El humanismo hoy (y Vivencias y convivencias 1)

Nada humano me es ajeno
(Terencio).

El humanismo es la consideración del hombre como central y medial en nuestro universo, así pues el mediador de todas las cosas y hasta cierto punto su medidor o criterio. El humanismo en sentido estricto es el humanismo renacentista, de inspiración socrática y cristiana, pagana y religiosa, que se caracteriza por su giro antropológico y su visión antropocéntrica, definiendo al hombre como síntesis o microcosmos del cosmos. El segundo gran humanismo sería el ilustrado, una revisión racionalista del hombre abierto científicamente al cosmos y caracterizado por su libertad, igualdad y fraternidad teóricas, a verificar o realizar políticamente.

Recorre en ambos humanismos, el renacentista y el ilustrado, la búsqueda de lo humano frente a lo deshumano o inhumano. Ahora bien, la humanidad queda en entredicho en pleno existencialismo, cuando Sartre y socios critican el humanismo tradicional como ideología egoísta del hombre burgués. El existencialismo reclama un humanismo desligado de toda religación esencialista o dogmática, fundamentalista, en nombre del hombre finito y contingente, a menudo alienado en su trabajo servil y cosificador. Sartre será aquí el representante radical de un humanismo existencialista , cerrado a toda apertura religiosa o trascendente.

Es este existencialismo radical el que desliga la existencia del hombre frente a su vieja esencia, reinterpretando lo esencial como existencial y abriendo así al hombre a su actual flotación posmoderna. El hombre exento de esencia es puro existir o proyectarse, autonomía y libertad. La crítica del humanismo existencialista al viejo humanismo esencialista o trascendental la realiza tanto Heidegger, sutilmente, como Sartre radicalmente, en nombre de una liberación tan absoluta y total que acaba recayendo en el absolutismo y el totalitarismo nacionalsocialista o comunista respectivamente. Ambos desprecian el viejo humanismo por fláccido o feminoide, pacato, frente al que oponen un decisionismo viril que los sitúa en el límite de lo humano y de la humanidad, así pues transhumanamente.

El colaboracionismo de Heidegger y Sartre con el totalitarismo de derechas o izquierdas resulta sintomático de su desmesura existencial. Es la colaboración del humanismo con el antihumanismo, a la búsqueda de un transhumanismo que salve al hombre a base de perderlo de vista. El orgullo de Heidegger y Sartre les juega una mala pasada, mientras que K.Jaspers resiste a semejante zozobra, afirmando un humanismo existencialista abierto a la trascendencia del propio hombre y, por tanto, de signo religioso y amoroso. Finalmente el segundo Heidegger reaccionará a su primera etapa agresiva con su giro místico o misticoide.

Pero Sartre permanece incólume en su grave error de desligar en el hombre la esencia de la existencia, la objetividad y la subjetividad, la inmanencia y la trascendencia, ignorando que el propio hombre es la síntesis de esencia y existencia, realidad e idealidad, ser y conciencia, necesidad y libertad. El mismo error se trasvasa a su compañera Simone de Beauvoir, cuando esta proyecta un humanismo femenino de carácter existencialista, humanismo que no se queda en femenino sino en feminista. Y bien, se necesitaba cierta militancia cuasi masculina para criticar la enajenación o alienación de la mujer, pero no tanta que pusiera en peligro la propia emancipación o liberación del hombre. Aquí hay sin duda un cierto sesgo masculino procedente de la lucha ideológica, pero que lastra al propio movimiento femenino revertido en feminista.

En el fondo se trata de la crítica al masculinismo en nombre de la fémina y el feminismo, pero también de la feminidad y lo femenino. Podemos hablar hoy al respecto de un humanismo de género, que trata de salvaguardar lo humano del encuentro entre el hombre y la mujer. El feminismo se yergue frente al masculinismo (el hombrismo), pero el humanismo femenino debería presentarse junto al humanismo masculino. Y ello porque ambos tienen ante sí al último humanismo, el humanismo ya no del género sino de la especie, de la especie humana o humanidad. Podríamos hablar del hominismo, porque el hombre y la mujer, la humanidad, se juegan un futuro ya no meramente estético o cultural sino intercultural, es decir, civilizatorio.

Es la civilización humana en su totalidad lo que nos jugamos en nuestros actuales juegos entre norte y sur, África y Europa, Oriente y Occidente, terrestres y extraterrestres. Necesitamos al respecto un humanismo ecuménico o global, crítico tanto del esencialismo o fundamentalismo religioso como del existencialismo o fundamentalismo irreligioso. Actualmente semejante humanismo específico obtiene su reflejo piadoso en el el humanismo humanitario, es decir, en el humanitarismo, tal y como lo encarna hoy el Papa Francisco franciscanamente.

VIVENCIAS Y CONVIVENCIAS 1


---La trascendencia, el tao, el nirvana, el Dios.
---Lo sobrenatural está dentro de lo natural.
---El ordenador como nuestra alma externada.
---Prosigo los vestigios del sentido de la vida.
---El ser implica deber: deber ser, ser debidamente.
---El auténtico héroe no destruye el fondo dracontiano de la realidad: construye sobre él humanamente.
---El tiempo avanza “cutio”: agazapado y seguido.
---La lengua materna: el tono original/originario de nuestra vida.
---El hombre se humaniza como padre: la mujer humaniza como madre.
---La felicidad es aforística: corta y sincopada (Para Juan Hermes).
---Para mí el cero es blanco, el uno negro, el dos violeta y el tres azul: luego vienen los números rojos.
---Relacionar es articular un sentido: y relatar es decirlo o expresarlo.
---Según S.Pániker, nuestro defecto nacional es la emotividad: yo diría que también nuestra virtud nacional.
---A E.Trias le gustaban los límites: a mí me gusta su apertura.
---La defensa de la Tesis Doctoral como ritual totémico: en el que incorporamos el cuerpo simbólico del autor o materia tratada.
---La arrogancia clerical, política o cultural: cuando la gentica se vuelve gentuza.
---La poesía se hace verso a verso, la religión rezo a rezo, la filosofía texto a texto: y la política reto a reto.
---La vida se vive sesgo a sesgo: y la muerte se desvive resto a resto.
---Como animal roedor soy duro de roer.
---Cuando el hastío llega al hartazgo: hastiazgo.
---Hay que tener altura de miras: y bajura de miras.
---En la vejez todo envejece: menos la propia vejez.
---En la vejez interesa más el ser que la apariencia: la realidad existencial.
---Final y principio de año: final del principio y principio del fin.
---Felicito las Pascuas a todo dios: deseando que no nos hagamos la pascua.
---Según santa Teresa todo se pasa excepto Dios: porque no es pasado sino futuro.
---El hombre barrunta desde el barro y columbra desde la oscuridad: el hombre husmea desde el rastro e investiga desde los vestigios.
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