La caída de la religión (romana y/o actual). Vayan buscando una barca

"Yo sólo pretendo decir unas verdades del barquero que nadie se atreve a decir porque son políticamente incorrectísimas. Aquí te envío otra colaboración, por si en algún momento decides que sirve para algo". (El Barquero H).
Se dice que la historia es maestra de la vida... No lo sé (muchos no aprendemos, somos el único viviente que puede "no aprender" en la evolución), pero al menos, es un buen ejemplo para mareantes y barqueros.... Es claro que necesitamos una barca para pasar al otro lado de la política actual y del estilo de vida dominante , porque a este lado, como seguimos ahora (si nos enrocamos, como dicen) nos morimos todos (Après moi, le déluge,“Después de mí, el diluvio”, dice que decía el rey de Francia Luis XV, 1710-1774... y llegó,claro, la Revolución con la Reina Guillotina).
Jesús de Nazaret dijo que llegaba el Reino de Dios, que estuviéramos preparados... Muchos creemos que todavía es tiempo de tomar su barca de pasar al otro lado, para aprender a compartir y a respetar, a vivir desde dentro (cada uno), y en comunión de amor/caridad (todos)... Pero otros no son tan esperanzados y piensan que sólo queda la barca de Caronte (Imagen) que nos lleva a los mundos inferiores de espectros y de muerte. Todo lo que sigue es de H. Algunos le conocéis, voy a dejar así su nombre
La caída del paganismo greco-romano:
De vez en cuando hay historiadores que se preguntan por qué se hundió el paganismo greco-romano y se formula todo tipo de teorías, como que “los dioses paganos eran demasiado humanos y el hombre necesita dioses transcendentes que estén por encima de nuestras pasiones”. Es decir, se imaginan que fue un problema teológico. Sin embargo yo invitaría a imaginarse lo que era la ética en Roma y Grecia y, en consecuencia, la vida de sus ciudadanos e, igualmente a seguir la historia de las ciudades griegas y el Imperio Romano.
Como indoeuropeos, griegos y romanos eran pueblos conquistadores que habían llegado de Asia y habían edificado una sociedad sobre las espaldas de los conquistados y, al revés que los demás conquistadores, habían diseñado un sistema social dirigido a que esta situación se perpetuase: los conquistadores siguiesen formando las clases superiores y los conquistados nunca se integrasen con ellos. Es lo que yo llamo “Los cuatro pilares del orden social indo-europeo”:
1. Poder político limitado a los conquistadores, por medio de una democracia oligárquica (de la que estaban excluidos los conquistados), que, cuando Roma se hace demasiado grande para garantizar la exclusión, se concentra en un Emperador, que es el testaferro o monigote de las clases dominantes y al que se le proclama dios para que quede claro que los de arriba no van a admitir que los de abajo les discutan el sistema.
2. Esclavitud, para que los conquistados no tuviesen derechos,
3. Derecho de propiedad absoluto, para tenerlos en la pobreza y
4. Sistema de relaciones sexuales que impidiese los matrimonios y el sexo humano y responsable entre clases, con el fin de impedir que los de abajo se metiesen en las familias de los de arriba.
Ésta es una situación que se tiene que mantener por la fuerza, que provoca recurrentemente rebeliones de esclavos, que pone un techo al desarrollo económico, porque obliga a mantener a la mayor parte de la población en la ignorancia y que lleva a largo plazo un incesto de primos entre la clase dominante, provocando una degeneración genética. Por otra parte, los contactos con los pueblos no indoeuropeos son peligrosos, por el “mal ejemplo” que suponen, lo que da lugar a una agresividad de los indoeuropeos contra ellos. Esta religión pagana tiene unos dioses que bendicen la situación injusta y sólo los más tontos de los dominados tienen alguna clase de respeto por ella. La actitud de la mayoría es de indiferencia y desprecio hacia semejantes dioses.
Regulación del sexo
Conviene caer en la cuenta de la consecuencia inhumana sobre el sexo del sistema greco-romano, eliminando el mito de que ese mundo era una especie de paraíso sexual con el que vino a terminar el Cristianismo con sus represiones, porque es justamente al revés. Como los matrimonios tenían que ser arreglados entre las clases superiores y ni siquiera se podía amar a las esclavas, porque los hijos que se tuviese con ellas serían esclavos y no podrían acceder a la clase superior porque sólo se admitía la monogamia y esa esposa única tenía que ser de la misma clase, todo sexo fuera de ese tipo de matrimonio era denigrante, por lo que la filosofía sobre el sexo se concentró en dos extremos: el epicureismo de sexo por puro placer, sin ninguna connotación humana y el estoicismo y platonismo, para el que todo el sexo era una pasión inferior, que, además, amenazaba al matrimonio clasista en el que se basaba el orden social. Decir que Roma y Grecia eran paraísos sexuales es como decir que lo es una casa de prostitución, porque el sexo noble, con sentimientos y convivencia desinteresada y por amor eran algo subversivo. La prostitución es el lado más negro de la represión sexual y desaparece justamente con la libertad sexual, que no es la promiscuidad, sino la convivencia por amor.
Imagínese cualquiera que es un moralista romano que encuentra repugnante el sexo con esclavas por puro placer y sin ninguna responsabilidad hacia las esclavas. No puede decir que hay que respetar al prójimo-esclava, porque la esclava no es prójimo. No hay más salida que decir que el alma es buena y el cuerpo y sus pasiones algo malo. Ésta es la represión sexual que luego ha heredado el Cristianismo, pero no es cristiana, sino consecuencia del orden matrimonial greco-romano.
Conversión al cristianismo
Fatalmente llega un momento en el que, como los indoeuropeos no han conseguido destruir a las demás culturas ni sojuzgar a los demás países, llega alguna contaminación ideológica desde fuera y los sojuzgados de dentro se dan cuenta de que es falso que el orden natural tenga que ser así: que un 15% de la población acapare el poder político y económico e, incluso, no tenga contacto sexual con ellos, como no sea el de la relación cliente-prostituta. Incluso las mujeres del pueblo no sirven a los dominadores sino como presas sexuales y los hijos que tengan con ellas serán repugnantes bastardos.
Eso es lo que le ocurrió a Grecia y Roma al entrar en contacto con el mundo judío, cuya ética era de ayuda, compasión e integración entre todas las clases sociales, atenuada, eso sí, porque para los judíos sólo eran “prójimos” los de su pueblo-religión o se integrasen en él convirtiéndose a ella.
Pero en el momento en el que apareció un judaísmo universal, para el que había que predicar la “buena noticia” a todas las gentes, eso fue como pinchar el globo del mundo greco-romano: empezó a escapársele el aire a borbotones, o sea, a convertirse las clases bajas a una religión que decía que todos eran personas.
Era simplemente cuestión de tiempo el que al 15% de dominadores les retirasen la cómoda alfombra debajo de los pies y el 85% de sojuzgados se hiciesen cristianos.
Y ahora podemos contestar a la pregunta de por qué se hundió la religión pagana y ver que no fue por motivos teológicos, ni porque resultase intelectualmente más bello un Dios único y trascendente que una serie de dioses sometidos a las mismas pasiones que los hombres, sino porque, como era una religión que no se basaba en la ética ni en la caridad (que son lo mismo), sino en mantener el orden social de unos señoritos opresores, pasó lo que tenía fatalmente que pasar: la religión que se basaba en el amor al prójimo la arrolló. Es el mismo mecanismo al que luego Rousseau llamaría “voluntad general”.
Aviso para mareantes
De ahí podemos deducir una regla sociológica que no tiene más remedio que cumplirse: las religiones que se aparten de la ética, el humanismo y el amor al prójimo o caridad para vivir cómodamente a la sombra de los poderosos, disfrutarán de unos siglos de maravillosa comodidad y se librarán de ser perseguidas por los que mandan. Cuando asesinen al Arzobispo Romero de turno, sus sacerdotes se lanzarán miradas de inteligencia y susurrarán: “Mira lo que les pasa a los que protestan. Llévense Vdes. bien con los que mandan”. Pero, a largo plazo, su base sociológica se irá erosionando, como la de un edificio edificado sobre arena, y llegado un momento, se derrumbarán con estrépito para dar paso a otra religión que practique la caridad.
Lo vimos ocurrir en Grecia y Roma, cuando los caritativos éramos nosotros. Después copiamos muchas de sus malas costumbres, contrarias a la caridad, para edificar nuestros templos más deprisa y con menos esfuerzos sobre las ruinas de los suyos. Que esta experiencia nos sirva para no tropezar con la misma piedra. Algo así nos ha pasado a medias, primero con el Islam y luego con el comunismo, luego estamos más que avisados.