No son casos análogos ni siquiera parecidos.

Estamos viendo como algunos reclaman del Papa que la misma benignidad que ha tenido con los seguidores de Lefebvre la tenga con la extrema izquierda eclesial. En mi opinión no tiene nada que ver lo uno con lo otro.

Los seguidores de Lefebvre creen en todo lo que hay que creer, obran lo que hay que obrar, oran lo que hay que orar y reciben lo que hay que recibir. No es el caso de los que, sin estar excomulgados, no tienen la fe de la Iglesia respecto a cuestiones capitales: la resurrección de Cristo, su divinidad, la virginidad de María...

Cierto que se pasaron muchos pueblos los lefebvristas en la obediencia y el respeto al Papa pero aun así ya quisiéramos que muchos de los que están en teoría en la Iglesia tuvieran, al menos, la actitud de los lefebvristas.

Nadie les va a imponer la adoración al Concilio porque los Concilios no se adoran. Y se puede ser perfectamente católico sin sentir entusiasmo por el Vaticano II. Basta su aceptación como Concilio ecuménico. Yo no hablo nunca del primer Concilio de Lyon ní me acuerdo de lo que trató pero acepto sin el menor problema su carácter de ecuménico.

Supongo que con la misa, y más depués del Motu proprio no tendrán problema. Ellos celebrarán según el modo extraordinario y todos felices. Los que les sigan y los que no. Si alguno queda, que quedará, que piense que la misa nueva es sacrílega pues que con su pan se lo coma. Y si es en una casa de orates, mejor. A esos les ha hecho un daño tremendo, y tal vez irreparable, el lefebvrismo. No les mantuvo en la fe sino que les echó de la Iglesia. Muy grave responsabilidad que no se debe olvidar.

Pues, en teoría, no parecen graves los obstáculos que tienen que superar para conseguir su plena integración en la Iglesia. No ocurre así con los del otro extremo. Me refiero a los que no creen en lo que la Iglesia cree, sostienen una moral distinta, se mofan de las oraciones y hasta cabe dudar si su práctica sacramental es la de la Iglesia.

No se trata por tanto de que el Papa haga con estos lo que ha hecho con los otros. Porque en este caso no puede. Salvo que abjuren de sus errores. Si no crees en la Presencia Real estás fuera de la Iglesia aunque nadie te haya echado. Si piensas que el Vaticano II fue causa de muchos males, no. Independientemente de que sea cierto o no lo sea.
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