IX LUNES DEL TIEMPO ORDINARIO/ CICLO B/4-05-2018

IX LUNES DEL TIEMPO ORDINARIO/ CICLO B/4-05-2018

EVANGELIO DEL DÍA: Mc 12,1-12

En aquel tiempo, Jesús se puso a hablar en parábolas a los sumos sacerdotes, a los escribas y a los ancianos: «Un hombre plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó un lagar, construyó la casa del guarda, la arrendó a unos labradores y se marchó de viaje. A su tiempo, envió un criado a los labradores, para percibir su tanto del fruto de la viña. Ellos lo agarraron, lo apalearon y lo despidieron con las manos vacías. Les envió otro criado; a éste lo insultaron y lo descalabraron. Envió a otro y lo mataron; y a otros muchos los apalearon o los mataron. Le quedaba uno, su hijo querido. Y lo envió el último, pensando que a su hijo lo respetarían. Pero los labradores se dijeron: "Éste es el heredero. Venga, lo matamos, y será nuestra la herencia." Y, agarrándolo, lo mataron y lo arrojaron fuera de la viña. ¿Que hará el dueño de la viña? Acabará con los ladrones y arrendará la viña a otros. ¿No habéis leído aquel texto: "La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente"?»
Intentaron echarle mano, porque veían que la parábola iba por ellos; pero temieron a la gente, y, dejándolo allí, se marcharon.


COMENTARIO:

Celebramos el Lunes de la Novena Semana del Tiempo Ordinario . Jesús de Nazaret invitaba a sus discípulos a coger la cruz de cada día y seguirle: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame” (Mt 16,24).
En el Evangelio de este Lunes de la Novena Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Marcos. Jesús se puso a hablar en parábolas a los sumos sacerdotes, a los escribas y a los ancianos, y les presenta la parábola de los viñadores homicidas (Mc 12,1-12)
Jesús distingue entre la viña, símbolo del pueblo elegido, y los viñadores, responsables de su cultivo. El dueño es Dios, que espera los frutos (el derecho, la justicia, el amor). Y manda a sus profetas, pero no son escuchados y son maltratados. Dios no responde con violencia a la violencia, sino que manda a su propio Hijo.
Señor Jesús: me pongo en camino. Quiero buscarte. Dame un corazón sencillo, unos pies ligeros, unos ojos abiertos para que mi marcha sólo se dirija a Ti. Oriéntame cuando me pierda, acógeme cuando me canse, llévame a los otros cuando me sienta solo. Dame valentía, fortaleza y audacia para permanecer siempre firme. Amén.

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