¿Será gafe monseñor Blázquez?

A este pobre hombre todo le sale mal. Incluso la voz. Le hacen obispo de Bilbao y en Bilbao llevan once años buscando a su obispo. Que ya es tiempo para haberle encontrado. Después viene lo de la Conferencia episcopal. Mucho más reciente. Pero también llevan año y medio buscándole. Y con el mismo resultado. No aparece.

Lo de Valencia fue patético. Algo como aquello de vivo sin vivir en mí. Porque estaba pero no estaba. Su protagonismo personal y mediático fue nulo. Como si no existiera.

Pero hasta el momento la gafancia sólo le afectaba a él. Todo le salía mal. O nada le salía bien. Como prefieran. Parece que su mala influencia comienza a extenderse también a sus amigos. Dicen que Vilaplana lo era, y que fue uno de los que le llevaron a la presidencia de la Conferencia episcopal. No vamos a hablar ahora del acierto de esos cuarenta obispos, creo recordar que fueron cuarenta, que votaron a Blázquez. Cualquier día, alguien, recordando Alí Babá y los cuarenta ladrones, escribe otro cuento titulado Don Ricardo y los cuarenta necios.

Pues el gafe ya afecta a sus próximos. Si quien a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija, el árbol Blázquez es un miserable arbusto que no da sombra ni nada. Supongo que Vilaplana, desde Huelva, buscará rápidamente otro árbol. Es un obispo todavía relativamente joven y como no cambie de sombra termina sus días episcopales en Ibiza.

Terminaré diciendo algo que me cuesta pero que es de pura justicia. Estoy empezando a reconciliarme con la labor del Nuncio. Aunque sigo pensando que es el gran responsable de que tengamos que sufrir al inexistente Blázquez, lo va enmendando bastante bien.
Volver arriba