Liturgia del 19º DOMINGO ORDINARIO 25 (C)

19º DOMINGO ORDINARIO 25 (C)
Reflexión inicial:
Hoy no tengo que reflexionar nada. El compañero Cura, que redacta esta Liturgia, me lo ha dicho todo en la Homilía (de obligada lectura), que contiene joyas como éstas:
- Hagámonos una pregunta a la luz del Evangelio: ¿Creemos en un Dios, que es Padre, o en un Señor que nos quiere esclavizados y controlados?
- Dios no tiene que venir de ninguna parte. Está llamando SIEMPRE, desde dentro.
- Tenemos que superar de una vez la idea de un Dios que actúa desde fuera y que habita en un cielo lejano. El trono del Padre está en el ABRAZO permanente que recibes desde que te levantas. Tú eres el cielo donde Él habita.
- Por ello hay que estar siempre en actitud de búsqueda, despiertos, no porque pueda llegar el juicio cuando menos lo esperemos, sino porque la toma de conciencia de lo que somos exige plena ATENCIÓN, para acertar en la administración de nuestra propia vida, que Dios ha confiado a nuestra libertad.
- A las instituciones religiosas, generalmente, no les interesa la idea de un Dios que da plena autonomía al ser humano, porque no admite intermediarios. Para ellos es mucho más útil la idea de un “dios que premia y castiga”, porque en nombre de ese “dios” pueden controlar a las personas.
- No debo confiar en un “dios externo”, ídolo fabricado por los humanos a lo largo de la historia.
Por ejemplo:
El “dios araña”, que necesita cazarme en su red para chuparme la sangre, NO es el Dios de Jesús.
El “dios marioneta”, que depende de mis peticiones para moverse y darme algo, NO es el Dios de Jesús.
El “dios juez”, que me colmará de favores cuando cumpla su santa voluntad, NO es el Dios de Jesús.
- El Dios de Jesús es DON TOTAL, pura gratuidad, regalo incondicional e irrevocable. Tu vida terrena dependerá de cómo administres ese REGALO que se concreta en tu vida.
- El punto de partida es que “Dios ha tenido a bien daros el Reino”. ¡SÍ! El Reino, que empieza en nuestro interior y luego, por desbordamiento, se expande hacia fuera, es el TESORO encontrado. Nada, ni nadie, puede apartarte de él, si tú no quieres.
Por mi parte, solo añadir el escándalo de que mi Iglesia me escandalice proponiendo lecturas con "errores evidentes" como el final de la "carta a los hebreos" con la mítica y mal interpretada alusión al "sacrificio de Isaac".
Aquí hemos suprimido directamente ese párrafo para no confundir a los fieles. No todo lo de AYER vale HOY. Ni Pablo es Dios, ni la boca de Dios… Quien diga lo contrario es un idólatra.
O hablamos claro, o seguiremos arrastrando una "Iglesia idolátrica en gran medida", que no sabe reconocer sus propias miserias. Empeñada en promover APARIENCIAS y despreciando la CONVERSIÓN real y actual.
Se han apoderado de ella los prepotentes DICTADORES, NO los SERVIDORES que Jesús instruyó y envió. Basta VER cómo se presentan ante el Pueblo. Por eso "vuestra casa se quedará vacía" (Mt 23,38).
"Tienen ojos pero no ven" (Sal 115,5). Entonces, ¿Para qué vamos a Misa?
Empezamos e intentamos ver:
El amor permanente y entrañable de Dios Padre, que nos habita y sostiene, la presencia luminosa de Jesús Resucitado, su Luz y el impulso de su Espíritu ESTÁN con todos vosotros.
Y con tu Espíritu
MONICIÓN DE ENTRADA
Sorprende cómo mucha gente vive con temor: miedo a la enfermedad, miedo a perder sus seres queridos, miedo a la propia muerte, miedo del hoy, miedo del mañana…
Jesús nos tranquiliza: “¡No temas pequeño rebaño porque Dios ha dispuesto daros el Reino! ¡No perdáis la esperanza! ¡Tened fe!”
Incluso cuando atravesamos días difíciles, no deberíamos de perder nunca nuestra fe y esperanza; deberíamos estar siempre alertas a la venida amorosa del Señor en medio de nosotros, dentro de nosotros.
Esa certeza de estar habitados y sostenidos por nuestro Padre Dios es la mejor fortaleza y seguridad para eliminar nuestras inseguridades y miedos.
Una simple jaculatoria como “me abandono en Ti, confío en Ti, descanso en Ti”, repetida cuando nos acosan la imaginación o los problemas reales, nos ayuda a recordar que no estamos NUNCA solos.
En esta eucaristía reafirmamos una vez más nuestra confianza en el Señor, que nos anima a tomar buenas decisiones desde nuestra autonomía y libertad, pero siempre nos ilumina y acompaña.
ACTO DE RECONOCIMIENTO
Dios Padre nunca nos abandona, porque va siempre con nosotros en nuestro corazón, donde habita. Ahí podemos experimentar su amor y su fuerza que nos impulsa cada día a poner a producir las cualidades que nos ha dado. Por eso un domingo más nos comprometemos a ello.
Queremos vivir el don de la PAZ, la interior que nos da tu presencia y la exterior que tenemos que construir todos juntos. Nos comprometemos a vivirla cada día diciendo:
Nos comprometemos Señor
Queremos vivir el don del AMOR, el que tú nos manifiestas en nuestro interior y en todo lo que nos das, y el que nosotros queremos vivir y dejar rebosar hacia los OTROS.
Nos comprometemos Señor
Queremos vivir los dones de la BONDAD y la AYUDA preocupándonos de nuestro desarrollo personal y de ayudar a los demás en todo lo que podamos. Por eso decimos:
Nos comprometemos Señor
Dios Padre amoroso TIENE siempre MISERICORDIA de nosotros, conoce nuestras limitaciones y nos guía de su mano a la vida eterna.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo….
Tú que quitas el pecado del mundo, TÚ tienes piedad de nosotros...
Tú que quitas el pecado del mundo, TÚ atiendes nuestras súplicas
Tú que estás sentado a la derecha del Padre, TÚ tienes piedad de nosotros
ORACIÓN COLECTA
«LA CASA ESTÁ PREPARADA»
Te agradecemos, Señor,
tu loca «corazonada».
Tú nos, regalas el Reino,
tesoro, perla sagrada.
Tu Reino de amor y vida
colma nuestras esperanzas.
Por él, lo vendemos todo.
No nos reservamos nada.
Puede ofrecernos el «mundo»:
dinero, poder y fama.
Nada tiene más valor
Que el Reino que nos regalas.
Por precaución, Tú nos mandas
mantener la vigilancia:
«con la cintura ceñida
y encendidas nuestras lámparas».
Somos los «siervos» que esperan
al «amo» de madrugada.
Somos «criados» vigilantes,
atentos a tu llamada.
Como el «señor» precavido
montamos todas «alarmas».
La «riqueza» es un ladrón
presto a robar nuestra casa.
Señor, con fidelidad
esperamos tu llegada.
Puedes venir cuando quieras.
La casa está preparada.
Lectura del libro de la Sabiduría (18,6-9):
La noche de la liberación les fue preanunciada a nuestros antepasados, para que, sabiendo con certeza en qué promesas creían, tuvieran buen ánimo.
Tu pueblo esperaba la salvación de los justos
y la perdición de los enemigos,
pues con lo que castigaste a los adversarios,
nos glorificaste a nosotros, llamándonos a ti.
Los piadosos hijos de los justos ofrecían sacrificios en secreto y establecieron unánimes esta ley divina:
que los fieles compartirían los mismos bienes y peligros, después de haber cantado las alabanzas de los antepasados.
Palabra de Dios
Salmo 32
R/. Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad.
V/. Aclamad, justos, al Señor,
que merece la alabanza de los buenos.
Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que él se escogió como heredad. R/.
V/. Los ojos del Señor están puestos en quien lo teme, en los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre. R/.
V/. Nosotros aguardamos al Señor:
él es nuestro auxilio y escudo.
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti. R/.
Lectura de la carta a los Hebreos (11,1-2.8-19):
Hermanos: La fe es fundamento de lo que se espera, y garantía de lo que no se ve.
Por ella son recordados los antiguos.
Por la fe obedeció Abrahán a la llamada y salió hacia la tierra que iba a recibir en heredad. Salió sin saber adónde iba.
Por fe vivió como extranjero en la tierra prometida, habitando en tiendas, y lo mismo Isaac y Jacob, herederos de la misma promesa, mientras esperaba la ciudad de sólidos cimientos cuyo arquitecto y constructor iba a ser Dios.
Por la fe también Sara, siendo estéril, obtuvo “vigor para concebir” cuando ya le había pasado la edad, porque consideró fiel al que se lo prometía.
Y así, de un hombre, marcado ya por la muerte, nacieron hijos numerosos, como las estrellas del cielo y como la arena incontable de las playas.
Con fe murieron todos éstos, sin haber recibido las promesas, sino viéndolas y saludándolas de lejos, confesando que eran huéspedes y peregrinos en la tierra.
Es claro que los que así hablan están buscando una patria; pues si añoraban la patria de donde habían salido, estaban a tiempo para volver.
Pero ellos ansiaban una patria mejor, la del cielo.
Por eso Dios no tiene reparo en llamarse su Dios: porque les tenía preparada una ciudad.
(El resto no se lee, por eso se ha eliminado)
Palabra de Dios
Lectura del santo evangelio según san Lucas (12,32-48):
R/Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No temas, pequeño rebaño, porque vuestro Padre ha tenido a bien daros el reino.
Vended vuestros bienes y dad limosna; haceos bolsas que no se estropeen, y un tesoro inagotable en el cielo, adonde no se acercan los ladrones, ni roe la polilla. Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.
Tened ceñida vuestra cintura y encendidas las lámparas. Vosotros estad como los hombres que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame.
Bienaventurados aquellos criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela; en verdad os digo que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y, acercándose, les irá sirviendo.
Y, si llega a la segunda vigilia o a la tercera y los encuentra así, bienaventurados ellos.
Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, velaría y no le dejaría abrir un boquete en casa.
Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre».
Pedro le dijo:
«Señor, ¿dices esta parábola por nosotros o por todos?».
Y el Señor dijo:
«¿Quién es el administrador fiel y prudente a quien el señor pondrá al frente de su servidumbre para que reparta la ración de alimento a sus horas?
Bienaventurado aquel criado a quien su señor, al llegar, lo encuentre portándose así. En verdad os digo que lo pondrá al frente de todos sus bienes.
Pero si aquel criado dijere para sus adentros: “Mi señor tarda en llegar”, y empieza a pegarles a los criados y criadas, a comer y beber y emborracharse, vendrá el señor de ese criado el día que no espera y a la hora que no sabe y lo castigará con rigor, y le hará compartir la suerte de los que no son fieles.
El criado que, conociendo la voluntad de su señor, no se prepara ni obra de acuerdo con su voluntad, recibirá muchos azotes; pero el que, sin conocerla, ha hecho algo digno de azotes, recibirá menos.
Al que mucho se le dio, mucho se le reclamará; al que mucho se le confió, más aún se le pedirá».
Palabra del Señor
R/Gloria a tí Señor Jesús
HOMILÍA
Hagámonos una pregunta a la luz del Evangelio: ¿Creemos en un Dios que es Padre o en un Señor que nos quiere esclavizados y controlados?
Cuentan que una madre empezó a meter miedo de la oscuridad a su hijo pequeño. El objetivo era que no llegara nunca tarde a casa. Con el tiempo, el niño fue incapaz de andar solo en la noche. Eso le impedía una serie de actividades que hacía muy difícil desarrollar su personalidad. Entonces la madre, fabricó un amuleto y dijo al niño: esto te protegerá de la oscuridad. El niño, convencido, empezó a caminar en la noche sin ningún problema, confiando en el amuleto que llevaba colgado del cuello. ¿En esto consiste nuestra religión?
Pues pensad en las medallas, los escapularios, las cruces, las estampas, las velas que encendemos, etc… ¿Son para recordarnos la “presencia de Dios” dentro de nosotros? ¿O son amuletos que nos protegen?
Que el texto de hoy utilice el lenguaje escatológico nos ha despistado. El que nos hable de talegos o tesoros en el cielo que nadie puede robar, o que Dios llegará como un ladrón en la noche, nos ha alejado del Dios de Jesús.
Aparte de la interpretación que hacen los “intermediarios de ese dios” (algunos clérigos) con el objetivo de meter miedo y tener el control.
Dios no tiene que venir de ninguna parte. Está llamando SIEMPRE, pero desde dentro. No pretende entrar en nosotros para controlarnos y menos para castigarnos. Dios ilumina nuestra conciencia para que acertemos con el camino de nuestra personal maduración humana e ilumina nuestras relaciones con los demás para que estén inundadas con nuestros dones de PAZ, AMOR y BONDAD.
Tenemos que superar de una vez la idea de un Dios que actúa desde fuera y que habita en un cielo lejano. El trono del Padre está en el ABRAZO permanente que recibes desde que te levantas. Tú eres el cielo donde Él habita. Eso se percibe aunque no lo veas, como el azúcar en el café, cuando te sumerges en la “oración de impregnación” que tantas veces os recuerdo.
El domingo pasado se nos pedía no poner la confianza en las riquezas. Hoy se nos dice en quién hay que poner la confianza para que sea auténtica: NO en un “dios todopoderoso externo”, sino en el “ser humano”, creado a su imagen, que lleva los genes del Creador, que le guía como Padre desde su propia esencia humana. No necesitas andar ni poco ni mucho para encontrar a Dios. Lo llevas dentro de ti.
Tenemos que poner en marcha todos los recursos de nuestro ser, conscientes de que Dios actúa solo a través de sus criaturas, y que solo a través de cada una de ellas la creación evoluciona. “Ayúdate y Dios te ayudará”, dice el refrán.
Por ello hay que estar siempre en actitud de búsqueda, despiertos, no porque pueda llegar el juicio cuando menos lo esperemos, sino porque la toma de conciencia de lo que somos exige plena ATENCIÓN, para acertar en la administración de nuestra propia vida, que Dios ha confiado a nuestra libertad. El tesoro, la LUZ del Creador, está escondido dentro de nosotros y tenemos que rescatarlo de nuestra animalidad instintiva, para acertar con el camino terrenal humano y con la meta eterna.
Si somos capaces de descubrir el tesoro que es Dios, dentro de nosotros, no hay lugar para el temor, sino todo lo contrario: para la alegría, el agradecimiento y el gozo de comunicarlo.
A las instituciones religiosas generalmente no les interesa la idea de un Dios que da plena autonomía al ser humano, porque no admite intermediarios. Para ellos es mucho más útil la idea de un “dios que premia y castiga”, porque en nombre de ese “dios” pueden controlar a las personas.
No debo confiar en ese “dios externo”, fabricado por los humanos a lo largo de la historia, sino en mi propio ser que tiene a Dios como fundamento y me proporciona posibilidades infinitas desde dentro de mí mismo. Esto es lo que significa: “vuestro Padre ha tenido a bien daros el Reino”.
Por ejemplo:
El “dios araña”, que necesita cazarme en su red para chuparme la sangre, NO es el Dios de Jesús.
El “dios marioneta” que depende de mis peticiones para darme algo, NO es el Dios de Jesús.
El “dios juez” que me colmará de favores cuando cumpla su santa voluntad, NO es el Dios de Jesús.
El Dios de Jesús es DON TOTAL, pura gratuidad, regalo incondicional e irrevocable. Tu vida terrena dependerá de cómo administres ese REGALO que se concreta en tu vida.
¿Explotarás tu capacidad de hacer el bien (BONDAD), crecerá tu equilibrio humano (PAZ), te acordarás de los que te rodean (AYUDA), aprenderás a ser humano (AMOR)? ¿Lo recordáis? Os comprometisteis al principio de esta Misa.
El punto de partida es que “Dios ha tenido a bien daros el Reino”. ¡SÍ! El Reino, que empieza en nuestro interior y luego, por desbordamiento, se expande hacia fuera, es el TESORO encontrado. Nada, ni nadie, puede apartarte de él, si tú no quieres.
Nuestra tarea será descubrir el tesoro, el Dios escondido en lo más hondo de mi ser. Ese don descubierto y vivido es la raíz de todas mis posibilidades de ser. Lo que puedo llegar a ser, más allá de mi biología, es consecuencia de esa presencia de Dios en mí que me capacita para llegar a ser lo que Él mismo es.
Esa confianza, no es para un futuro en el más allá. No se trata de que Dios me dé algún día lo que ahora echo de menos. Ésta es la gran trampa que utilizan los intermediarios.
La idea que tenemos de una vida futura desnaturaliza la vida presente hasta dejarla reducida a una incómoda sala de espera. La preocupación por un más allá nos impide vivir en plenitud el más acá. La vida presente tiene pleno sentido por sí misma. Todo lo que podemos proyectar para el futuro, está ya aquí y ahora a nuestro alcance. Aquí y ahora puedo vivir la eternidad, puesto que puedo conectar con lo que hay de Dios en mí. Aquí y ahora puedo alcanzar mi plenitud, porque teniendo a Dios lo tengo todo.
La esperanza cristiana no se basa en lo que Dios me dará sino en que sea capaz de descubrir lo que Dios me está dando ya.
Para que llegue a mí lo que espero, Dios no tiene que hacer nada; ya lo está haciendo. Yo soy el que tiene mucho que hacer, en el sentido de tomar conciencia y vivir la verdadera realidad que soy, y ayudar a otros a vivirla.
Por eso tenemos que vivir el momento presente, porque es el definitivo y en él puedo dar el paso a la experiencia cumbre: Saber QUIÉN SOY y QUIÉN llevo dentro de mí.
CREDO
Sacerdote.- ¿Creéis en Dios , que es nuestro Padre, que ha hecho todas las cosas y nos cuida con amor?.
Todos.- Sí, Creemos.
Sacerdote.- ¿Creéis en Jesucristo, que ha puesto su Morada entre nosotros, para hacernos conocer a Dios?.
Todos.- Sí, Creemos.
Sacerdote.- ¿Creéis en el Espíritu Santo que vive entre nosotros, y anima a la Iglesia para hacer un mundo mejor?.
Todos. Sí, Creemos.
Sacerdote.- ¿Creéis en la resurrección y la vida eterna, que ya comenzamos a disfrutar aquí, y que disfrutaremos plenamente al final de nuestro camino por la vida?
Todos. Sí, Creemos.
ORACIÓN UNIVERSAL
Hermanos existe una riqueza que consiste en darse y compartir: ser uno con los demás, tener el corazón lleno de rostros y vida compartida. Oremos.
Queremos darnos y compartir
• Queremos que nuestra Iglesia sea la comunidad de los discípulos de Jesús de Nazaret: hombres y mujeres que viven vigilantes, despiertos, con responsabilidad en la construcción de un mundo fraterno.
Queremos darnos y compartir
• Queremos comunidades parroquiales y religiosas que muestren el rostro cercano de Dios Padre Madre que nos habita, nos quiere y vela por nosotros.
Queremos darnos y compartir
• Todos nosotros optamos libre y conscientemente por un mundo y una sociedad más humana, contagiando sentido y esperanza en nuestro día a día.
Queremos darnos y compartir
• Deseamos que aquellos que están disfrutando de un tiempo de vacaciones recuerden a cuantos no pueden disfrutar, sean solidarios con su tiempo y sus bienes, responsables en su ser y hacer.
Queremos darnos y compartir
• No queremos caer en la tentación de normalizar en nuestras vidas y en nuestro mundo situaciones de injusticia, de violencia, de conflicto, de marginación.
Queremos darnos y compartir
Padre y Madre buena, la llamada de Jesús a la vigilancia nos despierta por dentro, nos empuja a vivir vigilantes, siempre atentos a las necesidades de nuestros hermanos más vulnerables. Gracias por la vida y el ejemplo de Jesús que vive por los siglos de los siglos. Amén
En el momento de presentar la OFRENDA de toda la Iglesia oremos a Dios Padre Misericordioso
El Señor reciba de tus manos esta OFRENDA…
ORACIÓN OFRENDAS
Señor, junto con el pan y el vino, te ofrecemos, hoy, nuestros deseos de dejar a un lado el miedo a seguirte. Seguirte no es someterse, sino vivir en libertad y plenitud nuestra humanidad preñada de Tí.
Queremos ser conscientes de Quién eres y Cómo eres. Ahí se basa nuestra CONFIANZA. Formar una Comunidad de amigos, que luchan por la paz y la libertad, y poder llegar un día al cara a cara de tu belleza y bondad. Amén.
PREFACIO
El Señor está con vosotros
Y con tu Espíritu
Levantemos el corazón
Lo tenemos levantado hacia el Señor
Damos gracias al Señor nuestro Dios
Es justo y necesario
Te damos las gracias, Señor,
porque Tú eres el origen de nuestra vida,
de nuestra confianza y de nuestra libertad.
Te hiciste presente en el mundo
para que te conociéramos y ser nuestro guía.
Elegiste a un pueblo
para llevar tu Nombre a los demás.
Nos enviaste a Jesús, el Salvador,
que nos habló de tu Amor por nosotros.
Te damos las gracias por todos sus favores,
y porque nos enseñas a no tener miedo
y confiar en Ti, que permaneces fiel a las promesas
y siempre caminas a nuestro lado.
Por todo eso, y muchas cosas más,
nos sentimos alegres y con fuerzas
para vencer nuestros miedos y temores.
Impulsados por tu Espíritu,
unidos a la Virgen María, a los Santos,
y a todos tus seguidores de la tierra,
entonamos el himno de tu gloria, diciendo:
SANTO, SANTO, SANTO…
CONSAGRACIÓN Y PLEGARIA
Gracias, Dios y Padre nuestro, por tu hijo Jesús.
Nos ha enseñado que no eres un Dios a quien temer
sino un Padre a quien hay que querer y serle fiel.
A la luz de su vida, nuestra vida ha cambiado su sentido.
Porque no quiso ser servido sino servir,
se hizo siervo de la humanidad
y derivó todo el amor que te tenía
en el cuidado de los seres humanos.
El nos ha revelado que solo llega a su plenitud personal quien se preocupa por su crecimiento y se vuelca en la ayuda a sus prójimos.
Recibimos tu Espíritu con alegría
para que santifique este pan y este vino y
se conviertan para nosotros
en el sacramento del Cuerpo y + la Sangre de Jesús, en la Persona y la Vida de Jesús, aquí significadas.
En su cena de despedida,
tomando un pan y mientras
lo partía y repartía, les fue diciendo:
Tomad y comed todos de él,
porque esto es mi Cuerpo,
que será entregado por vosotros.
Luego tomó una copa de vino
y mientras se la pasaba les decía:
Tomad y bebed todos de él,
porque éste es el cáliz de mi Sangre,
Sangre de la alianza nueva y eterna,
que será derramada por vosotros
y por todos los hombres
para iluminar vuestras vidas.
Haced esto en conmemoración mía.
Éste es el Sacramento de nuestra fe.
Anunciamos y proclamamos tu resurrección. Ven Señor Jesús.
Por eso, Padre de bondad,
celebramos ahora
el memorial que Jesús nos encargó,
y proclamamos la obra de tu amor:
Cristo, tu Hijo, a través del servicio
y la entrega de su vida
ha resucitado a la vida nueva y ha sido glorificado a tu derecha.
Señor, Padre de misericordia, Tú derramas sobre nosotros el Espíritu del Amor, el Espíritu de tu Hijo.
Fortaleciéndonos a cuantos nos disponemos a recibir el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo para que, unidos al Papa León y a nuestro Obispo N… seamos uno en la fe y en el amor.
Nos das entrañas de misericordia ante toda miseria humana, inspirándonos el gesto y la palabra oportuna frente al hermano solo y desamparado, ayudándonos a mostrarnos disponibles ante quien se siente explotado y deprimido.
Tu Iglesia, Señor, quiere ser un recinto de verdad y de amor, de libertad, de justicia y de paz, para que todos encuentren en ella un motivo para seguir esperando.
Gracias una vez más porque
has acogido en tu casa del Cielo
a nuestros hermanos difuntos ...
todos nuestros familiares, amigos
y fieles difuntos de esta Comunidad
Y ahora, Padre santo, nos unimos a toda tu creación
para brindar por tu mayor gloria y por la germinación de tu Bondad en nuestro mundo,
en la feliz compañía de tu hijo Jesús,
unidos a nuestra Madre María, a su esposo San José
a los apóstoles, a los santos y a todas las personas
de buena voluntad diciendo
Por Cristo, con Él y en Él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén
PADRENUESTRO
PADRE Y MADRE NUESTRA
EN QUIEN SOMOS Y VIVIMOS.
Santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu reino.
Hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
TÚ NOS DAS HOY
NUESTRO PAN DE CADA DÍA.
TÚ PERDONAS NUESTROS PECADOS
Y NOSOTROS QUEREMOS PERDONAR
A LOS QUE NOS OFENDEN.
No nos dejes caer en la tentación.
Y líbranos del mal. Amen
CORDERO DE DIOS
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, TÚ TIENES piedad de nosotros
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, TÚ TIENES piedad de nosotros
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, TÚ NOS DAS la paz
Jesús nos invita a ser pan partido y repartido para los demás.
ORACIÓN FINAL
Hoy empieza un tiempo de renovación, de esperanzas nuevas. Es posible ir hacia la Luz. Olvida todos los fracasos y empieza desde hoy, a ser diferente, con pensamientos nuevos, y un nuevo corazón, habitado por Dios.
Levántate, y abandona la noche del desaliento, y del cansancio de vivir. Apuesta por un día lleno de sol, de esperanzas e ilusiones. Podemos curarnos de todas las heridas, también de la más profunda, la muerte, porque Dios está en nosotros y vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
BENDICIÓN
El Señor os bendice, os guarda
y en sus palmas os lleva tatuados.
Os acompaña en todos los caminos.
Y hace prósperas las obras de vuestras manos.
Sentíos siempre abrazados y bendecidos por este Dios enamorado,
Padre, Hijo y Espíritu Santo. AMÉN.
19º DOMINGO ORDINARIO 25 (C)
Reflexión inicial:
Hoy no tengo que reflexionar nada. El compañero Cura, que redacta esta Liturgia, me lo ha dicho todo en la Homilía (de obligada lectura), que contiene joyas como éstas:
- Hagámonos una pregunta a la luz del Evangelio: ¿Creemos en un Dios, que es Padre, o en un Señor que nos quiere esclavizados y controlados?
- Dios no tiene que venir de ninguna parte. Está llamando SIEMPRE, desde dentro.
- Tenemos que superar de una vez la idea de un Dios que actúa desde fuera y que habita en un cielo lejano. El trono del Padre está en el ABRAZO permanente que recibes desde que te levantas. Tú eres el cielo donde Él habita.
- Por ello hay que estar siempre en actitud de búsqueda, despiertos, no porque pueda llegar el juicio cuando menos lo esperemos, sino porque la toma de conciencia de lo que somos exige plena ATENCIÓN, para acertar en la administración de nuestra propia vida, que Dios ha confiado a nuestra libertad.
- A las instituciones religiosas, generalmente, no les interesa la idea de un Dios que da plena autonomía al ser humano, porque no admite intermediarios. Para ellos es mucho más útil la idea de un “dios que premia y castiga”, porque en nombre de ese “dios” pueden controlar a las personas.
- No debo confiar en un “dios externo”, ídolo fabricado por los humanos a lo largo de la historia.
Por ejemplo:
El “dios araña”, que necesita cazarme en su red para chuparme la sangre, NO es el Dios de Jesús.
El “dios marioneta”, que depende de mis peticiones para moverse y darme algo, NO es el Dios de Jesús.
El “dios juez”, que me colmará de favores cuando cumpla su santa voluntad, NO es el Dios de Jesús.
- El Dios de Jesús es DON TOTAL, pura gratuidad, regalo incondicional e irrevocable. Tu vida terrena dependerá de cómo administres ese REGALO que se concreta en tu vida.
- El punto de partida es que “Dios ha tenido a bien daros el Reino”. ¡SÍ! El Reino, que empieza en nuestro interior y luego, por desbordamiento, se expande hacia fuera, es el TESORO encontrado. Nada, ni nadie, puede apartarte de él, si tú no quieres.
Por mi parte, solo añadir el escándalo de que mi Iglesia me escandalice proponiendo lecturas con "errores evidentes" como el final de la "carta a los hebreos" con la mítica y mal interpretada alusión al "sacrificio de Isaac".
Aquí hemos suprimido directamente ese párrafo para no confundir a los fieles. No todo lo de AYER vale HOY. Ni Pablo es Dios, ni la boca de Dios… Quien diga lo contrario es un idólatra.
O hablamos claro, o seguiremos arrastrando una "Iglesia idolátrica en gran medida", que no sabe reconocer sus propias miserias. Empeñada en promover APARIENCIAS y despreciando la CONVERSIÓN real y actual.
Se han apoderado de ella los prepotentes DICTADORES, NO los SERVIDORES que Jesús instruyó y envió. Basta VER cómo se presentan ante el Pueblo. Por eso "vuestra casa se quedará vacía" (Mt 23,38).
"Tienen ojos pero no ven" (Sal 115,5). Entonces, ¿Para qué vamos a Misa?
Empezamos e intentamos ver:
El amor permanente y entrañable de Dios Padre, que nos habita y sostiene, la presencia luminosa de Jesús Resucitado, su Luz y el impulso de su Espíritu ESTÁN con todos vosotros.
Y con tu Espíritu
MONICIÓN DE ENTRADA
Sorprende cómo mucha gente vive con temor: miedo a la enfermedad, miedo a perder sus seres queridos, miedo a la propia muerte, miedo del hoy, miedo del mañana…
Jesús nos tranquiliza: “¡No temas pequeño rebaño porque Dios ha dispuesto daros el Reino! ¡No perdáis la esperanza! ¡Tened fe!”
Incluso cuando atravesamos días difíciles, no deberíamos de perder nunca nuestra fe y esperanza; deberíamos estar siempre alertas a la venida amorosa del Señor en medio de nosotros, dentro de nosotros.
Esa certeza de estar habitados y sostenidos por nuestro Padre Dios es la mejor fortaleza y seguridad para eliminar nuestras inseguridades y miedos.
Una simple jaculatoria como “me abandono en Ti, confío en Ti, descanso en Ti”, repetida cuando nos acosan la imaginación o los problemas reales, nos ayuda a recordar que no estamos NUNCA solos.
En esta eucaristía reafirmamos una vez más nuestra confianza en el Señor, que nos anima a tomar buenas decisiones desde nuestra autonomía y libertad, pero siempre nos ilumina y acompaña.
ACTO DE RECONOCIMIENTO
Dios Padre nunca nos abandona, porque va siempre con nosotros en nuestro corazón, donde habita. Ahí podemos experimentar su amor y su fuerza que nos impulsa cada día a poner a producir las cualidades que nos ha dado. Por eso un domingo más nos comprometemos a ello.
Queremos vivir el don de la PAZ, la interior que nos da tu presencia y la exterior que tenemos que construir todos juntos. Nos comprometemos a vivirla cada día diciendo:
Nos comprometemos Señor
Queremos vivir el don del AMOR, el que tú nos manifiestas en nuestro interior y en todo lo que nos das, y el que nosotros queremos vivir y dejar rebosar hacia los OTROS.
Nos comprometemos Señor
Queremos vivir los dones de la BONDAD y la AYUDA preocupándonos de nuestro desarrollo personal y de ayudar a los demás en todo lo que podamos. Por eso decimos:
Nos comprometemos Señor
Dios Padre amoroso TIENE siempre MISERICORDIA de nosotros, conoce nuestras limitaciones y nos guía de su mano a la vida eterna.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo….
Tú que quitas el pecado del mundo, TÚ tienes piedad de nosotros...
Tú que quitas el pecado del mundo, TÚ atiendes nuestras súplicas
Tú que estás sentado a la derecha del Padre, TÚ tienes piedad de nosotros
ORACIÓN COLECTA
«LA CASA ESTÁ PREPARADA»
Te agradecemos, Señor,
tu loca «corazonada».
Tú nos, regalas el Reino,
tesoro, perla sagrada.
Tu Reino de amor y vida
colma nuestras esperanzas.
Por él, lo vendemos todo.
No nos reservamos nada.
Puede ofrecernos el «mundo»:
dinero, poder y fama.
Nada tiene más valor
Que el Reino que nos regalas.
Por precaución, Tú nos mandas
mantener la vigilancia:
«con la cintura ceñida
y encendidas nuestras lámparas».
Somos los «siervos» que esperan
al «amo» de madrugada.
Somos «criados» vigilantes,
atentos a tu llamada.
Como el «señor» precavido
montamos todas «alarmas».
La «riqueza» es un ladrón
presto a robar nuestra casa.
Señor, con fidelidad
esperamos tu llegada.
Puedes venir cuando quieras.
La casa está preparada.
Lectura del libro de la Sabiduría (18,6-9):
La noche de la liberación les fue preanunciada a nuestros antepasados, para que, sabiendo con certeza en qué promesas creían, tuvieran buen ánimo.
Tu pueblo esperaba la salvación de los justos
y la perdición de los enemigos,
pues con lo que castigaste a los adversarios,
nos glorificaste a nosotros, llamándonos a ti.
Los piadosos hijos de los justos ofrecían sacrificios en secreto y establecieron unánimes esta ley divina:
que los fieles compartirían los mismos bienes y peligros, después de haber cantado las alabanzas de los antepasados.
Palabra de Dios
Salmo 32
R/. Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad.
V/. Aclamad, justos, al Señor,
que merece la alabanza de los buenos.
Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que él se escogió como heredad. R/.
V/. Los ojos del Señor están puestos en quien lo teme, en los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre. R/.
V/. Nosotros aguardamos al Señor:
él es nuestro auxilio y escudo.
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti. R/.
Lectura de la carta a los Hebreos (11,1-2.8-19):
Hermanos: La fe es fundamento de lo que se espera, y garantía de lo que no se ve.
Por ella son recordados los antiguos.
Por la fe obedeció Abrahán a la llamada y salió hacia la tierra que iba a recibir en heredad. Salió sin saber adónde iba.
Por fe vivió como extranjero en la tierra prometida, habitando en tiendas, y lo mismo Isaac y Jacob, herederos de la misma promesa, mientras esperaba la ciudad de sólidos cimientos cuyo arquitecto y constructor iba a ser Dios.
Por la fe también Sara, siendo estéril, obtuvo “vigor para concebir” cuando ya le había pasado la edad, porque consideró fiel al que se lo prometía.
Y así, de un hombre, marcado ya por la muerte, nacieron hijos numerosos, como las estrellas del cielo y como la arena incontable de las playas.
Con fe murieron todos éstos, sin haber recibido las promesas, sino viéndolas y saludándolas de lejos, confesando que eran huéspedes y peregrinos en la tierra.
Es claro que los que así hablan están buscando una patria; pues si añoraban la patria de donde habían salido, estaban a tiempo para volver.
Pero ellos ansiaban una patria mejor, la del cielo.
Por eso Dios no tiene reparo en llamarse su Dios: porque les tenía preparada una ciudad.
(El resto no se lee, por eso se ha eliminado)
Palabra de Dios
Lectura del santo evangelio según san Lucas (12,32-48):
R/Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No temas, pequeño rebaño, porque vuestro Padre ha tenido a bien daros el reino.
Vended vuestros bienes y dad limosna; haceos bolsas que no se estropeen, y un tesoro inagotable en el cielo, adonde no se acercan los ladrones, ni roe la polilla. Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.
Tened ceñida vuestra cintura y encendidas las lámparas. Vosotros estad como los hombres que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame.
Bienaventurados aquellos criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela; en verdad os digo que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y, acercándose, les irá sirviendo.
Y, si llega a la segunda vigilia o a la tercera y los encuentra así, bienaventurados ellos.
Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, velaría y no le dejaría abrir un boquete en casa.
Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre».
Pedro le dijo:
«Señor, ¿dices esta parábola por nosotros o por todos?».
Y el Señor dijo:
«¿Quién es el administrador fiel y prudente a quien el señor pondrá al frente de su servidumbre para que reparta la ración de alimento a sus horas?
Bienaventurado aquel criado a quien su señor, al llegar, lo encuentre portándose así. En verdad os digo que lo pondrá al frente de todos sus bienes.
Pero si aquel criado dijere para sus adentros: “Mi señor tarda en llegar”, y empieza a pegarles a los criados y criadas, a comer y beber y emborracharse, vendrá el señor de ese criado el día que no espera y a la hora que no sabe y lo castigará con rigor, y le hará compartir la suerte de los que no son fieles.
El criado que, conociendo la voluntad de su señor, no se prepara ni obra de acuerdo con su voluntad, recibirá muchos azotes; pero el que, sin conocerla, ha hecho algo digno de azotes, recibirá menos.
Al que mucho se le dio, mucho se le reclamará; al que mucho se le confió, más aún se le pedirá».
Palabra del Señor
R/Gloria a tí Señor Jesús
HOMILÍA
Hagámonos una pregunta a la luz del Evangelio: ¿Creemos en un Dios que es Padre o en un Señor que nos quiere esclavizados y controlados?
Cuentan que una madre empezó a meter miedo de la oscuridad a su hijo pequeño. El objetivo era que no llegara nunca tarde a casa. Con el tiempo, el niño fue incapaz de andar solo en la noche. Eso le impedía una serie de actividades que hacía muy difícil desarrollar su personalidad. Entonces la madre, fabricó un amuleto y dijo al niño: esto te protegerá de la oscuridad. El niño, convencido, empezó a caminar en la noche sin ningún problema, confiando en el amuleto que llevaba colgado del cuello. ¿En esto consiste nuestra religión?
Pues pensad en las medallas, los escapularios, las cruces, las estampas, las velas que encendemos, etc… ¿Son para recordarnos la “presencia de Dios” dentro de nosotros? ¿O son amuletos que nos protegen?
Que el texto de hoy utilice el lenguaje escatológico nos ha despistado. El que nos hable de talegos o tesoros en el cielo que nadie puede robar, o que Dios llegará como un ladrón en la noche, nos ha alejado del Dios de Jesús.
Aparte de la interpretación que hacen los “intermediarios de ese dios” (algunos clérigos) con el objetivo de meter miedo y tener el control.
Dios no tiene que venir de ninguna parte. Está llamando SIEMPRE, pero desde dentro. No pretende entrar en nosotros para controlarnos y menos para castigarnos. Dios ilumina nuestra conciencia para que acertemos con el camino de nuestra personal maduración humana e ilumina nuestras relaciones con los demás para que estén inundadas con nuestros dones de PAZ, AMOR y BONDAD.
Tenemos que superar de una vez la idea de un Dios que actúa desde fuera y que habita en un cielo lejano. El trono del Padre está en el ABRAZO permanente que recibes desde que te levantas. Tú eres el cielo donde Él habita. Eso se percibe aunque no lo veas, como el azúcar en el café, cuando te sumerges en la “oración de impregnación” que tantas veces os recuerdo.
El domingo pasado se nos pedía no poner la confianza en las riquezas. Hoy se nos dice en quién hay que poner la confianza para que sea auténtica: NO en un “dios todopoderoso externo”, sino en el “ser humano”, creado a su imagen, que lleva los genes del Creador, que le guía como Padre desde su propia esencia humana. No necesitas andar ni poco ni mucho para encontrar a Dios. Lo llevas dentro de ti.
Tenemos que poner en marcha todos los recursos de nuestro ser, conscientes de que Dios actúa solo a través de sus criaturas, y que solo a través de cada una de ellas la creación evoluciona. “Ayúdate y Dios te ayudará”, dice el refrán.
Por ello hay que estar siempre en actitud de búsqueda, despiertos, no porque pueda llegar el juicio cuando menos lo esperemos, sino porque la toma de conciencia de lo que somos exige plena ATENCIÓN, para acertar en la administración de nuestra propia vida, que Dios ha confiado a nuestra libertad. El tesoro, la LUZ del Creador, está escondido dentro de nosotros y tenemos que rescatarlo de nuestra animalidad instintiva, para acertar con el camino terrenal humano y con la meta eterna.
Si somos capaces de descubrir el tesoro que es Dios, dentro de nosotros, no hay lugar para el temor, sino todo lo contrario: para la alegría, el agradecimiento y el gozo de comunicarlo.
A las instituciones religiosas generalmente no les interesa la idea de un Dios que da plena autonomía al ser humano, porque no admite intermediarios. Para ellos es mucho más útil la idea de un “dios que premia y castiga”, porque en nombre de ese “dios” pueden controlar a las personas.
No debo confiar en ese “dios externo”, fabricado por los humanos a lo largo de la historia, sino en mi propio ser que tiene a Dios como fundamento y me proporciona posibilidades infinitas desde dentro de mí mismo. Esto es lo que significa: “vuestro Padre ha tenido a bien daros el Reino”.
Por ejemplo:
El “dios araña”, que necesita cazarme en su red para chuparme la sangre, NO es el Dios de Jesús.
El “dios marioneta” que depende de mis peticiones para darme algo, NO es el Dios de Jesús.
El “dios juez” que me colmará de favores cuando cumpla su santa voluntad, NO es el Dios de Jesús.
El Dios de Jesús es DON TOTAL, pura gratuidad, regalo incondicional e irrevocable. Tu vida terrena dependerá de cómo administres ese REGALO que se concreta en tu vida.
¿Explotarás tu capacidad de hacer el bien (BONDAD), crecerá tu equilibrio humano (PAZ), te acordarás de los que te rodean (AYUDA), aprenderás a ser humano (AMOR)? ¿Lo recordáis? Os comprometisteis al principio de esta Misa.
El punto de partida es que “Dios ha tenido a bien daros el Reino”. ¡SÍ! El Reino, que empieza en nuestro interior y luego, por desbordamiento, se expande hacia fuera, es el TESORO encontrado. Nada, ni nadie, puede apartarte de él, si tú no quieres.
Nuestra tarea será descubrir el tesoro, el Dios escondido en lo más hondo de mi ser. Ese don descubierto y vivido es la raíz de todas mis posibilidades de ser. Lo que puedo llegar a ser, más allá de mi biología, es consecuencia de esa presencia de Dios en mí que me capacita para llegar a ser lo que Él mismo es.
Esa confianza, no es para un futuro en el más allá. No se trata de que Dios me dé algún día lo que ahora echo de menos. Ésta es la gran trampa que utilizan los intermediarios.
La idea que tenemos de una vida futura desnaturaliza la vida presente hasta dejarla reducida a una incómoda sala de espera. La preocupación por un más allá nos impide vivir en plenitud el más acá. La vida presente tiene pleno sentido por sí misma. Todo lo que podemos proyectar para el futuro, está ya aquí y ahora a nuestro alcance. Aquí y ahora puedo vivir la eternidad, puesto que puedo conectar con lo que hay de Dios en mí. Aquí y ahora puedo alcanzar mi plenitud, porque teniendo a Dios lo tengo todo.
La esperanza cristiana no se basa en lo que Dios me dará sino en que sea capaz de descubrir lo que Dios me está dando ya.
Para que llegue a mí lo que espero, Dios no tiene que hacer nada; ya lo está haciendo. Yo soy el que tiene mucho que hacer, en el sentido de tomar conciencia y vivir la verdadera realidad que soy, y ayudar a otros a vivirla.
Por eso tenemos que vivir el momento presente, porque es el definitivo y en él puedo dar el paso a la experiencia cumbre: Saber QUIÉN SOY y QUIÉN llevo dentro de mí.
CREDO
Sacerdote.- ¿Creéis en Dios , que es nuestro Padre, que ha hecho todas las cosas y nos cuida con amor?.
Todos.- Sí, Creemos.
Sacerdote.- ¿Creéis en Jesucristo, que ha puesto su Morada entre nosotros, para hacernos conocer a Dios?.
Todos.- Sí, Creemos.
Sacerdote.- ¿Creéis en el Espíritu Santo que vive entre nosotros, y anima a la Iglesia para hacer un mundo mejor?.
Todos. Sí, Creemos.
Sacerdote.- ¿Creéis en la resurrección y la vida eterna, que ya comenzamos a disfrutar aquí, y que disfrutaremos plenamente al final de nuestro camino por la vida?
Todos. Sí, Creemos.
ORACIÓN UNIVERSAL
Hermanos existe una riqueza que consiste en darse y compartir: ser uno con los demás, tener el corazón lleno de rostros y vida compartida. Oremos.
Queremos darnos y compartir
• Queremos que nuestra Iglesia sea la comunidad de los discípulos de Jesús de Nazaret: hombres y mujeres que viven vigilantes, despiertos, con responsabilidad en la construcción de un mundo fraterno.
Queremos darnos y compartir
• Queremos comunidades parroquiales y religiosas que muestren el rostro cercano de Dios Padre Madre que nos habita, nos quiere y vela por nosotros.
Queremos darnos y compartir
• Todos nosotros optamos libre y conscientemente por un mundo y una sociedad más humana, contagiando sentido y esperanza en nuestro día a día.
Queremos darnos y compartir
• Deseamos que aquellos que están disfrutando de un tiempo de vacaciones recuerden a cuantos no pueden disfrutar, sean solidarios con su tiempo y sus bienes, responsables en su ser y hacer.
Queremos darnos y compartir
• No queremos caer en la tentación de normalizar en nuestras vidas y en nuestro mundo situaciones de injusticia, de violencia, de conflicto, de marginación.
Queremos darnos y compartir
Padre y Madre buena, la llamada de Jesús a la vigilancia nos despierta por dentro, nos empuja a vivir vigilantes, siempre atentos a las necesidades de nuestros hermanos más vulnerables. Gracias por la vida y el ejemplo de Jesús que vive por los siglos de los siglos. Amén
En el momento de presentar la OFRENDA de toda la Iglesia oremos a Dios Padre Misericordioso
El Señor reciba de tus manos esta OFRENDA…
ORACIÓN OFRENDAS
Señor, junto con el pan y el vino, te ofrecemos, hoy, nuestros deseos de dejar a un lado el miedo a seguirte. Seguirte no es someterse, sino vivir en libertad y plenitud nuestra humanidad preñada de Tí.
Queremos ser conscientes de Quién eres y Cómo eres. Ahí se basa nuestra CONFIANZA. Formar una Comunidad de amigos, que luchan por la paz y la libertad, y poder llegar un día al cara a cara de tu belleza y bondad. Amén.
PREFACIO
El Señor está con vosotros
Y con tu Espíritu
Levantemos el corazón
Lo tenemos levantado hacia el Señor
Damos gracias al Señor nuestro Dios
Es justo y necesario
Te damos las gracias, Señor,
porque Tú eres el origen de nuestra vida,
de nuestra confianza y de nuestra libertad.
Te hiciste presente en el mundo
para que te conociéramos y ser nuestro guía.
Elegiste a un pueblo
para llevar tu Nombre a los demás.
Nos enviaste a Jesús, el Salvador,
que nos habló de tu Amor por nosotros.
Te damos las gracias por todos sus favores,
y porque nos enseñas a no tener miedo
y confiar en Ti, que permaneces fiel a las promesas
y siempre caminas a nuestro lado.
Por todo eso, y muchas cosas más,
nos sentimos alegres y con fuerzas
para vencer nuestros miedos y temores.
Impulsados por tu Espíritu,
unidos a la Virgen María, a los Santos,
y a todos tus seguidores de la tierra,
entonamos el himno de tu gloria, diciendo:
SANTO, SANTO, SANTO…
CONSAGRACIÓN Y PLEGARIA
Gracias, Dios y Padre nuestro, por tu hijo Jesús.
Nos ha enseñado que no eres un Dios a quien temer
sino un Padre a quien hay que querer y serle fiel.
A la luz de su vida, nuestra vida ha cambiado su sentido.
Porque no quiso ser servido sino servir,
se hizo siervo de la humanidad
y derivó todo el amor que te tenía
en el cuidado de los seres humanos.
El nos ha revelado que solo llega a su plenitud personal quien se preocupa por su crecimiento y se vuelca en la ayuda a sus prójimos.
Recibimos tu Espíritu con alegría
para que santifique este pan y este vino y
se conviertan para nosotros
en el sacramento del Cuerpo y + la Sangre de Jesús, en la Persona y la Vida de Jesús, aquí significadas.
En su cena de despedida,
tomando un pan y mientras
lo partía y repartía, les fue diciendo:
Tomad y comed todos de él,
porque esto es mi Cuerpo,
que será entregado por vosotros.
Luego tomó una copa de vino
y mientras se la pasaba les decía:
Tomad y bebed todos de él,
porque éste es el cáliz de mi Sangre,
Sangre de la alianza nueva y eterna,
que será derramada por vosotros
y por todos los hombres
para iluminar vuestras vidas.
Haced esto en conmemoración mía.
Éste es el Sacramento de nuestra fe.
Anunciamos y proclamamos tu resurrección. Ven Señor Jesús.
Por eso, Padre de bondad,
celebramos ahora
el memorial que Jesús nos encargó,
y proclamamos la obra de tu amor:
Cristo, tu Hijo, a través del servicio
y la entrega de su vida
ha resucitado a la vida nueva y ha sido glorificado a tu derecha.
Señor, Padre de misericordia, Tú derramas sobre nosotros el Espíritu del Amor, el Espíritu de tu Hijo.
Fortaleciéndonos a cuantos nos disponemos a recibir el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo para que, unidos al Papa León y a nuestro Obispo N… seamos uno en la fe y en el amor.
Nos das entrañas de misericordia ante toda miseria humana, inspirándonos el gesto y la palabra oportuna frente al hermano solo y desamparado, ayudándonos a mostrarnos disponibles ante quien se siente explotado y deprimido.
Tu Iglesia, Señor, quiere ser un recinto de verdad y de amor, de libertad, de justicia y de paz, para que todos encuentren en ella un motivo para seguir esperando.
Gracias una vez más porque
has acogido en tu casa del Cielo
a nuestros hermanos difuntos ...
todos nuestros familiares, amigos
y fieles difuntos de esta Comunidad
Y ahora, Padre santo, nos unimos a toda tu creación
para brindar por tu mayor gloria y por la germinación de tu Bondad en nuestro mundo,
en la feliz compañía de tu hijo Jesús,
unidos a nuestra Madre María, a su esposo San José
a los apóstoles, a los santos y a todas las personas
de buena voluntad diciendo
Por Cristo, con Él y en Él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén
PADRENUESTRO
PADRE Y MADRE NUESTRA
EN QUIEN SOMOS Y VIVIMOS.
Santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu reino.
Hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
TÚ NOS DAS HOY
NUESTRO PAN DE CADA DÍA.
TÚ PERDONAS NUESTROS PECADOS
Y NOSOTROS QUEREMOS PERDONAR
A LOS QUE NOS OFENDEN.
No nos dejes caer en la tentación.
Y líbranos del mal. Amen
CORDERO DE DIOS
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, TÚ TIENES piedad de nosotros
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, TÚ TIENES piedad de nosotros
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, TÚ NOS DAS la paz
Jesús nos invita a ser pan partido y repartido para los demás.
ORACIÓN FINAL
Hoy empieza un tiempo de renovación, de esperanzas nuevas. Es posible ir hacia la Luz. Olvida todos los fracasos y empieza desde hoy, a ser diferente, con pensamientos nuevos, y un nuevo corazón, habitado por Dios.
Levántate, y abandona la noche del desaliento, y del cansancio de vivir. Apuesta por un día lleno de sol, de esperanzas e ilusiones. Podemos curarnos de todas las heridas, también de la más profunda, la muerte, porque Dios está en nosotros y vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
BENDICIÓN
El Señor os bendice, os guarda
y en sus palmas os lleva tatuados.
Os acompaña en todos los caminos.
Y hace prósperas las obras de vuestras manos.
Sentíos siempre abrazados y bendecidos por este Dios enamorado,
Padre, Hijo y Espíritu Santo. AMÉN.