XIV Domingo del Tiempo Ordinario 6-07-2025 Predicar la Buena Noticia del Reino con constancia y generosidad

Predicar la Buena Noticia del Reino con constancia y generosidad
Predicar la Buena Noticia del Reino con constancia y generosidad

Jesús envía a los setenta y dos porque el anuncio del reino ha de hacerse más allá de las fronteras de Israel, es decir, también a los paganos.

La mies es mucha pero faltan obreros. Es una llamada actual también para nosotros hoy

Jesús les previene de la dificultad de la misión. Por eso han de ir "ligeros de equipaje"

La alegría ha de ser por haber anunciado el reino, no por hacer cosas extraordinarias

Pidamos acoger la misión que Jesús nos confia y realizarla con la prontitud que se necesita

Después de esto, el Señor designó a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos para que lo precedieran en todas las ciudades y sitios adonde él debía ir. Y les dijo: "La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha. ¡Vayan! Yo los envío como a ovejas en medio de lobos. No lleven dinero, ni alforja, ni calzado, y no se detengan a saludar a nadie por el camino. Al entrar en una casa, digan primero: "¡Que descienda la paz sobre esta casa!". Y si hay allí alguien digno de recibirla, esa paz reposará sobre él; de lo contrario, volverá a ustedes. Permanezcan en esa misma casa, comiendo y bebiendo de lo que haya, porque el que trabaja merece su salario. No vayan de casa en casa. En las ciudades donde entren y sean recibidos, coman lo que les sirvan; curen a sus enfermos y digan a la gente: "El Reino de Dios está cerca de ustedes". Pero en todas las ciudades donde entren y no los reciban, salgan a las plazas y digan: ¡Hasta el polvo de esta ciudad que se ha adherido a nuestros pies, lo sacudimos sobre ustedes! Sepan, sin embargo, que el Reino de Dios está cerca". Les aseguro que, en aquel Día, Sodoma será tratada menos rigurosamente que esa ciudad. Los setenta y dos volvieron y le dijeron llenos de gozo: "Señor, hasta los demonios se nos someten en tu Nombre". Él les dijo: "Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Les he dado poder de caminar sobre serpientes y escorpiones y para vencer todas las fuerzas del enemigo; y nada podrá dañarlos. No se alegren, sin embargo, de que los espíritus se les sometan; alégrense más bien de que sus nombres estén escritos en el cielo" (Lucas 10, 1-12.17-20). 

El evangelio de Lucas nos presenta a Jesús enviando a los Doce a proclamar el Reino de Dios y a curar, en el capítulo nueve. En este capítulo diez, el envío es a setenta y dos, de dos a dos, delante de sí a todas las ciudades donde él había de ir. En los dos pasajes se ven semejanzas, pero también diferencias. En este segundo texto podemos ver una intencionalidad del evangelista: si el anuncio a Israel se confía a los Doce, aquí el anuncio del reino ha de hacerse más allá de las fronteras de Israel, es decir, también a los paganos.

Otro dato interesante de este pasaje es la referencia a la mies abundante y la falta de obreros. Se necesitan muchos obreros para anunciar la buena noticia del reino. Es un texto vocacional para anunciar Buenas Noticias en un mundo amplio, necesitado de ellas. Para esta predicación Jesús da unas recomendaciones muy concretas. Es una misión que ha de realizarse en medio del conflicto, porque las fuerzas del anti reino están presentes y a eso han de enfrentarse los enviados. El pasaje termina haciendo referencia a la alegría de los discípulos porque “hasta los demonios se les someten” pero Jesús les dice que no debe ser ese el motivo de la alegría, sino el que “sus nombres estén escritos en el cielo”, es decir, por haber cumplido la misión, por ser portadores de la buena noticia, sin enorgullecerse por ello.

Jesús les dice a sus discípulos que no lleven dinero, ni alforja, ni calzado y no se detengan a saludar a nadie. Todo va encaminado a mostrar la prioridad del anuncio sobre todas las distracciones que pueden retrasarlo. También que “no vayan de casa en casa” sino que entren a las ciudades, es decir, les insiste en este ir más allá de los lugares cercanos para que el evangelio se anuncie en las plazas, en todos los lugares posibles. Les advierte de la posibilidad de no ser recibidos a lo que deben responder con la constancia del anuncio en otros lugares. Diríamos, con nuestras palabras, es un anuncio gratuito y quien no lo escucha se pierde la oportunidad. Pero, por parte del discípulo, ha de seguir adelante con la misión encomendada con gratuidad, sin depender de que sea recibida.

A veces se escuchan demasiados lamentos del mundo como alejado de Dios, de los valores, del bien. Y, sin embargo, en el mundo hay muchas búsquedas, muchos deseos positivos, muchos esfuerzos humanos realizando el devenir histórico. En ese horizonte ha de predicarse la buena noticia de manera significativa, actualizada y generosa. Con seguridad muchos más la acogerían si supiéramos anunciarla.

Pidamos acoger la misión que Jesús nos confía hoy a nosotros y realizarla con la libertad, desprendimiento, amplitud, sencillez y generosidad suficientes de manera que llegue a muchos y nuestro mundo pueda ser, cada vez, un mundo más justo y en paz.

(Foto tomada de: https://paroquiaamparopvh.org.br/noticia/jesus-envia-seus-discipulos-em-missao)

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