús, - pienso en el semón del monte, pero no sólo -, y la experiencia actual de las víctimas reales, - de los más vulnerables y sufrientes del mundo, y más si lo son por abuso de otros hombres y mujeres -, esta teología ganaría mucho como cristiana y como sabiduría humana. A esto me refiero y esto ofrezco. En esta clave, la salvacion de las víctimas del pasado es vital por Cristo, pero no lo es menos, - hasta donde podemos los humanos-, la salvación de las víctimas del presente; para ello, comprender algunas lazones de su victimización, incitar a la implicación del mundo cristiano en ello, vigilar la transformación en idolatría de una teología que olvidara esto al hablar de su Dios,... ¿Qué puedo decir que no sepáis? Me sumo a vuestro diálogo con esta aportación.

Yo no espero que una encíclica sobre la fe, desmenuce las claves personales y sociales que hacen tan difícil entre nosotros la vida digna de todos y la fraternidad humana, - en esta globalización economicista y tan injusta -, pero advertir esta dimensión social y estructural de la vida justa y buena, de la vida santa, según la fe, y hacerlo en seguimiento de Jesús y su fina compasión hacia lo más olvidados del mundo, - hasta reconocer las dificultades que proceden del corazón y también de las estructuras de pecado -, con tantos católicos haciéndolas suyas y defendiéndolas con uñas y dientes -, algo de esto hay que tener en cuenta al referirse al valor sacramental de la Encarnación. Por eso me duele, lo reconozco, que el Obispo de Alicante, al presentar la encíclica, dijera que esta posición que expongo es "sociologismo". Bien, pues que lo diga mejor, pero que muestre en algo el significado histórico de la Salvación de Dios como justicia, también histórica, y personal, y social. Saludos

Creo que esto que esto que digo, lo intenta en el número 55, y lo logra a medias; y creo que es el número más claramente de Francisco.
Como creo que suya es esta clave, "La fe no sólo mira a Jesús, sino que mira desde el punto de vista de Jesús, con sus ojos: es una participación en su modo de ver" (n 18).
Y esta: "La fe se transmite, por así decirlo, por contacto, de persona a persona, como una llama enciende otra llama". (n 37).Pero esto, para otro día.


Galetel

Gracias, J.I. Calleja. Estamos de acuerdo.
Es muy cierto, a mi parecer, que el cristianismo debe promover el auxilio eficaz a las víctimas del presente, y la prevención de lo que sea para evitar la victimización en el futuro. Es consecuencia ineludible de creer que Dios se ha solidarizado con todas las víctimas, en Jesucristo. Por eso, sería inconsecuente esperar en la Redención de las víctimas del pasado sin trabajar al mismo tiempo, decididamente, a favor de las víctimas del presente y del futuro. Esta colaboración la ha querido Dios y la ha pedido Jesucristo, pero no parece haberse cumplido satisfactoriamente. Es lógico entonces que se exhorte a hacerlo, con vehemencia, y que se eche de menos cuando no incide suficientemente en ello la predicación de nuestra Iglesia.

Pero hay que tener en cuenta que el principal motivo para promover esa acción humanista, en un cristiano, debe ser la Redención obrada por Dios en Jesucristo, y la fe en lo que significa para la rehabilitación definitiva de las víctimas del pasado, incluido el propio Jesucristo. Para un cristiano, esto debe ser más importante aun que la motivación humanista natural. Por eso, incidir en el verdadero y completo significado de la Redención cristiana es extremadamente importante, especialmente cuando se corre el riesgo de que los cristianos pensemos sólo en las víctimas del presente, con una motivación puramente humanista. Claro que peor sería no tener motivación ni siquiera para esto; pero el cristiano debe promover y reforzar el humanismo natural sin perder de vista, sino apoyándose, en el hecho de que el humanismo jesuánico fue refrendado por la resurrección de Jesucristo en solidaridad divina con todas las víctimas, tanto las del pasado como las del presente y el futuro.

Sofia

Muy buenas las claves de Lumen Fidey que señala J.I. Calleja. Imprescindibles.
Hago notar que a veces falta el nombre de la persona que habla, por lo cual, en alguna ocasión, queda bajo el epigrafe "sofía", en continuidad y sin cambio de epígrafe, lo que en realidad dijo Fernando etc. El sentido común dará a cada uno lo suyo.
De todos modos no tiene mayor importancia porque todos estos comentarios son agua pasada y cada cual sabe lo que dijo y lo que le dijeron. Simplemente por aclarar el lío si alguien está confuso por la mezcla.

Hypatia

¿Me entiendes Galetel? (¿Dónde está Alredol?) Mejor que la "justicia justificante" estaría una ¿justicia Ex-antes? Y Aquí te encuentras con el mayor problema de la teodicea expresado por Epicuro y todavía no resuelto "El problema del mal". Tal vez Spinoza o Francisco José Ayala Pereda lo han resuelto pero.... hay que dejar muy mermado al gran Desconocido o entroncado en la Naturaleza misma.

Galetel

Hypatia:
Acerca del problema del Mal, he comentado algo en otros posts. Son ideas recogidas de destacados teólogos cristianos. No sé si vienen a cuento en este post, pero, puesto que tú lo planteas y me aludes, aquí te pongo un comentario mío reciente sobre el tema:

Creo que Dios creó un proceso que “se crea a sí mismo” mediante leyes (propensiones) no deterministas, dotadas de autonomía para llegar a producir consciencias dotadas de libertad. Pero ello implica que Dios tuvo que admitir la posibilidad del mal junto con la posibilidad del bien. La “posibilidad” -bien digo- no la realización, pues el que se realice una u otra posibilidad –el bien o el mal- depende de hacia dónde se inclinen la autonomía y la libertad. No es responsabilidad directa de Dios, sino INdirecta.

Dios quería que se inclinaran siempre al bien, y nunca al mal, naturalmente, pero esto no ha sido siempre así; el mal se ha realizado de hecho, en contra de la voluntad de Dios, y
y puede pensarse que era algo inevitable en un mundo finito en proceso de creación. Ese mal, en cuanto no proviene directamente de la libertad de la consciencia, es “físico”; y en cuanto proviene de ella, es “moral”, cualificados desde el punto de vista de la consciencia, por supuesto. Creo que Dios ha tenido que admitirlo, como he dicho, para hacer un mundo dotado de espontaneidad, de algún interés, de valor para Él, para relacionarse con Él y realizar su voluntad autónoma y libremente.

Si Dios hubiese querido evitar toda posibilidad de mal, habría tenido que crear algo absolutamente predeterminado, inerte y trivial, o no haber creado nada. Pero decidió libérrimamente crear el mundo a pesar de tener que admitir la posibilidad del mal, para permitir la posibilidad del bien. Aunque la posibilidad del mal se realiza, es algo provisional que Dios reparará finalmente, de manera que el resultado de todo ello será el Bien inmenso que lo compense todo.
Este tiene que ser el punto de vista y la intención de Dios, si es Todopoderoso y Bueno.

Por lo tanto, la Redención tiene que haberla previsto Dios –y así puede interpretarse de ciertos pasajes bíblicos- desde “antes” (ontológicamente) de emprender la Creación. Porque TODO EL MAL TIENE QUE SER REPARADO, redimido, para que al fin la Creación esté justificada y tenga sentido. Todas las víctimas tienen que ser al fin resucitadas y rehabilitadas, resarcidas y liberadas definitivamente de todo mal, físico y moral. Esto lo hace Dios por un proceso de redención (a “contrapelo” del proceso de creación, según Moltmann, pero para culminarlo), mediante su encarnación en Jesucristo. La Redención repara y complementa el proceso de creación, respetando la autonomía y la libertad, es decir, no interviniendo en contra de las leyes naturales, sino actuando por encima y más allá de ellas.
Volver arriba