En la última película de Woody Allen, “Café Society”, el cineasta pone en boca de uno de sus personajes que los judíos no creen en la resurrección de los muertos. No entro en el fondo del asunto, que sin duda, requiere de muchas matizaciones. Pero aprovecho el dato para recordar algo que suele sorprender, a saber: de la fe en Dios no se sigue que deba darse ninguna resurrección de los muertos. Dicho de otra forma: la fe en Dios no es necesariamente utilitarista. Puede ser hasta gratuita: no te quiero por lo que me das, te quiero porque te quiero. El amor no entiende de intereses; a veces ni siquiera entiende de razones. Hay un soneto anónimo a Cristo crucificado, del siglo XVI, cuyo verso inicial reza así: “No me mueve, mi Dios, para quererte, el cielo que me tienes prometido”.
Leer más