El artista presenta con Mª Ángeles López Romero "Crucificados de Hoy" (San Pablo) en Madrid Siro López: "Hay que creer en la vida y no en la muerte"
(Cameron Doody).- De la cruz a la luz con los martirizados de nuestros días. Ese es el camino que invitan recorrer Siro López y María Ángeles López Romero en su nuevo libro Crucificados de hoy, que fue presentado por la editorial San Pablo la noche de este viernes en el espacio Ecooo del barrio de Lavapiés, en Madrid.
"Es un librito pequeñito, con ilustraciones y texto, que no ha dejado de causar cierta sorpresa", afirmó la co-autora del tomo a modo de introducción. Sorpresa -provocada por su yuxtaposición evocadora de fotografías, textos y citas bíblicas- que se multiplicó entre los asistentes al acto por el espacio que se eligió para la ocasión (sede de una empresa sin ánimo de lucro que trabaja por otro modelo de consumo energético) y por los componentes de la mesa que la presidió.
Siro y María Ángeles, por un lado, pero también Javier Baeza, párroco de San Carlos Borromeo, y Cote Romero, co-directora de Ecooo. "Una sede singular para un libro singular", continuó María Ángeles. "Una paradoja de la que pensábamos podría surgir una sinergia sorprendente".
"Es un gesto de renovación de la editorial, de estar al lado de la gente. También un gesto de romper barreras entre creyentes y no creyentes". Esta apuesta de San Pablo por la paradoja, la sinergia sorprendente y la renovación en Crucificados de hoy se vio compensada con creces en su presentación, con la conversación casual que mantuvieron los integrantes de la mesa y con la actuación del rapero Cheshire, con sus rimas de denuncia profética social que emocionaron, y mucho, al público. Pero es que la pretensión del libro en sí -de romper las barreras entre mundo e Iglesia, hombre y Cristo, historia y Evangelio a través de relatos de las personas crucificadas hoy día por los poderes políticos y económicos actuales- se vio reflejada de modo más que claro en la charla a la que asistimos.
"Si hay alguien que sabe de los crucificados y crucificadas de hoy es Javi Baeza", dijo María Ángeles del párroco de Entrevías, pero aparte de las experiencias que el cura compartió con nosotros lo que más sorprendió fue el terreno en común que encontró con Cote Romero, autodenominada persona "espiritual" pero no "religiosa". Acercamiento, precisamente, en torno al volumen de María Ángeles y Siro.

Baeza nos recordó a los crucificados que ve en su vida de párroco. Pacientes de los hospitales que visita, incluso con SIDA. Refugiados. Desahuciados, familia de los cuales le visitó hoy precisamente en la parroquia buscando ayuda sobre cómo afrontar el dormir su primera noche en un albergue. "Bastante dramática es la vida como para hacer treinta estaciones del Vía Crucis", afirmó el cura, recriminando a los dos autores, quizás, que no incluyeran algunas páginas más en su libro.
Cote, a su vez, se centró en sus comentarios en los hombres y mujeres sacrificados hoy en la cruz de la pobreza energética. "Síntoma de un sistema que no cuida a todas las personas", explicó, ya que la luz -comodidad con la que trabaja en Ecooo- es "un bien esencial para vivir una vida digna". Crucificados de hoy, reveló, le recuerda mucho a la encíclica del Papa Francisco Laudato Si'. Ambos son intentos -"tomas de conciencia"- de animar a "luchar conjuntamente, no solo creyentes sino toda la familia humana, para atender ese grito de una tierra herida, el grito de esos pobres". Libros como el de Siro y María Ángeles, tal y como cooperativas como en la que trabaja, afirmó Cote, nos avivan el sueño de que "hay otra manera de vivir que no genera tanto dolor": que no crucifica a los que sufren tanto y que tanto tendemos a olvidar.
Siro López es el artista detrás del libro, pero es mucho más que un hombre de esa sola faceta. "No solo pinta: hace esculturas, escribe, da conferencias, es profesor", recordó María Ángeles, quien además nos destacó, en cuanto a su trabajo, su habilidad de "romper tópicos" y "ser valiente" al abordar sus temas.

López nos acercó a su libro recordando, en primer lugar, que a él le da esperanza que haya tanta gente con la que el local estuvo a rebosar que "sentimos la vida con inquietud". "Lo empecé hace mucho tiempo", precisó acerca de Crucificados de hoy: "el dolor siempre me ha preocupado". "El tema de la cruz", central a su volumen, "como instrumento de la tortura no es patrimonio de una sola religión", recordó; más bien funciona para él como una metáfora del suplicio al que sometemos a tantos de nuestros hermanos y hermanas pero también a nuestro planeta.
"El arte me permite expresar lo que siento, desahogarme y compartirlo", afirmó el artista. Y si hay un detalle que le anima a seguir trabajando "es la luz": signo para él de cómo "nos alimenta la esperanza", del hecho de que sigue habiendo "buena gente alimentando un espacio de corazón" en el mundo. "Qué preciosidad", recalcó el artista, antes de advertirnos que no podemos permanecern satisfechos en esa esperanza propia de nosotros mismos. Con su arte disfruta expresando lo que siente, dijo, pero sobre todo la creación de sus imágenes es su manera de poner en la práctica la convicción de todas las personas de bien de que "no podemos asistir impasibles a estos dramas humanos" que nos interpelan diariamente.
La religión -si bien no todas las religiones- "se han apuntado a la cruz, al miedo, y no a la vida", continuó López, lo que hace necesario que las personas de fe busquen otras "fuentes de luz" -como son para él el medio ambiente, la belleza o la niñez- que puedan generar la inspiración necesaria para hacer frente a los problemas del planeta. "Es muy triste que la cruz tenga miles de seguidores y la buena noticia de la resurrección tenga solo cuatro", se lamentó. "Hay que creer en la vida y no en la muerte".
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