No es de este mundo, pero lo es.

Mi reino no es de este mundo”. Y se precian de ello y lo interpretan y lo proclaman y se justifican y sacan conclusiones...

Cuando tal frase oyen, las personas normales aprecian la ironía, callan y pasan de largo. Tal "credo" no es propio de ningún "humanista". Pero ¿es ironía o sarcasmo? ¿Es un guiño? ¿Es una burla? ¿O fue una ligera exculpación de quien dicen que lo dijo viendo lo que se le venía encima?

Todo lo que se ve y se aprecia en la Iglesia Católica –y también en las demás religiones-- es una persecución de un Reino claramente de este mundo.

De momento sólo quedan asimilados a “sociedad”, una más, con un “estado” de juguete --hecho de montañas de dinero--, el Vaticano, que no puede llegar a “reino” por defección viril e imposibilidad hereditaria.

Con su pretendida doctrina social y para sobrevivir de alguna manera

• se inmiscuyen en los “asuntos de este mundo”;
• denuncian las “lacras de este mundo”;
• corren con armas y bagajes tras los “bienes de este mundo”;
• como vulgar satrapía, “este mundo” desconoce su inmenso patrimonio;
• persiguen “las prebendas de este mundo”;
• pretenden el noviazgo de los “contactos de este mundo”;
• se rigen por leyes “similares a las de este mundo”;
• permiten alianzas y patrocinios políticos “en este mundo” con pseudónimo de cristianos...

Así que, suprimido de su mundo “este mundo”, no les queda nada. De ahí lo sarcástico de la frase.
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