Hay gente no sé si encantadora o hipócritas redomados.

Mis últimos artículos me parece que han hecho aumentar el número de mis "amigos". No he borrado ninguno de sus "cariñosos" testimonios. Creo que está clarísimo que si ahí permanecen todos es que no me molestan nada. Como si ladra un perro.

Me cuesta trabajo entender, aunque hay gente para todo, que a algunos les irriten tanto las verdades. Y les hagan decir tantas estupideces. Quienes en teoría dicen ser partidarios de la libertad, tan aherrojada hoy en la Iglesia, según proclaman, se la niegan, insultando, a quien creo que también tendrá derecho a ejercerla. Aunque no les guste. Más o menos, cito de memoria, se decía creo que en una zarzuela: Libertad de pensamiento/ proclamo en alta voz./ Y muera quien no piense/ igual que pienso yo.

Pues, más o menos. Yo tengo aquí a algunos habituales y a otros esporádicos que si no les gusta lo que digo insultan y hay veces en las que al insulto añaden recomendaciones espirituales. Usted no ama, usted se va a ir al infierno, usted juzga y no puede juzgar, usted es malísimo...

Me encantaría ver a esos nicks tan amantes, tan cristianos, reaccionando de igual modo ante los insultos de otros, que abundan, a determinadas personas de la Iglesia. Aquí ya nos conocemos todos y los nicks se repiten en muchos Blogs. No diría nada de quien siempre protestara de cualquier insulto, a cualquier persona. No me viene ahora a la mente ningún caso. Si se insulta a Juan Pablo II o a Benedicto XVI, a San José María Escrivá, a los cardenales Rouco y Cañizares, a monseñor Lefebvre, que, con todo lo que se quiera, me parece mucho más católico que el obispo Mariconi e incluso que Casaldáliga, a monseñores Martínez, Reig, Casanova, Osoro, Munilla..., jamás veremos a mis "amigos" llamándoles la atención. Es como si con ellos cualquier insulto estuviera justificado. Pero, ¡ay de mí si se me pasa algún epíteto! Que seguro alguna vez, o unas cuantas se me pasará. Usted tan malo como fulano. Vale. Pero lo de usted el único malo me parece hipócrita, falso, estúpido, necio, impresentable y que les retrata. Como eso. ¿Lo repito? Hipócritas, falsos, estúpidos, necios, impresentables y retratados.

Pero hay algo más. Hasta podrían estar legitimados, si se quiere a responder a insulto con insulto. Aquí jugamos todos. Vale. Pero ya insultar por decir verdades inconcusas, aunque fastidien, pues retrata todavía más.

Ya sabemos todos que la inmensa crisis de los religiosos, que como no sean capaces de atajarla les lleva a la extinción, no les gusta a los responsables de esa crisis que se ponga de manifiesto. Pero ahí está. Espectacularmente grandiosa, con sus responsables. Las cifras lo dicen todo. Pura estadística. Insultar por que se cuente me parece por un lado impresentable y por otro estúpido. Porque es la que es. Y por insultar no se arregla. Lo peor es que los actuales responsables no hacen nada por enmendarla y mucho por que se siga precipitando.

Tengo ya mucha experiencia sobre ello. Lo que me han dicho por exponer la verdad de la preocupantísima realidad de jesuitas, dominicos, franciscanos, religiosas del Sagrado Corazón, vedrunas, Compañía de María...

De ayer mismo una andanada de comentarios adversos por haber expuesto dos verdades meridianas. La preocupante situación de los claretianos en España, patria en la que nacieron, según los datos que ellos mismos facilitan. Muy alarmantes. La otra, sobre los salesianos, por dos motivos. El primero también sorprendente. Que recurran para sus másters a religiosos de dudosísima doctrina y, además, ajenos a ellos. El segundo tiene dos partes. Una de ellas absolutamente criticable. A mí Bertone, por todas sus actuaciones desde que fue nombrado Secretario de Estado, me parece muy corto. Seguramente me he pasado al decir que muy salesiano. Debí decir sólo que muy Bertone. Por supuesto que eso se me puede redearguir. Porque haya quien piense es una lumbrera de la Iglesia. Pero eso también se puede decir sin insultar. La otra es a mi parecer inconcusa. Los salesianos no son la inteligencia eclesial. Sus inmensas virtudes son, o fueron, otras. Lo que no supone que alguno fuera muy notable. Ese no era su carisma. Como tampoco el de los beneméritos Hermanos de San Juan de Dios.

Si yo afirmara que las características de los Dominicos no eran cuidar a los enfermos, dedicación meritorísima por otra parte, o rescatar a jóvenes prostitutas para la virtud, que también, sólo diría la verdad. Y no habría que insultarme por ello.

Tengo clarísimo que se me insulta por decir verdades que escuecen con tanto fracaso. Ya veis la importancia que doy a eso. Aquí está todo. Me la refanfinfla. Y no pocas veces, viendo su nivel mental, hasta me divierte. Vais a conseguir hasta hacerme famosillo.

Y no os preocupéis porque con eso me dais más visitas. Me sobran con las que tengo sin las vuestras. Una auténtica pasada. Ya más de dos millones. Y que sepáis que por todas ellas, ni un euro. Tal vez en las próximas Navidades una cesta. Ni me lo creo. Pero ingresos publicitarios seguro que he dado para ello.
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