Coletazos del Corpus Christi.
Bien dedujo Lutero cuando pasó a lengua vernácula, el alemán, la Biblia (la primera obra de las prensas de Gutenberg). ¡Cinco siglos son muchos siglos utilizando una lengua que el pueblo no entendía! ¿Razón? La que explica Mircea Eliade y de cuya idea nos hacemos eco: el lenguaje arcano le va muy bien al misterio. ¿Y por qué la Iglesia, tras el concilio de Trento y a la par que el Protestantismo, no cambió de lenguaje? Explíquelo el comentarista "culto" que denigra nuestra nesciencia.
Añadamos que el "misterio" lo es no sólo por las palabras: a pesar de expresarse en castellano, muchas de las afirmaciones a creer que se leen en las misas y se afirman en los credos son incomprensibles para los fieles, incapaces de atisbar la profunda teología que ahí se encierra.
2º. Cualquier agrupación social tiene derecho a manifestar por la calle sus ideas. La Iglesia por más cuerpo místico que se defina, por más supranacional que se proclame, es considerada como una sociedad más dentro del Estado. Y la democracia SÍ reconoce su derecho a manifestarse, cosa imposible en las teocracias o dictaduras confesionales. Esto parecen olvidarlo los crédulos: ¿se concibe una manifestación contra las misas dominicales bajo el pretexto o lema cierto de que eso son conciliábulos de gente que proclama aberraciones?
3º. No es de recibo que una autoridad municipal, en cuanto autoridad municipal --representante de TODOS los ciudadanos-- haga causa común con esas manifestaciones fideístas. A título particular podría participar en ellas "escondido" entre la multitud, no en lugar preferente. Eso es precisamente lo que los Rocuos de turno buscan y pretenden, que la autoridad se alíe con sus dictados crédulos. Y eso no es admisible.
4º. Desde el punto de vista del ciudadano de a pie, lo quieran admitir o no, lo escondan en viriles o custodias "de tantos miles de euros en oro y plata", lo alaben con cánticos, lo escolten las fuerzas aramadas, lo alfombren con hectáreas de pétalos... lo que se pasea por las calles es un compuesto de harina y agua que ni siquiera se podría llamar "pan". Y no lo pasean como símbolo de prosperidad, sino como "realidad": Cristo se hace presente en tus calles (si es Dios, da igual adorarlo en especies, reverenciarlo en imágenes o meditarlo en el sancta sanctorum del sagrario: está en todas partes). ¿Alguien en su sano juicio se imagina algo similar en procesión civil?
Por todo lo cual:
1. Sigan haciendo ostentación festivalera de sus creencias. Tienen derecho. También los folklóricos de Hare Krishna, embutidos en trajes de selección holandesa, hacían sonar sus crótalos por la Gran Vía, y...
2. Consientan la degradación folklórica de que las autoridades civiles cataloguen "todo eso" como "fiesta de interés turístico". Genialidad de las genialidades.
3. Permitan también que el pueblo se carcajee de tamañas exhibiciones de sinsentidos y ostentaciones de desmedidos lujos de orfebrería y metales preciosos. Quizá a algún creyente se le caiga la cara de vergüenza al percibir el contraste.