Francisco relata la historia de David para advertir del riesgo de convertirnos en "enfermos de poder" El Papa reivindica la oración para comprender que el hombre es "santo y pecador, víctima y verdugo"

El Papa, en la audiencia
El Papa, en la audiencia

“David comprendió inmediatamente que había sido un mal pastor, que había saqueado a otro hombre de las únicas ovejas que amaba, que ya no era un humilde siervo, sino un enfermo de poder, un furtivo que mata y saquea”

"La oración es la voz que nunca se apaga. David santo reza, David pecador reza, David perseguidor, reza; David, víctima, reza; David, verdugo, también reza"

Santo y pecador, perseguido y perseguidor, víctima y verdugo. David era todo esto. Y también registramos en nuestras vidas rasgos a menudo opuestos; en la trama de la vida, todos los hombres a menudo pecan de inconsistencia. Sólo hay un hilo rojo en la vida de David que da unidad a todo lo que sucede: su oración. Esa es la voz que nunca se apaga”. El Papa Francisco reflexionó, en el día de San Juan Bautista, sobre el Rey David, uno de los “elegidos para una misión única”.

En la audiencia general de los miércoles, que todavía se celebra en la biblioteca apostólica, Bergoglio reivindicó el carácter de “pastor” de David, igual que Jesús, “el buen pastor”. “En los Evangelios, Jesús es llamado varias veces "hijo de David"; de hecho, como él, nació en Belén. De la descendencia de David, según las promesas, viene el Mesías”, subrayó.

De pastor a enfermo de poder

Un pastor que acabó siendo rey, y dejándose arrastrar por el poder, convirtiéndose en “un enfermo de poder, un furtivo que mata y saquea”. Antes, fue pastor, “trabajaba al aire libre: pensamos en él como un amigo del viento, de los sonidos de la naturaleza, de los rayos del sol. Sólo tenía una compañía para consolar su alma: la cítara; y en los largos días de soledad le gustaba tocar y cantar a su Dios”.

El Papa, en la Audiencia de este miércoles
El Papa, en la Audiencia de este miércoles

“Y también jugar con la honda”, bromeó, recordando el encuentro con Goliat, del que salió victorioso. “David, por lo tanto, es ante todo un pastor: un hombre que cuida de los animales, que los defiende cuando llega el peligro, que les proporciona su sustento”, y “cuando David, por voluntad de Dios, tenga que cuidar de la gente, no hará nada muy diferente de esto”.

Cuando se deja arrastrar por el poder, “David comprendió inmediatamente que había sido un mal pastor, que había saqueado a otro hombre de las únicas ovejas que amaba, que ya no era un humilde siervo, sino un enfermo de poder, un furtivo que mata y saquea”. Esa es la gran tentación: el poder, que lleva a la corrupción.

Audiencia del Papa en la biblioteca
Audiencia del Papa en la biblioteca

El poder de la oración

David, “el gran artífice de los salmos”, tiene alma de poeta. “No era un hombre vulgar, como puede suceder a menudo a los individuos obligados a vivir mucho tiempo aislados de la sociedad. En cambio, es una persona sensible, que ama la música y el canto”. De ahí nace la oración, de “la convicción de que la vida no es algo que se desliza sobre nosotros, sino un misterio asombroso, que en nosotros provoca la poesía, la música, la gratitud, la alabanza o el lamento, la súplica”.

“David tiene un sueño: el de ser un buen pastor”, recordó el Papa, quien pidió mirarnos en los ojos de aquel que fue “santo y pecador, perseguido y perseguidor, víctima y verdugo. Pura contradicción”.

“David era todo esto. Y también registramos en nuestras vidas rasgos a menudo opuestos; en la trama de la vida, todos los hombres a menudo pecan de inconsistencia. Sólo hay un hilo rojo en la vida de David que da unidad a todo lo que sucede: su oración”, volvió a decir el Papa. “Esa es la voz que nunca se apaga”. “David santo reza, David pecador reza, David perseguidor, reza; David, víctima, reza; David, verdugo, también reza”.

Al orar, “David nos enseña a dejar que todo entre en diálogo con Dios: la alegría como la culpa, el amor como el sufrimiento, la amistad como la enfermedad. Todo puede convertirse en una palabra dirigida al "Tú" que siempre nos escucha”.

“La oración te da nobleza, y David es noble porque ora. Un verdugo, que reza y se arrepiente”, concluyó el Papa. En su saludo en castellano, el Papa se mostró "muy cercano" a las víctimas del terremoto de México. En polaco, pidió a los fieles precaución ante la pandemia, y en italiano, pidió concordia. Que falta nos hace.

Audiencia de este miércoles
Audiencia de este miércoles

Saludo en castellano:

Queridos hermanos y hermanas: 

En nuestro itinerario de la catequesis sobre la oración, hoy nos detenemos ante la figura del rey David, que tiene un papel central en la historia del pueblo de Dios. David era el último de muchos hermanos y pastoreaba el rebaño de su padre Jesé. Ante todo, David era un pastor; cuidaba a los animales y los defendía de los peligros. Así intentó comportarse posteriormente con el pueblo que le fue confiado. Sabemos que, después de haber cometido un pecado grave cuando era rey y al escuchar el reproche del profeta Natán, David comprendió que era un mal pastor, que había saqueado a otro hombre lo que más quería: se había convertido en un enfermo de poder. 

Por otra parte, apreciamos que David tenía un alma de poeta. No era un hombre insensible, sino que estaba atento a la belleza y se dejaba asombrar por la vida, manifestando sus sentimientos a través de la música y la poesía, siendo —según la tradición— el compositor de muchos de los salmos. 

De estos elementos podemos ver que David es un personaje contrastante: es virtuoso y pecador, perseguido y perseguidor. David fue todo esto; pero hay un hilo conductor que une toda su vida, que es la oración. Puede ser una oración con tonos de júbilo o de lamento, pero siempre en diálogo con su Creador, que lo escucha. David nunca estuvo solo, aunque físicamente lo estuviera, porque —en medio de las mil dificultades de su vida— fue capaz de entablar una auténtica relación de amistad con Dios, el verdadero compañero del viaje del hombre. 

Saludo cordialmente a los fieles de lengua española, que siguen esta catequesis a través de los medios de comunicación social. Hoy celebramos la memoria de san Juan Bautista, el profeta precursor del Mesías. Que su ejemplo, como también el del rey David —dos hombres que vivieron la profecía y que supieron indicar dónde estaba el verdadero Dios—, sean estímulo para nuestra vida, para que busquemos la amistad de Dios a través de la oración, y nuestro ejemplo pueda ayudar a llevar a Dios a los hombres y a los hombres a Dios. 

Que el Señor los bendiga.

Audiencia papal en la biblioteca
Audiencia papal en la biblioteca

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