Germán necesita ayuda urgente.

Lo cité hace pocos días como ejemplo de "consagrado" que más labora por la sociedad necesitada que por cumplir un reglamento que se agota en novenas, misas y de vez en cuando breviario: Germán Fresán, miembro de los Sagrados Corazones, que gasta su vida en sacar del fango de la miseria a una comunidad en Mozambique desde hace décadas.

Pero su labor humanitaria ha sido barrida por el terrible ciclón que azotó en días pasados Mozambique y que ha dejado sin hogar a miles de familias. 


¿Son casualidades? Pudieran ser casualidades que sorprenden y le dejan a uno pensativo, pero como pudiera ser que no lo sean, por eso traspaso mi pensamiento y mi deseo a quien quiera hacerse eco de él.

Primero la casualidad: en el artículo que aquí apareció el otro día con el título “CUANDO SE CENSURA AL ESTAMENTO CLERICAL”, escrito, creo recordar el día 17 ó 18, citaba al final del mismo a un compañero de estudios, Germán Fresán, sacerdote hoy de los SS. CC. (Sagrados Corazones) que está dejándose la piel por ayudar a toda una comunidad que subsiste gracias a su ayuda y puede encontrar un futuro gracias a sus enseñanzas y reformas laborales. Y remitía a tres vídeos grabados por él dando a conocer su labor y, sobre todo, las necesidades de toda esa gente a la que atiende.

Y sigue la casualidad: a los pocos días, el jueves 21, recibo un E-mail del también compañero de colegio y ahora aventajado escritor de novelas y cuentos, Pablo Zapata Lerga, con el siguiente texto:
Hay momentos en la vida en que hay que comprometerse. No es para mí, sino para mi amigo Germán, misionero en África desde hace más de 40 años. Su figura es la de un hombre alto y fuerte con pantalón corto, botas de campo y visera, pateando los campos de Mozambique. Toda una vida dedicada a promover y enseñar a cultivar el campo, hacer estiércol, cría de ganados, cooperativas para criar pollos, hacer quesos, levantar escuelas y un larguísimo etc. de una persona entregada totalmente a los demás. Pues bien, las terroríficas inundaciones de estos días en Mozambique, con vientos de 180 k/h, le han levantado los tejados, derribado muros, destruido cocinas, arrasado campos y dormitorios y no tiene dinero para su asilo con 90 ancianos ciegos.

Y ahora mi pensamiento, que apoyo con aportación y que espero sea compartido y secundado por cuantos esto vieren y leyeren: para nosotros 10, 15 ó 20 euros apenas son nada y, sin embargo, con esa cantidad comen diariamente más de 200 niños… ¿No podemos ayudarles en estos primeros momentos a levantar lo que las tormentas han destruido?

Solemos pensar que parte del dinero que aportamos a ONG,s se queda por el camino, que no es destinado en su destinado a la finalidad por nosotros deseada, que con ese dinero mantenemos ideologías… Paparruchadas. En este caso no hay siquiera intermediarios: la cantidad va directamente a la cuenta de Germán, que bien sabe él cómo multiplicarla por cien.

Aquí dejo constancia de su cuenta para quien quiera colaborar:
Germán Fresán Arboniés
Caja Rural de Navarra
IBAN: ES58 – 3008 - 0035 - 1211 - 6698 - 6214
No procede que yo dé las gracias en nombre de nadie, porque soy uno más en ayudarle: sólo siento satisfacción por el bien que uno pueda realizar. Y más en este caso, que se trata de un compañero de curso que emigró a lejanas tierras y es ahora “alma pater” de muchas personas.

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