La mortaja no tiene bolsillos

- Introducción.
El evangelio de este domingo nos sitúa ante la cuestión del dinero, de la riqueza.
Y como prisma de visión de la cuestión del dinero pudiera ser la primera lectura (Eclesiástés) de hoy: en la vida todo es Vanidad de vanidades y todo es vanidad. Y la cuestión del dinero cuando sobrepasa el cubrir las necesidades humanas, también es vanidad y puro cuento.
También podemos pensar este asunto de la riqueza desde la perspectiva de San Pablo (Colosenses: 2ª lectura): aspirad a los bienes de arriba, a los bienes definitivos.
El problema de la riqueza no plantea tanto la cuestión de la salvación después de la muerte. Ese es un planteamiento distorsionado del cristianismo y de la moral.
La cuestión de fondo es si siendo rico, teniendo codicia y avaricia, se puede uno realizar como persona, Siendo rico ¿Puede uno ser feliz, honrado, justo, libre?
Jesús dice, claramente no.
Pero vayamos por partes.
- Vio Dios lo que había creado y era muy bueno. (G 1,31.)
El pensamiento cristiano entiende que los bienes materiales son buenos porque han sido creados y regalados por Dios al ser humano. Vio Dios que era bueno cuanto había creado (Gn 1,31). Todo lo creado y toda criatura de Dios es buena. (1Tim 4,4).
El primer criterio bíblico y cristiano es que la vida, la creación, los bienes materiales son no buenos sino excelentes.
Dios nos ha regalado la vida y el universo para que disfrutemos. Dios constituyó al hombre como dueño y señor de la tierra (Gn 1,28ss).
- De este principio se derivan algunas consecuencias.
3.1 Puesto que los bienes temporales son buenos, estamos llamados a disfrutar de ellos con gozo (1Tim 4,4).
(Jesús no fue un asceta, un monje, Jesús vivió y tenía fama de ser comedor y bebedor).
3.2 Si los bienes han sido creados por Dios, el hombre no tiene un derecho absoluto sobre ellos. Una cosa es que podamos disfrutar de la vida y de la naturaleza y otra cosa es que abusemos, explotemos y expropiemos la naturaleza y el universo. (1Cor 7,29-31). Esto tiene repercusiones ecológicas. No podemos destruir la naturaleza como lo estamos haciendo.
3.3 Desde un punto de vista cristiano es muy difícil hablar de propiedad privada, mientras exista el estado de cosas mundial en el que vivimos. Mientras exista tanta hambruna en el mundo, mientras exista Gaza y situaciones similares no sé si se puede hablar de propiedad privada.
1Jn 3,17 El que tiene bienes en este mundo, y viendo a su hermano pasar necesidad le cierra sus entrañas ¿cómo podemos decir que es cristiano?
3.4 El cristiano vive agradecido y agradeciendo a Dios la vida, el alimento, los logros de la ciencia, de la medicina. Un cristiano agradece la vida, no la explota.
3.5 Los bienes son signos que apuntan a bienes superiores. El cristiano no se pierde, ni se despista en los bienes, sino que mira a los bienes últimos.
Un ejemplo: el alimento es un bien que apunta a valores superiores a la mera ingestión de una comida. La mesa del ser humano es acogida, encuentro, fraternidad, celebración, amor despedida, etc…
- La riqueza tiene sus peligros
Los bienes o las riquezas tienen peligros para el ser humano. Es lo que nos dice el evangelio de hoy.
La riqueza ejerce un enorme atractivo y poder sobre el ser humano. Y el poder del dinero es una idolatría.
Por eso dice Jesús que "no se puede servir a Dios y al dinero" (Mt 6,24 / Lc 16,13). Es muy difícil que los ricos entren en el Reino de los cielos (Mc 10,23-27). Lo cual no significa que no se vayan a salvar. Aquí nos salvamos todos porque para Dios no hay nada imposible y nos quiere a todos porque es bueno.
Desde el pensamiento cristiano, desde Jesús es imposible ser rico y ser feliz.
No es que Jesús amenace a la humanidad: insensato hoy te van a pedir la vida… Lo que Jesús nos está diciendo es que amando la riqueza no viviremos ni contribuiremos nunca a la paz, ni seremos felices.
Ya sé que no estaréis de acuerdo con esto, pero lo dice Jesús y creo que es una gran verdad:
- El joven rico no le sigue a Jesús, porque era rico. (Lc 18,18-23).
- Del rico epulón dice el evangelio que fracasó en la vida no porque fuese malo, sino porque era rico. (Lc 16,19-31).
- María, la Virgen, dice que los ricos terminan vacíos en la vida. (Lc 1,52-53).
- Por eso es tan imposible que los ricos sean felices como que un camello pase por el ojo de una aguja. (Lc 18,24-27).
La riqueza no nos llevará a una vida serena y amable.
- codicia y avaricia
El Diccionario de la Real Academia dice:
Avaricia: Afán desmedido de poseer y adquirir riquezas para atesorarlas.
Codicia: Afán excesivo de riquezas.
Cuando ponemos nuestra confianza (fe) en el dinero, en la riqueza, ésta genera codicia y avaricia. Es lógico, porque nunca el dinero es bastante.
El dinero como -el placer- nunca son suficientes…
El rico sustituye a Dios por el dinero.
La carta de Santiago recrimina con fuerza la avaricia de los terratenientes preocupados únicamente por ganar dinero:
St 5,1-6 Vuestra riqueza está podrida ... El jornal de los obreros que han segado vuestros campos, defraudado por vosotros y los gritos de los segadores han llegado a los oídos del Señor ...
La avaricia no es un pecado, sino que es una forma de idolatría. El avaro cree que el dinero da seguridad, salud, ancianidad, poder… Por eso el amor al dinero no cree ni en Dios ni en los hombres. La avaricia muestra un corazón y un alma miserable.
- Conclusión
Termino volviendo al evangelio que hemos escuchado: "almacena y guarda millones: necio, hoy -o mañana- o cuando sea, nos van a pedir la vida.
Recuerdo, recordemos, lo que decía con ironía el papa Francisco: Nunca se ha visto que un camión de mudanzas vaya detrás de un coche fúnebre.
Hay muchas cosas en esta vida que merecen la pena y no defraudan: “Las de allá arriba”, como nos dice S Pablo hoy:
buscad los bienes de allá arriba’.
