Iglesia Viva reflexiona sobre Dios y la libertad humana La controvertida Providencia
(Gonzalo Haya, en Iglesia Viva).-"La fe en la Providencia es constitutiva e irrenunciable en el cristianismo", afirma claramente Torres Queiruga; pero la fe en la Providencia ha encontrado siempre dificultades con el problema del mal -desde Job a Auschwitz-, con la libertad humana -predestinación y controversia de auxiliis- y, ahora especialmente, en la cultura moderna, con la autonomía del hombre.
Iglesia Viva centra su número 254, correspondiente al trimestre de abril a junio, en el controvertido tema de la Providencia de Dios. Tres reconocidos teólogos -F. Javier Vitoria Cormenzana, Andrés Torres Queiruga y Teresa Forcades- exponen cómo entienden la Providencia "Más allá del Dios intervencionista". Resumiré brevemente sus explicaciones.
Objeciones a la intervención de la Providencia
"Pareciera como si toda la religiosidad y hasta la fe cristiana estuvieran inseparablemente ligadas a la intervención puntual de Dios en el mundo y en nuestra vida": milagros, exvotos en las capillas de cada santo, peticiones en las oraciones litúrgicas, canonizaciones. El lenguaje del Antiguo y del Nuevo Testamento habla de intervenciones puntuales de Dios en la Historia y en las historias de cada uno.
La autonomía del mundo y la autonomía humana rechazan la intervención de un Dios tapagujeros que discrimina a favor de algunos, rompiendo las leyes naturales o la libertad que él mismo les habría dado como característica esencial.
Explicaciones teológicas
Algunas explicaciones han resbalado cómodamente a posiciones extremas para evitar el conflicto de la Providencia con el mal, la libertad o la autonomía. Unos defienden un deísmo -con un Dios creador indiferente a lo que le suceda al mundo- y otros defienden un Dios que interfiere a voluntad -por no decir a capricho- en determinados momentos o con determinadas personas.
Iglesia Viva obviamente defiende la conciliación de los dos extremos: Providencia y libertad autónoma. Estos son los dos argumentos expuestos que considero fundamentales. En primer lugar, en cuanto al lenguaje bíblico, hay que distinguir entre la experiencia religiosa -que es indecible- y la transmisión de esa experiencia, que necesariamente se expresa en el lenguaje y conceptos culturales de su tiempo. Los exegetas, los doctores o los profetas deben ayudar a distinguir entre el mensaje y la expresión cultural en el que está expresado.
El otro argumento esencial es que Dios no es un agente externo, Dios actúa desde dentro del mundo y de nosotros mismos, porque la creación no fue un acto lejano en el tiempo; la creación es un proceso continuo por amor. Invito a leer las explicaciones que los tres autores dedican a este concepto -el aporte más importante a este tema- que en este resumen podría sonar a una fórmula vacía.
En consecuencia Dios no interviene directamente en el mundo -no interfiere- pero sí influye desde dentro, a través de los hombres, "mediante su palabra y su espíritu". Israel, que acaparaba una continua intervención de Dios, era el medio humano que la Providencia eligió para llegar a todos los pueblos.
En este segundo punto la explicación teórica confluye con la explicación práctica popular: a Dios rogando y con el mazo dando. Nosotros somos las manos de Dios. A la pregunta ¿dónde estaba Dios en Auschwitz? el sentido cristiano ha respondido "¿dónde estábamos nosotros?", que éramos los que teníamos que haberlo evitado.
"Cada persona debe acoger la misión de ser Providencia de Dios en la Historia, se puede ver esto reflejado muy bien en la manera como Alfonso COMÍN entendió su responsabilidad de comunicar la fe, a través de un compromiso personal y político, con el testimonio y la proclamación de la Palabra allí donde las puertas parecen cerradas".
Teresa Forcades ofrece una explicación más filosófica y ampliada sobre la "Providencia como comunión", que conciliaría la Providencia con la "libertad para el amor", más que con el libre albedrío, que se presupone. En esta línea cambia un poco la definición y entiende la Providencia como "la garantía que nos da Dios de que en cualquier circunstancia de nuestra vida, por dura o desesperada que sea, nos es posible realizar un acto libre de amor". ¿Cómo se concilia ese acto libre con la Providencia entendida en el sentido tradicional? ¿Cómo "se implica Dios en la historia","cómo rompe la cadena causal"? Entiendo que también aquí el modo de actuar Dios es la "creatividad continua por amor", pero convendría aclarar estas aplicaciones.
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