Hoy es domingo: Amor
El hermano Francisco, convocó un Sínodo para AUDITAR a la Iglesia, empezando por escuchar lo el pueblo piensa y dice de ella, y llevarla a ser coherente con Jesucristo y su mensaje para el bien de la Humanidad y la Creación. ¿Lo estamos secundando?
| Faustino Vilabrille
El texto del Evangelio del domingo de hoy nos recuerda el mandamiento del amor fraterno de amarnos unos a otros, promulgado por primera vez en la historia de la humanidad por Jesús de Nazaret: "Este es mi Mandamiento, que os améis unos a otros como yo os he amado"
Esto, tomado en serio y aplicado a la realidad de nuestros días exige:
-que se acaben los ricos, para que se acaben los empobrecidos por ellos.
-que se acaben los opresores, para que se acaben los oprimidos por ellos.
-que se acaben los poderosos, para se acaben los débiles debilitados por ellos.
-que se acaben los grandes, para que se acaben los pequeños, empequeñecidos por ellos.
Hoy está muy claro que los ricos, los opresores, los poderosos y los grandes, son los culpables de que haya pobres, oprimidos, débiles y pequeños, y el planeta en que vivimos esté cada día más enfermo. Esto lo saben muy bien los economistas, pero casi todos callan y no los denuncian, porque viven del sistema neoliberal capitalista, una pandemia mundial, que ya la tenemos en el tuétano de todos nuestros huesos, hasta el punto de que ya ni nos damos cuenta de que todos llevamos un burgués dentro.
Una persona a la que yo admiraba por su entrega a los demás, sobre todo a los más empobrecidos, me dejó el alma helada cuando un día que comentábamos la situación de injusticia, de desigualdad y la ambición de dinero y poder que hay en el mundo, hizo esta afirmación: “qué sería de los pobres si no fueran los ricos”.
Me sentí fracasado, porque después de haber hablado con ella tantas y tantas veces de lo que pasa en este mundo del neoliberalismo, no conseguí que ni se enterase de que la causa de que haya pobres la tienen los ricos, que la causa de haya oprimidos la tiene los opresores, que la causa de que haya débiles la tiene los poderosos, que la causa de que haya pequeños la tienen los grandes…
Estamos robóticamente programados para seguir a ciegas los dictámenes del neoliberalismo como puros autómatas, porque justamente eso es lo que le gusta e interesa a ese sistema para seguir desarrollándose a si mismo a costa de programarnos a todos los demás a su servicio.
Todo eso nos pasa porque al sistema neoliberal capitalista le importa mucho que tengamos conciencia ingenua, mágica y mítica, (o sea: los ojos cerrados y sumisos) en vez de conciencia crítica, política e histórica (o sea: los ojos abiertos y comprometidos).
La fe, no son catedrales, basílicas, vaticanos, templos, imágenes, santuarios, procesiones, ritos, liturgias, peregrinaciones (Fátima, Lourdes,, Tierra Santa, la Meca…). Jesús ni dijo ni practicó nada de eso, pero como gusta a mucha gente, por eso las religiones lo fomentan. La fe auténtica no va por ahí.
La fe es seguir a Jesucristo para hacer lo que El hizo: luchar por un mundo de justicia, amor, igualdad, fraternidad, amistad, compasión, perdón, vida, paz… para toda la humanidad y toda la creación. Mientras no sea así, el Mandamiento del Amor, seguirá siendo un cuento.
La Iglesia se alejó mucho de Jesucristo y su mensaje, hasta marginar el Evangelio. Por eso el hermano Francisco, convocó un Sínodo para AUDITAR a la Iglesia, empezando por escuchar lo el pueblo piensa y dice de ella, y llevarla a ser coherente con Jesucristo y su mensaje para el bien de la Humanidad y la Creación. ¿Lo estamos secundando?
Feliz domingo a tod@s.-Faustino