25.1.18. La fiesta de Pablo: Cuatro conversiones y Unidad de las Iglesias
En los días anteriores he presentado el tema partiendo de la vida y obra de Y. M. Congar. Hoy me ocupo expresamente de las Cuatro Conversiones o, mejor dicho, llamadas Pablo, un hombre a quien Dios ha buscado e iluminado de manera muy intensa
En sentido estricto, él no fue un "convertido", sino que siguió siendo hasta el final de su vida judío, pero desde dentro del mismo judaísmo se abrió a Jesús y por Jesús a la Iglesia universal de la libertad israelita, y en esa línea quiero hablar aquí hablar de sus "cuatro iglesias".
En ese contexto cobra sentido más hondo el tema de la unidad y distinción de las iglesias: De Damasco y de Jerusalén, de Antioquía y Roma... que hoy exponemos desde las cuatro llamadas/conversiones del camino de Pablo.
En esa iglesia podemos hablar también hoy (año 2018) de las cuatro o más iglesias de Jesús, que pueden compararse de algún modo con las de Pablo en su camino largo, desde Damasco (imagen 1), donde comenzó su camino de luz, hasta Roma, donde le vemos (imagen final), como anciano encarcelado, escribiendo cartas a sus iglesias.
La vida de Pablo fue un camino de llamada y conversión. Por ser fiel al mismo Dios de Cristo fue cambiando, por ser fiel a su identidad creyente, en camino que sigue siendo ejemplar para las iglesias.
En esa línea, la vida de Pablo aparece como una inmensa parábola misionera, de búsqueda de nuevos horizontes, con gran libertad, con fuertes cambios, sin romper la unidad original, sino para ratificarla.
Precisamente por mantener la "unidad de la Iglesia" tuvo que cambiar su visión de ella, a través de un camino fascinante de transformaciones, siempre en diálogo tenso y profundo con otros hermanos de la Iglesia, como eran Santiago y Pedro, los cristianos de Antioquía y Jerusalén, los hermanos de Roma.
Por eso podemos hablar de las cuatro misiones de Pablo, y ellas pueden ayudarnos a entender las tareas de la misión y unidad de las iglesias, este año 2018, en línea de conversión sucesiva.
1. Primera llamada,
misión damascena (árabe, oriental)
8-9 d.C
Según Hch 9, 11; 22, 3, el judío Saúl (que tomará primero el nombre helenizado de Saulo y después el latino de Paulo/Pablo) nació en Tarso de Cilicia. Recibió una buena educación helenista, como muestran sus cartas (quizá en Tarso, que era entonces y centro de cultura) y una educación judía en algún lugar que no sabemos (quizá en Jerusalén, según Hech 22, 3, pero puede tratarse de un dato “teológico”). Él mismo se presenta como fariseo (Flp 3, 4-5), es decir, como un partidario fuerte de la identidad nacional judaía.
30-31. El libro de los Hechos supone que Pablo viene a Damasco de un modo circunstancial, para perseguir a los cristianos. Pero, conforme a su autobiografía (Gal 1-2), debemos suponer que él era un “residente” de Damasco, donde habiraba “por oficio”, como urdidor de telas para tiendas, pues Damasco, en la linde del desierto. Fue, sin duda, un miembro activo de una sinagoga de Damasco, y allí conoció se opuso (persiguió) a los cristianos “helenistas”, que empiezan a extenderse en la ciudad, y lo hizo por dos razones:
(a) Por oponerse a la cruz del Mesías. Porque los cristianos de su comunidad veneraban ya como Mesías de Israel a un crucificado, es decir, a un rechazado y maldito según Ley (Gal 3, 10-13), actuando así en contra de su visión de la identidad judía y de la justicia de Dios. Pablo, un fariseo apocalíptico y nacionalista no podía aceptar la visión de los cristianos
(b) Por rechazar la universalidad de los "nazarenos". Pablo buscaba la identidad y expansión del judaísmo, conforme a las promesas nacionales. A su juicio, los cristianos nazarenos, que intentaban abrir el “falso” mesianismo de Jesús a los gentiles, destruían la identidad nacional judía.
Se trató de una "vocación", no una conversión estricta. Solemos decir que Pablo se “convirtió”, pero él no utiliza jamás esa palabra; no quiso cambiar de religión, sino vivir el judaísmo de un modo radical, pues Dios le abrió la ojos y, desde su propia raíz israelitas, descubrió una nueva luz, recibió una “vocación” radical, como los viejos profetas (Isaías, Jeremías).
Lo que llamamos conversión fue una “revelación mesiánica”, en la línea de la tradición profética de Israel (cf. Jer 1). Dios se le manifestó, haciéndole ver que Jesús, a quien él se oponía, era su Hijo crucificado, el Mesías Salvador, confiándole el encargo (la misión) de anunciar su mensaje (su Venida) a los gentiles.
Toda la vida posterior de Pablo será un despliegue de esa "vocación", que él mismo interpretó como “aparición pascual” de Jesus resucitado (Gal 1, 11-17; Flp 3, 7-9; 1 Cor 1, 15, 3-7). El libro de los Hechos (9, 1-20; 22, 6-17; 26, 12-18) cuenta esa “llamada” desde una perspectiva más “eclesial”, vinculando la acción perseguidora de Pablo con los sacerdotes de Jerusalén y su “conversión” en la Iglesia de Damasco.
Fue una "vocación misionera" (años 33-35), como el mismo Pablo dice: «Pero cuando Dios… quiso revelar en mí a su Hijo, para que lo predicara entre los gentiles no consulté con nadie (con carne, ni sangre), ni subí a Jerusalén a los que eran apóstoles antes que yo, sino que fui a Arabia, y regresé otra vez a Damasco. Luego, después de tres años, subí a Jerusalén» (Gal 1, 17).
Esta es una misión que Pablo realiza por sí mismo, sin consultar a la carne ni a la sangre, desde su propia sensibilidad judía, desde su primera experiencia cristiana.
Miradas las cosas desde el punto de vista posterior, sorprende que Pablo no inicie su misión caminando hacia occidente (a Grecia o Roma, donde irá más tarde), sino que lo haga en entorno árabe de Damasco (ciudad que estaba, al menos parcialmente, bajo control de los reyes “nabateos/árabes” de Petra, tributarios de los romanos).
No sabemos si predicaba en griego (muchos árabes estaban helenizados), en arameo (lengua franca de la zona) o en árabe (¡era fabricante de tiendas para árabes!). Algunos suponen que viajó al Horeb/Sinai, para presentarse ante Dios, como Elías (1 Rey 19). Otros piensan que caminó hacia Oriente (quizá hasta Palmira), para abrir desde allí el camino de los gentiles de Oriente (los que habitan en tiendas: cf. Os 2, 14), para que fueran hacia Jerusalén, donde debía revelarse el Mesías (conforme a una profética que está al fondo de Mt 2, 1; 8, 11).
Sea como fuere, en el fondo de esta misión había una esperanza apocalíptica, vinculada a tradiciones que hallamos en Juan Bautista y Jesús, cuando empezaron su búsqueda de Dios al otro lado del Jordán. Pablo habría querido preparar la venida del Mesías (el Reino de Dios), precisamente allí, en el oriente, para volver con él a Jerusalén, donde tendría que instaurarse el Reino.
Pues bien, esa misión árabe en Oriente fracasó. No sabemos cómo fue, sólo que fue arriesgada, como supone Pablo al hablar de los «peligros en el desierto» (cf. 2 Cor 11, 26), y de su “huida vergonzosa”, tras volver de su misión árabe a Damasco (cf. Gal 1, 17).
«Si es preciso gloriarse, yo me gloriaré de mi debilidad. El Dios y Padre de nuestro Señor Jesús… sabe que no miento. En Damasco, el etnarca/gobernador del rey Aretas, guardaba la ciudad de los damascenos para prenderme; pero fui descolgado del muro por una ventana en una canasta, y escapé de sus manos (2 Cor 11, 30-33).
Esta “huída por el muro” (cf. Hch 9, 24) constituye la primera estación de los “fracasos de Pablo”, tal como él mismo los cuenta tras veinte años de misión (hacia el año 55). En ese pasaje, Pablo se presenta como un “agente mesiánico peligroso” (como un judío perturbador) en el reino de los nabateos, que le expulsan. Su primera misión parece haber terminado en un fracaso. Pablo deberá “convertirse” de nuevo.
2. Segunda llamada,
misión e iglesia antioquena
Empezó el año 35 d.C., con primera subida a Jerusalén. La misión anterior había durado tres años. Ésta durará catorce (cf. Gal 2, 1). En el caso anterior, Pablo no había consultado a nadie. Al comenzar esta nueva misión lo hace:
«Pasados tres años, subí a Jerusalén para conversar con Cefas y estuve con él quince días. Pero no vi a ningún otro de los apóstoles, sino a Santiago, el Hermano del Señor» (Gal 1, 18-19). No va a Galilea, para recordar el Jesús de la historia, sino a Jerusalén, donde están los “testigos” pascuales:
Va para «conversar» (historêsai) con Cefas (es decir, con el “roca” de la Iglesia), para compulsar con él su visión de la Iglesia, una vez que ha terminado la misión anterior, de Oriente. De ahora en adelante, hasta la muerte, la misión de Pablo se hará en diálogo tenso, de ruptura creadora, con Pedro.
Ve también a Santiago, a quien presenta como Hermano del Señor, es decir, como personaje representativo de la iglesia. De ahora en adelante, Pablo realizará su misión con la mirada puesta en Jerusalén... La suya será una misión independiente, pero querrá conservar siempre los lazos con el origen judío de la iglesia.
− Ésta es la segunda “llamada”. Pablo deja la misión de oriente y se vincula a la Iglesia "oficial de Jerusalén", pero no actp y los XII Apóstoles, sino como delegado o misionero de la Iglesia helenista de Antioquía
Él no quiso quedar en Jerusalén, porque había recibido la misión de anunciar el evangelio a los gentiles (no a los judíos de la “ciudad santa”). Lucas supone que, estando en Jerusalén, él quiso “convertir” a los judíos de la Ciudad Santa, pero que causó conflictos en la comunidad y que los hermanos le “enviaron” a Tarso (Hecho 9, 26-30); éste habría sido su segundo fracaso, tras el de Damasco. Pero el mismo Pablo cuenta las cosas de otra forma, suponiendo que no fue a Jerusalén para quedarse y convertir judíos, sino que estuvo allí sólo quince días (un tiempo prudencial para enterarse de todo, sin comprometerse con aquella iglesia), marchando después hacia Siria y Cilicia (Gal 1, 18-20)
A partir de aquí se cuentan los 14 años (35-48 d.C.) de su misiónantioquena. Dejando Jerusalén, Pablo dirá simplemente que fue a las regiones de Siria (centrada en Antioquía) y de Cilicia (de la que forma parte su ciudad de origen, Tarso), dando a entender que se dedicó a extender el evangelio, pero ya no en oriente (Arabia), sino en occidente, y que lo hizo durante catorce años:
«Después (saliendo de Jerusalén) fui a las regiones de Siria y de Cilicia. Y yo no era conocido personalmente por las iglesias de Cristo que están en Judea. Solamente oían decir: “El que antes nos perseguía ahora evangeliza la fe que antes devastaba”. Y daban gloria a Dios por causa de mí. Después de catorce años, subí otra vez a Jerusalén con Bernabé» (Gal 1, 21 –2, 1).
Eso es todo lo que dice de los catorce años de su segunda misión, sin añadir nadasobre su forma de actuar, ni sobre los lugares o temas de su predicación. Con su estilo habitual, Lucas ha desarrollado de un modo programático (y dramático) esta segunda misión de Pablo en Hech 13-14. Éstos parecen haber sido sus rasgos básicos:
Ésta es una misión que Pablo realiza como apóstol o delegado de la Iglesia de Antioquía. Pablo forma parte de la Iglesia de Antioquía, actuando en ella y desde ella como “colaborador” de Bernabé, uno de los primeros misioneros helenistas (cf. Hech 11, 20-26). En este contexto debemos hablar de un giro apostólico de Pablo, que salió de Damasco (misión árabe), pasando por Jerusalén (primer centro cristiano) para instalarse en y actuar desde Antioquía, que aparece ahora como centro del movimiento cristiano (cf. Hech 13, 1-3).
Pablo y Bernabé misionan por diversas ciudades y regiones del entorno (Chipre, Antioquía de Psidia, Iconio, Listra…) creando comunidades de cristianos gentiles, sin obligarles a circuncidarse, es decir, sin hacerse judíos (cf. Hech 13-14).
Año 48/49: Crisis de la misión antioquena. La conducta de Bernabé y Pablo (delegados de la Iglesia de Antioquía) y el éxito de su misión, causó problemas en Jerusalén, donde los cristianos judíos del grupo de Santiago, el hermano del Señor, querían que todos los cristianos se circuncidaran (Hech 15, 1-4).
Para arreglar el problema, Pablo tuvo que subir a Jerusalén Pablo nos dice cómo fue, pero una versión distinta, aunque complementaria a la que dará Lucas (en Hech 15). Pablo dice así:
«Después, tras catorce años, subí otra vez a Jerusalén con Bernabé, llevando también a Tito. Subí por revelación y les presenté el evangelio que predico entre los gentiles... Y, al reconocer la gracia que se me había dado, Santiago, Cefas y Juan, considerados las columnas, nos dieron a mí y a Bernabé la derecha, en señal de comunión, para que nosotros (fuéramos) a los gentiles y ellos a los circuncisos; sólo que recordáramos a los pobres, cosa que nos apresuramos a cumplir» (cf. Gal 2, 1-10).
Pablo afirma que subió «por revelación» (kata apokalypsin), es decir, por inspiración especial de Dios. En contra de eso, Hch 15, 1-2 afirma que Pablo y Bernabé fueron enviados por la comunidad, de manera que actuaron como delegados de la comunidad de Antioquía. Más aún, Hch 15 supone que los pagano-cristianos tuvieron que hacer algunas concesiones para compartir la vida (la mesa) con los judeo-cristianos (abstenerse de idolocitos, sangre, de carne sin desangrar y de un tipo de prostitución).
Pues bien, en contra de eso, Pablo no recuerda (ni acepta) ninguna concesión, suponiendo que los pagano-cristianos podían seguir siendo lo que eran y haciendo lo que hacían, desde su propia cultura (sin necesidad de cumplir la ley judía), siempre que aceptaran a Cristo, pero no como judío (cumplidor de una ley nacional y cultural), sino como Hijo de Dios y Mesías crucificado.
3. Tercera llamada: ruptura con Pedro, misión independiente
Empieza el año 49 d. C., con el incidente de Antioquía, y la "separación" de Pedro. El tema parecía resuelto y, sin embargo, tras un tiempo, estando Pablo en Antioquía, vino Pedro a residir en esa comunidad y surgió el conflicto:
«Pero cuando Cefas (=Pedro) vino a Antioquía, le resistí a la cara, porque era censurable. Pues antes de llegar algunos de Santiago, comía con los gentiles, pero cuando vinieron, empezó a retraerse y apartarse, pues temía a los circuncisos. Y el resto de los judíos se unieron en su hipocresía, incluso Bernabé... Pero cuando vi que no andaban con rectitud según la verdad del evangelio, dije a Pedro ante todos: Si tú, judío, vives como gentil ¿cómo obligas a los gentiles a judaizar?» (Gal 2, 11-14).
El problema era la comida, no la existencia de cristianos gentiles (sin circuncidarse), sino su relación con los judíos, comiendo y viviendo junto. Para que unos y otros tuvieran que vivir en común alguien tenía que ceder. ¿Quién? ¿Debían ceder los judíos, como si la circuncisión y las normas de pureza no fueran algo que debía separarles de los otros, compartiendo así la vida con los paganos? ¿Debían ceder los paganos, asumiendo y cumpliendo unas normas de pureza propias de los judíos, para poder convivir/comer con ellos? Ante ese problema podían darse y se dieron dos respuestas:
a) Pedro supuso que todos debían ceder, pero de un modo especial los paganos: los judíos aceptando a los paganos, y los paganos aceptando por su parte ciertos elementos de la ley judía, en especial los vinculados a los ritos de comida. Ciertamente, Pedro no se limitó a misionar entre judíos (como parece suponer Gal 2, 1-10), sino que aceptó y asumió la misión a los paganos (como hacía la iglesia de Antioquía), pero (a diferencia de Pablo) mantuvo ciertas normas de separación, que debían imponerse a los gentiles, según el «decreto conciliar» de Hch 15 (no comer sangre o carne mal desangrada ni ofrecida a los ídolos etc.).
b) Pablo supuso y afirmó que los pagano-cristianos no debían ceder en nada. Ellos podían ser cristianos sin hacerse judíos, sin cumplir las normas nacionales sagradas de la ley israelita. Los que tenían que cambiar, si querían mantenerse fieles a Jesús, eran los judeo-cristianos, abandonando las normas de su ley particular de comidas (y de circuncisión) al vincularse en comunidad a los paganos. Por eso, por defender y aplicar su postura, Pablo se separó de Bernabé y de Pedro, y de la Iglesia de Antioquía, para iniciar su misión propia a los gentiles, desligada ya plenamente de la ley judía.
Años 49-56. Tercera misión y cartas. Cartas.
Pablo ha dejado la misión de Oriente y deja después la de Antioquía… Deja a Santiago, deja a Pablo, y realiza su propia misión, la suya, con sus propios amigos… Mantiene la comunión con Santiago (dolorosamente) y con Pedro (duramente…), y realiza su propia misión, la suya… la que ha quedado como modelo en la Iglesia. Ésta es la tercera conversión de Pablo, la que mejor conocemos
Éstos son los años de madurez misionera de Pablo. Ahora empiezan tiempos de la gran misión paulina, ya madura, independiente. Los años en los que va creando sus comunidades propias y escribiendo sus cartas:
Primer viaje misional independiente, pasando, entre otros lugares, por Galacia (en Asia Menor), para venir después a la parte europea de Grecia, donde misiona, entre otros lugares lugares, en Filipos y Tesalónica, para llegar a Corinto.
Estancia básica en Corinto (de donde escribe 1 Tes). Juicio ante Galión (año 50/51).
Estancia básica en Éfeso (en la provincia de Asia), con viajes a Corinto y quizá a Galacia, donde le apresan y está peligro de muerte. En este tiempo escribe parte de su correspondencia a Corinto, con la carta a los Filipenses y a Filemón.
Viaje de Éfeso a Corinto, pasando por Macedonia. Parte de su correspondencia a Corinto. Cartas a los Gálatas y a los Romanos.
4. Cuarta conversión,
fracaso en Jerusalén, cautivo en Roma,
encuentro con Pedro en la muerte
Ésta es de nuevo una misión “poco conocida”…. Pablo “se convierte” (es decir, quiere retomar y destacar la unidad con Jerusalén y con la Iglesia de Santiago) y vuelve a Jerusalén, pero allí no es bien recibido… Le apresan, y comienza su misión como cautivo, durante largos años, en Cesarea y después en Roma, hasta la muerte.
El año 58 d.C. sube a Jerusalén con la colecta, para dirigirse luego a Roma y seguir desde allí hasta España y culminar de esa manera su tarea misionera. Había comenzando en Arabia (oriente) y quería llegar a Hispania (occidente), de manera que Cristo fuera conocido de un confín al otro de la tierra, antes de venir (volver) como Mesías universal. Pero quería mantener su comunión con Jerusalén (con los judeocristianos de Santiago) y por eso subió con una “colecta económica”, para responder a la petición que le habían hecho (Gal 2, 20).
(a) Al principio de su misión, había querido llegar a Jerusalén con los dones de Oriente (Arabia), pero no pudo (Gal 1, 18-20).
(b) Al final va con los dones de Asia y Grecia, para reconocer así el cumplimiento mesiánico de las promesas de Israel.
(c) No busca a Pedro, para conservar la unidad con él..., busca a Jerusalén, las raíces judías, el mesianismo del Antiguo Testamento, la misión de los profetas.
Años 58-60 Fracaso en Jerusalén (Hech 21-24). Las castas y escritos que conservamos de Pablo no dicen ya nada de lo que pasó en Jerusalén, ni después. El relato de Hech 21-24 (en el que Lucas aplica a Pablo el esquema de la subida de Jesús a Jerusalén) resulta ambiguo. No sabemos si los cristianos de Santiago aceptaron la colecta, ni se algunos de ellos acusaron a Pablo de haber “profanado” el templo, aunque es probable. Sea como fuere, se formó un tumulto y le apresan los romanos.
Pablo preso en Cesarea del Mar. Félix, Procurador romano, encarcela a Pablo esperando dinero, pero no se le dan (no se sabe qué ha pasado con el dinero de la colecta), y así Pablo está dos años preso, mientras crece la tensión política y social en Jerusalén (antes de desembocar en la guerra del 60-70 dC).
Años 60-64 d.C. Pablo apela al César (Hech 25-26). Festo, nuevo Procurador quiere agilizar el juicio, pero Pablo apela al Tribunal del César en Roma, cosa que pudo hacer fácilmente si era ciudadano romano (como supone Hechos), pero que también pudo hacer aunque no lo fuere puede hacerlo, por ser un hombre conocido y porque su causa era importante para los judíos
Pablo en Roma.... quizá cerca de Pedro. Hech 27-28 cuenta, en forma literaria, el vieja de Pablo a Roma, para indicar después su cautiverio en Roma, dejando abierto el resultado de ese juicio y el final de la vida de Pablo. Hay varias opiniones sobre lo que pasó después. La más probable parece la de que Pablo no fue liberado, sino condenado, muriendo probablemente el año 64, en tiempo de Nerón. Es posible que algunos judeo-cristianos le siguieran acusando (cf. 1 Clem 5-6).
Conclusión

Por buscar un tipo de "unidad" abierta a todos ha muerto Pablo, le han matado en Roma.
Quiso la Unidad con Jerusalén, quiso llegar a Roma, pero sólo pudo llegar cautivo
No buscó a Pedro, para planear juntos la última misión. Pero probablemente se encontró con Pedro en Roma, pues también Pedro buscaba el centro de la humanidad de entonces. Según la tradición, ambos murieron cerca... cada uno buscando el cumplimiento del camino de Jesús.
La unidad final de las iglesias... seguía siendo un ideal, la exigencia de un camino de conversión, entonces (año 64), como ahora (aho 2018)