ROUCO VARELA y la solución a la crisis: consagración al Sagrado Corazón de Jesús.

30 de Mayo de 1919. Al acto asistieron la Familia real, el Gobierno en pleno, otras autoridades civiles, autoridades religiosas y militares, y muchísima gente. Reproducimos algunos fragmentos del discurso pronunciado por Alfonso XIII que, visto con ojos de hoy día, no tienen desperdicio.
Pero antes de seguir, repito la pregunta que hacía el otro día: ¿Qué les parecería que el "imán" de la mezquita M-30 consagrara el viernes próximo España a Mahoma?
Corazón de Jesús Sacramentado, Corazón del Dios Hombre, Redentor del Mundo, Rey de Reyes y Señor de los que dominan: España, pueblo de tu herencia y de tus predilecciones, se postra hoy reverente ante este trono de tus bondades que para Tí se alza en el centro de la península...
Reconocemos que tenéis por blasón de Vuestra Divinidad conceder participación de Vuestro Poder a los Príncipes de la tierra y que de Vos reciben eficacia y sanción todas las leyes justas, en cuyo cumplimiento estriba el imperio del orden y de la paz.
Gracias, Señor, por habernos librado misericordiosamente de la común desgracia de la guerra, que tantos pueblos ha desangrado; continuad con nosotros la obra de vuestra amorosa providencia. (1)
...bendecid a los pobres, a los obreros, a los proletarios todos (2) para que en la pacífica armonía de todas las clases sociales, encuentren justicia y caridad que haga más suave su vida, más llevadero su trabajo.
... Bendecid al Ejército y a la Marina, brazos armados de la Patria...
¿Se imaginan al Rey Don Juan Carlos en la cima del Monte de los Ángeles proclamando a los cuatro vientos estas frases? Pues esto es lo que se renueva, a esto hace referencia la “fiesta” que hoy organizan los prosélitos rouqueños.
La pretensión del Sr. Rouco –enfatizo lo de señor porque con relación a la España toda no deja de ser un ciudadano más, bien que autopretendidamente ilustre-- de consagrar España de nuevo al Corazón de Jesús, caso de que trascienda a los medios de comunicación, provocará en la mayor parte de la gente reacciones que van desde la sonora carcajada, pasando por la incredulidad por no creer lo que ven sus ojos, siguiendo por el escepticismo o no saber de qué va la cosa y terminando, por parte de más de uno, en el rechazo frontal.
Sí, sonora carcajada y rechazo frontal: España sociológicamente es hoy lo que es. Y lo es como congregación de ciudadanos sujetos a una Constitución. ¿Cuántos se consideran próximos al ideario católico? De éstos, ¿cuántos son practicantes asiduos? Y de éstos, ¿cuántos son partidarios de estos actos, más para la galería que para la devoción?
Muchos podrán decir: ¿Pero qué es eso del Corazón de Jesús? Porque no tienen ni idea de qué va la cosa. Otros, con justa razón, revivirán escenas de fusilamiento de la estatua durante la Guerra con el desagravio posterior. Otros alegarán que el Cerro es un espacio público que no debe ser ocupado por símbolos sacros...
Aún así, si a este acto se atreve el Sr. Rouco es porque esta sociedad está amodorrada en todos los sentidos: les da exactamente igual lo que se haga... con tal de que haya fiesta. Y por la parte que a la Jerarquía corresponde bien lo saben ellos que los efectos políticos y sociales e incluso religiosos de tal consagración serán nulos.
Esperemos al menos que no sean los mismos que los que siguieron a la primera consagración: Dictadura de Primo de Rivera, Desastres africanos, República, Guerra Civil y 40 años de Dictadura. Bendito legado el del Corazón de Jesús. Bendito “reino” el inaugurado por tan ilustre y visceral músculo cardiaco (3).
El Sr. Rouco Varela, salido de las cavernas del siglo XIX y de los oscuros cuévanos que parieran a Margarita María de Alacoque y Bernardo de Hoyos, pretende revivir la ceremonia que en su día congregó en el Cerro de los Ángeles a la Monarquía y a la Jerarquía.
Rouco parece ser un personaje despistado, desnortado y desconcertado al que le ha tocado vivir la ingrata etapa de desafección religiosa. No sabe por dónde salir ni por dónde darse a conocer. No encuentra hueco en esta sociedad. Y como no tiene otras referencias estructurales más que las del pasado, da bandazos como barco desencuadernado. Recordemos las cenas en C/ San Buenaventura a las que invitaba a personalidades del PP. Recordemos la bravata de pretender excomulgar a los etarras asesinos. Carcajada general. Recordemos sus pretensiones inmobiliarias. Recordemos el enfrentamiento con sus propios curas...
Pero hay algo más. Lo que Rouco pretende hacer–a estas horas ya lo habrá hecho— es sencillamente OFENSIVO para muchas personas que superaron escenas como ésta de tiempos pasados y para la mentalidad social que hoy impera en España. Diríamos que incluso para todo el arsenal simbólico que, en mayor o menor grado, guardan los españoles.
¿Razón del porqué ofensivo? La inscripción que reza en la base del monumental bodrio que corona el Cerro. Bien claro lo dice: "Reino en España", en referencia a las palabras del Sagrado Corazón de Jesús a Bernardo de Hoyos en 1733: "Reinaré en España y con más veneración que en otras muchas partes". Subrayamos:“...palabras del Sgado. Corazón de Jesús a Bernardo de Hoyos...” (que murió a los 23 años)
Es algo trasnochado, rancio, caducado... No lo digo yo porque lo sienta, que de estos sentimientos estoy bien libre, es que lo dicen todos aquellos a quienes he formulado la pregunta “¿Qué opinas de la consagración que hoy va a realizar Rouco Varela?”, incluso gente de comunión dominical y religiosidad un poco más cercana al siglo XXI que al XIX.
Entre Zapatero y Rouco, buena es la fiesta a la que nos arrastran en estos malhadados tiempos que corren: ¡ahora nos consagran al Corazón de Jesús! La solución por la vía del milagro. ¿Podríamos decir algo la gente del montón? ¡¡Déjennos en paz y no nos incluyan en tales berenjenales!! Y menos sin haber pedido nuestra aquiescencia.
(1) ¿Qué podría decir de la Guerra Civil que llegó después, más funesta y nefasta para los españoles?
(2) Que ya daban señales de deslealtad creando por estas fechas Partidos Comunistas y llenándose del vitriolo que luego lanzarían a la cara clerical.
(3) Si, ya, ya lo sabemos, el Corazón de Jesús es el símbolo del amor.