LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA/CICLO B/15-08-2018
LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA/CICLO B/15-08-2018
EVANGELIO DEL DÍA: Lc 1,39-56
En aquellos días, Maria se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de Maria, saltó la criatura en su vientre.
Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.»
María dijo: «Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia –como lo había prometido a nuestros padres– en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.»
María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.
COMENTARIO:
Hoy la Iglesia celebra la Festividad de la Asunción de la Virgen María, una de las fiestas más populares e importantes de la devoción a María.
María ha subida en cuerpo y alma a la Gloria de Dios. Ha llegado, como Jesús, a la perfección y ha alcanzado la meta a la nosotros aspiramos y nos encaminamos.
En el Evangelio de esta Solemnidad leemos el Evangelio de San Lucas (Lc 1,39-56).
María, poco después de recibir el anuncio de que iba a ser madre del Mesías, se pone en camino a la montaña y va en busca de Isabel, embarazada de Juan, el Bautista. Y al ser llamada “dichosos tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá”, estalla de gozo y proclama la grandeza de Dios, y
recuerda todo el proyecto de Dios de liberación y salvación para la humanidad.
“María, Hija de Israel, tú has proclamado la misericordia ofrecida a los hombres, de edad en edad, por el amor misericordioso del Padre…María, presente en medio de los discípulos, tú haces cercano a nosotros el amor vivificante de tu Hijo resucitado”. (Juan Pablo II)
www,marinaveracruz.net
EVANGELIO DEL DÍA: Lc 1,39-56
En aquellos días, Maria se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de Maria, saltó la criatura en su vientre.
Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.»
María dijo: «Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia –como lo había prometido a nuestros padres– en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.»
María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.
COMENTARIO:
Hoy la Iglesia celebra la Festividad de la Asunción de la Virgen María, una de las fiestas más populares e importantes de la devoción a María.
María ha subida en cuerpo y alma a la Gloria de Dios. Ha llegado, como Jesús, a la perfección y ha alcanzado la meta a la nosotros aspiramos y nos encaminamos.
En el Evangelio de esta Solemnidad leemos el Evangelio de San Lucas (Lc 1,39-56).
María, poco después de recibir el anuncio de que iba a ser madre del Mesías, se pone en camino a la montaña y va en busca de Isabel, embarazada de Juan, el Bautista. Y al ser llamada “dichosos tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá”, estalla de gozo y proclama la grandeza de Dios, y
recuerda todo el proyecto de Dios de liberación y salvación para la humanidad.
“María, Hija de Israel, tú has proclamado la misericordia ofrecida a los hombres, de edad en edad, por el amor misericordioso del Padre…María, presente en medio de los discípulos, tú haces cercano a nosotros el amor vivificante de tu Hijo resucitado”. (Juan Pablo II)
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