Liturgia del 15º DOMINGO ORDINARIO 2025 (C)

15º DOMINGO ORDINARIO 2025 (C)
El amor permanente y entrañable de Dios Padre, que nos habita y sostiene, la presencia luminosa de Jesús Resucitado, su Luz y el impulso de su Espíritu están con todos vosotros.
Y con tu Espíritu
MONICIÓN DE ENTRADA
Hoy a la luz del evangelio nos preguntamos: ¿En qué medida es genuino y profundo nuestro amor?
El test consistirá en lo lejos que queramos ir “molestándonos” por el amor, o “perdiendo” nuestro tiempo movidos por él, o dejando de lado nuestros intereses, y teniendo un corazón para acoger también a los extraños y a los inadaptados.
Jesús está aquí con nosotros: él se compadecía a la vista de los pecadores, los enfermos y los que sufrían. Como él, el primer Buen Samaritano, queremos ser buenos prójimos para con todos los que necesiten de nosotros.
ACTO DE RECONOCIMIENTO
Debemos tomar conciencia de que los dones y cualidades que Dios Padre nos ha dado son para nuestro crecimiento personal, para parecernos a Él, que es puro Amor y Misericordia. Y, a continuación, dejarlos rebosar poniéndolos al servicio de los demás.
Si no cultivamos nuestros dones y potencialidades, nada podremos dar al otro. Solo podrás regalar fruta si cuidas y abonas tu frutal.
Démosle gracias a Dios por lo que nos ha dado y sigamos comprometiéndonos a acrecentarlos y regalarlos.
Queremos vivir el don de la PAZ, la interior que nos da tu presencia y la exterior que tenemos que construir todos juntos. Nos comprometemos a vivirla cada día diciendo:
Nos comprometemos Señor
Queremos vivir el don del AMOR, el que tú nos manifiestas en nuestro interior y en todo lo que nos das, y el que nosotros queremos vivir y dejar rebosar hacia los OTROS.
Nos comprometemos Señor
Queremos vivir los dones de la BONDAD y la AYUDA preocupándonos de nuestro desarrollo personal y de ayudar a los demás en todo lo que podamos. Por eso decimos:
Nos comprometemos Señor
Dios Padre amoroso TIENE siempre MISERICORDIA de nosotros, conoce nuestras limitaciones y nos guía de su mano a la vida eterna.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo….
Tú que quitas el pecado del mundo, TÚ tienes piedad de nosotros...
Tú que quitas el pecado del mundo, TÚ atiendes nuestras súplicas
Tú que estás sentado a la derecha del Padre, TÚ tienes piedad de nosotros
ORACIÓN COLECTA
La parábola, Señor,
de este «Buen Samaritano»
provoca en nuestras conciencias
un potente «aldabonazo».
En la acción del Sacerdote
y el Levita, funcionarios
del culto sin compromiso,
quedamos bien retratados.
Te ofrecemos oraciones,
limosnas y bellos cantos,
pero, ante el hombre caído,
«pasamos, Señor, de largo».
Tú nos pides acercarnos,
tocarlo con nuestras manos,
curar con aceite y vino
al hombre molido a palos.
Al terminar nuestra vida
seremos «examinados
en el amor», en las obras
que hicimos con los hermanos.
«Haced, vosotros, lo mismo»,
nos dices, como al Letrado.
Amar y cuidar al hombre
es la señal del cristiano.
Toma, Señor, en servicio,
nuestros humildes «denarios»:
ojos, manos, corazón,
nuestros oídos y labios. Amén.
Lectura del libro del Deuteronomio (30,10-14):
Moisés habló al pueblo, diciendo:
«Escucha la voz del Señor, tu Dios, observando sus preceptos y mandatos, lo que está escrito en el libro de esta ley, y vuelve al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma. Porque este precepto que yo te mando hoy no excede tus fuerzas, ni es inalcanzable. No está en el cielo, para poder decir:
“¿Quién de nosotros subirá al cielo y nos lo traerá y nos lo proclamará, para que lo cumplamos?”. Ni está más allá del mar, para poder decir: “¿Quién de nosotros cruzará el mar y nos lo traerá y nos lo proclamará, para que lo cumplamos?”.
El mandamiento está muy cerca de ti: en tu corazón y en tu boca, para que lo cumplas».
Palabra de Dios
Salmo 68
R/. Humildes, buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.
V/. Mi oración se dirige a ti,
Señor, el día de tu favor;
que me escuche tu gran bondad,
que tu fidelidad me ayude.
Respóndeme, Señor, con la bondad de tu gracia;
por tu gran compasión, vuélvete hacia mí. R/.
V/. Yo soy un pobre malherido;
Dios mío, tu salvación me levante.
Alabaré el nombre de Dios con cantos,
proclamaré su grandeza con acción de gracias. R/.
V/. Miradlo, los humildes, y alegraos;
buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.
Que el Señor escucha a sus pobres,
no desprecia a sus cautivos. R/.
V/. Dios salvará a Sión,
reconstruirá las ciudades de Judá.
La estirpe de sus siervos la heredará,
los que aman su nombre vivirán en ella. R/.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses (1,15-20):
Cristo Jesús es imagen del Dios invisible, primogénito de toda criatura; porque en él fueron creadas todas las cosas: celestes y terrestres, visibles e invisibles.
Tronos y Dominaciones, Principados y Potestades; todo fue creado por él y para él.
Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él. Él es también la cabeza del cuerpo de la Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,
y así es el primero en todo.
Porque en él quiso Dios que residiera toda la plenitud. Y por él y para él quiso reconciliar todas las cosas, las del cielo y las de la tierra, haciendo la paz por la sangre de su cruz.
Palabra de Dios
Lectura del santo evangelio según san Lucas (10,25-37):
R/Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, se levantó un maestro de la ley y preguntó a Jesús para ponerlo a prueba:
«Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?».
Él le dijo:
«¿Qué está escrito en la ley? ¿Qué lees en ella?».
Él respondió:
«“Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu fuerza” y con toda tu mente. Y “a tu prójimo como a ti mismo”».
Él le dijo:
«Has respondido correctamente. Haz esto y tendrás la vida».
Pero el maestro de la ley, queriendo justificarse, dijo a Jesús:
«¿Y quién es mi prójimo?».
Respondió Jesús diciendo:
«Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó, cayó en manos de unos bandidos, que lo desnudaron, lo molieron a palos y se marcharon, dejándolo medio muerto. Por casualidad, un sacerdote bajaba por aquel camino y, al verlo, dio un rodeo y pasó de largo. Y lo mismo hizo un levita que llegó a aquel sitio: al verlo dio un rodeo y pasó de largo.
Pero un samaritano que iba de viaje llegó a donde estaba él y, al verlo, se compadeció, y acercándose, le vendó las heridas, echándoles aceite y vino, y, montándolo en su propia cabalgadura, lo llevó a una posada y lo cuidó. Al día siguiente, sacando dos denarios, se los dio al posadero y le dijo: “Cuida de él, y lo que gastes de más yo te lo pagaré cuando vuelva”. ¿Cuál de estos tres te parece que ha sido prójimo del que cayó en manos de los bandidos?».
Él dijo:
«El que practicó la misericordia con él».
Jesús le dijo:
«Anda y haz tú lo mismo».
Palabra del Señor
R/Gloria a tí Señor Jesús
HOMILÍA
Ante la pregunta del escriba -experto en la ley- Jesús le remite a la Escritura, indicándole dónde tiene que buscar la respuesta.
Jesús quiere sacarlo de la teoría para llevarlo a la práctica.
La teoría no sirve de nada si el amor a Dios y a los demás no determina la forma de actuar. Jesús le dice lo mismo que a nosotros: vive y ama, así realizarás el precepto.
El maestro de la ley espera y desea una definición del prójimo que corresponda a su conducta habitual: Amar a los amigos y odiar a los enemigos.
Como hace con frecuencia, Jesús no contesta a lo que le preguntan, sino a lo que deberían haberle preguntado.
¿Para quién soy prójimo? ¿Quién espera mi ayuda? ¿Quién ve en mí al prójimo?
Lo importante no es quién es mi prójimo sino si soy capaz de hacerme prójimo, de aproximarme a quien me necesita y no solo a “los míos”. De hecho, Jesús pone como ejemplo de prójimo a un enemigo de los judíos, un samaritano.
La parábola, exclusiva de Lucas, está perfectamente ambientada. El camino que bajaba de Jerusalén a Jericó era muy inseguro, lleno de ladrones y salteadores que robaban y hasta mataban a los viajeros.
El sacerdote y el levita, pertenecen al mundo oficial de la religión y del culto, cumplen la letra de la ley, pero no practicaron la misericordia. Con ello Jesús enfrenta la TEORÍA con la PRÁCTICA. No importa el estatus, la imagen, ni siquiera la simpatía de los fieles. Lo que importa es lo que demuestras con tus obras. El refranero español lo resumirá más tarde: “Obras son amores y no buenas razones”.
El estar en el templo y supuestamente en las cosas de Dios, no les ayuda a acercarse a quien les necesita.
No miran al herido, se alejan de él. Para ellos es un obstáculo a evitar. En ésta y en otras ocasiones, Jesús denuncia la poca coherencia en la vida de los “oficialmente buenos”.
¿De qué o de quiénes paso de largo en la vida? ¿Ante qué o ante quién doy un rodeo? ¿Hay ciertas situaciones, ciertas personas que no quiero ver?
Un samaritano es el que Jesús pone de ejemplo, toda una provocación. Ningún judío le hubiera considerado como prójimo. Es extranjero, hereje, despreciado, cismático. Pertenece a un pueblo con una historia turbia.
Aunque no tenía una teoría tan buena como el sacerdote y el levita, lo primero que hace es detenerse y acercarse. Despliega con solicitud gran cantidad de acciones concretas a favor del necesitado, le mira, se acerca, se conmueve, asume el encuentro, se deja interpelar por la necesidad del otro, le cura. Todo lo hace movido por un corazón tocado por la compasión. Para Jesús es modelo de cómo ser prójimo.
Jesús antepone la compasión a cualquier tipo de exigencia ritual o legal.
Su mensaje se resume en que no se puede encontrar ni servir a Dios en el templo, si no se le encuentra ni se le sirve en las personas que encontramos en el camino de la vida.
El amor al prójimo, inseparable del amor a Dios, se realiza en la práctica y resume toda la vida cristiana.
Es la experiencia personal de Jesús, el Buen Samaritano por excelencia, que frecuentemente recordó: “Misericordia quiero y no sacrificios”
La duda sobre quién es mi prójimo, para quién soy prójimo, se resuelve cuando “voy y hago lo mismo”. Cuando no paso de largo ante los problemas sociales: el paro, la corrupción, el acoso, la explotación, la violencia, la insolidaridad...
El prójimo no aparece en el momento y la hora que yo tengo programada. Surge de repente, haciéndome acortar distancias, suprimir barreras, cambiar mis planes, modificar mi itinerario, cuando me están esperando un montón de cosas y de deberes importantes. Jesús me invita a improvisar ante las sorpresas de cada día.
La Palabra está dicha; es nuestro turno, a cada uno nos toca responder.
La religión para Jesús es parecernos al Padre, cuyos genes portamos dentro de nosotros y que es Misericordia Infinita.
Así también lo cuenta esta historia de ‘Los tres huéspedes’:
Tres hombres con largas barbas blancas estaban sentados a la puerta de una casa. La dueña les invitó a entrar y comer algo. Ellos se negaron a entrar, pues no estaba el esposo.
Al anochecer, cuando llegó el esposo, ellos aceptaron, pero añadieron:
- “Los tres no podemos entrar en la casa a la vez".
- "¿Por qué?", les preguntó la mujer curiosa. Uno de ellos le explicó:
- "Nosotros nos llamamos Riqueza, Éxito y Amor. Dile a tu esposo quién de nosotros quiere que entre en su casa."
El esposo inmediatamente quiso que entrara la Riqueza, para que llenara la casa de riquezas. Su mujer, en cambio, quería invitar al Éxito. Pero su nuera, que estaba escuchando todo, saltó diciendo:
- "¿No sería mucho mejor invitar al Amor, y así nuestra casa se llenará de amor?”
Por fin, los tres se pusieron de acuerdo e invitaron a entrar al Amor.
Cuando el Amor se levantó y se dirigió hacia la casa, los otros dos también se levantaron y le siguieron. Sorprendida la señora, preguntó a la Riqueza y al Éxito:
- "Sólo invité al Amor, ¿por qué quieren entrar también ustedes?"
Y los dos respondieron:
- "Si usted hubiera invitado a la Riqueza o al Éxito, los otros dos se habrían quedado afuera; pero como invitó al Amor, adonde él va, vamos también nosotros.
CREDO
Sacerdote.- ¿Creéis en Dios , que es nuestro Padre, que ha hecho todas las cosas y nos cuida con amor?.
Todos.- Sí, Creemos.
Sacerdote.- ¿Creéis en Jesucristo, que ha puesto su Morada entre nosotros, para hacernos conocer a Dios?.
Todos.- Sí, Creemos.
Sacerdote.- ¿Creéis en el Espíritu Santo que vive entre nosotros, y anima a la Iglesia para hacer un mundo mejor?.
Todos. Sí, Creemos.
Sacerdote.- ¿Creéis en la resurrección y la vida eterna, que ya comenzamos a disfrutar aquí, y que disfrutaremos plenamente al final de nuestro camino por la vida?
Todos. Sí, Creemos.
ORACIÓN UNIVERSAL
Hermanos es necesario, como el samaritano, salir de nuestro camino y entrar en la ruta del otro; aparcar nuestros proyectos y detenernos ante la vida maltratada; abrir los ojos y guiarnos sin prejuicios con un corazón compasivo y un actuar inteligente.
Oremos:
Nos comprometemos a ser samaritanos
• Trabajaremos para que nuestra Iglesia, escuchando la llamada, se empeñe en estar del lado de los maltratados, siempre al servicio de los más desfavorecidos no por mera caridad sino con sentido de justicia práctica.
Nos comprometemos a ser samaritanos
• Los creyentes no nos olvidamos que el amor a Dios y el amor al prójimo no pueden separarse, llamados a amar a los diferentes, a los que sufren, a los que nadie tiene en cuenta.
Nos comprometemos a ser samaritanos
• Todos nosotros queremos hacernos prójimos de los caídos, de los heridos, de los que sufren violencia, de los que no tienen derechos, sin importarnos su nombre, país, edad o religión.
Nos comprometemos a ser samaritanos
• Queremos que todos los hombres y mujeres “samaritanos” se sientan sostenidos con nuestro reconocimiento y agradecimiento, con nuestra oración y nuestra apuesta por un estilo de vida más evangélica.
Nos comprometemos a ser samaritanos
• Deseamos que el corazón de los responsables de nuestros gobiernos e instituciones se conmueva ante las necesidades de los más desfavorecidos de nuestro mundo y trabajen en pro de un mundo más justo para todos.
Nos comprometemos a ser samaritanos
Padre bueno, seremos Iglesia a tu estilo, Iglesia samaritana, volcada con los que más nos necesitan, Iglesia prójima de los más próximos porque sólo desde esa proximidad tenemos sentido y somos presencia tuya en este mundo. Te damos gracias porque Jesús tu hijo nos habla muy claro y vive y reina por los siglos de los siglos. Amén
En el momento de presentar la OFRENDA de toda la Iglesia oremos a Dios Padre Misericordioso
El Señor reciba de tus manos esta OFRENDA…
ORACIÓN OFRENDAS
Junto con el pan y el vino, te presentamos nuestra oración y nuestra vida de servicio. No queremos que haya separación entre ambas. Haremos de ellas una sola cosa y así, seremos en la vida lo que rezamos en la iglesia. PJNS
PREFACIO
El Señor está con vosotros
Y con tu Espíritu
Levantemos el corazón
Lo tenemos levantado hacia el Señor
Damos gracias al Señor nuestro Dios
Es justo y necesario
Te dirigimos, Padre Dios, esta humilde oración,
en nombre de nuestra comunidad,
para agradecerte
todo lo que has hecho por nosotros.
No quisiéramos reincidir
en esas viejas y equivocadas imágenes de Ti,
que te hacen lejano, controlador, justiciero,
que en todo caso favoreces a tus elegidos.
Nos avergüenza seguir haciéndote culpable
de todos los males que sufrimos.
Proclamamos que eres un Dios bueno,
que nos amas a todos por igual,
y creemos que nos necesitas
para erradicar los males de este mundo.
No debemos pedirte milagros,
no eres Dios de rogativas,
los problemas de la gente son cosa nuestra.
Bendito sea tu nombre, Señor.
Gracias por la vida,
gracias por vivir en todos los seres humanos.
Nos alegra el alma decir en tu honor
este himno de gloria.
SANTO, SANTO, SANTO
CONSAGRACIÓN Y PLEGARIA
Bendito sea Jesús, tu enviado
el amigo de los niños y de los sencillos.
Él vino para enseñarnos
cómo debemos amarte a Ti
y amarnos los unos a los otros.
Él vino para arrancar de nuestros corazones
el mal que nos impide ser amigos
y el odio que no nos deja ser felices.
Él ha prometido que su Espíritu Santo
estará siempre con nosotros
para que vivamos
como verdaderos hijos tuyos.
Recibimos tu Espíritu con alegría
para que santifique este pan y este vino y
se conviertan para nosotros
en el sacramento del Cuerpo y + la Sangre de Jesús, en la Persona y la Vida de Jesús, aquí significadas.
El mismo Jesús,
poco antes de morir,
nos dio la prueba de tu Amor.
Cuando estaba sentado a la mesa con sus discípulos, tomó el pan,
dijo una oración para bendecirte y darte gracias,
lo partió y lo dio a sus discípulos, diciéndoles:
Tomad y comed todos de él,
porque esto es mi Cuerpo,
que será entregado por vosotros.
Del mismo modo, tomó el cáliz lleno de vino,
te dio gracias con la plegaria de bendición
y lo pasó a sus amigos, diciendo:
Tomad y bebed todos de él,
porque éste es el cáliz de mi Sangre,
Sangre de la alianza nueva y eterna,
que será derramada por vosotros
y por todos los hombres
para iluminar vuestras vidas.
Haced esto en conmemoración mía.
Éste es el Sacramento de nuestra fe.
Anunciamos y proclamamos tu resurrección. Ven Señor Jesús.
Por eso, Padre bueno, recordamos ahora
la resurrección de Jesús, el Salvador del
mundo, y renovamos nuestra fraternidad
Él se ha puesto en nuestras manos
para que te lo ofrezcamos como ofrenda nuestra
y junto con él nos ofrezcamos a ti.
Tú nos escuchas, Señor Dios nuestro;
y nos das tu Espíritu de amor
a los que participamos en esta comida,
para que vivamos cada día
más unidos en la Iglesia,
con el santo Padre, el Papa León,
con nuestro Obispo N…,
los demás obispos,
y todos los que trabajan por tu pueblo.
No nos olvidamos de las personas que amamos
ni de aquellas a las que debiéramos querer más.
Te damos gracias porque nuestros
hermanos difuntos… familiares
amigos y miembros de nuestra Comunidad
están ya contigo en Tu casa del Cielo.
Y un día, nos reuniremos contigo
con María, la Virgen, Madre de Dios y Madre nuestra, su esposo San José, los santos
y todas las personas de bien
para celebrar la gran fiesta del cielo.
Entonces, todos los amigos de Jesús, nuestro Señor, podremos cantarte sin fin.
Por Cristo, con Él y en Él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén
PADRENUESTRO
PADRE Y MADRE NUESTRA
EN QUIEN SOMOS Y VIVIMOS.
Santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu reino.
Hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
TÚ NOS DAS HOY
NUESTRO PAN DE CADA DÍA.
TÚ PERDONAS NUESTROS PECADOS
Y NOSOTROS QUEREMOS PERDONAR
A LOS QUE NOS OFENDEN.
No nos dejes caer en la tentación.
Y líbranos del mal. Amen
CORDERO DE DIOS
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, TÚ TIENES piedad de nosotros
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, TÚ TIENES piedad de nosotros
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, TÚ NOS DAS la paz
Jesús nos invita a ser pan partido y repartido para los demás.
ORACIÓN FINAL
Señor, Tú nos complicas seriamente la vida. Tu Mandamiento de amar a Dios sobre todas las cosas hubiera sido fácil de seguir sin tener que dar cuentas a nadie, sino sólo a Ti. Pero lo has unido al segundo y nos has mandado amar al prójimo, amar al otro, a todos los otros, amarlos siempre, y amarlos como a nosotros mismos.
Y eso no es fácil, Señor, es difícil amar al prójimo que veo, más difícil es amar a los que no veo, comprometernos con ellos y por ellos. Hubiera sido más fácil dar limosnas, desprenderme de lo que me sobra, regalar lo que tengo a medio uso, hacer beneficencia.
Pero nos mandas AMAR, y pones como medida: amarlos como a nosotros mismos. Y eso, nos parece demasiado para nuestro egoísmo. Pero queremos seguirte, Señor, y estamos dispuestos a amar, amar a los demás, como a nosotros mismos, dispuestos a luchar por todos a los que podemos alcanzar desde nuestra pequeñez.
Somos débiles, Señor, y por eso queremos recordar que tú nos ayudas siempre, impulsándonos desde dentro, para sumergirnos en el “reino de Dios” que nos habita y vivirlo hacia fuera en la realidad de cada día. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén
BENDICIÓN
El Señor os bendice, os guarda
y en sus palmas os lleva tatuados.
Os acompaña en todos los caminos.
Y hace prósperas las obras de vuestras manos.
Sentíos siempre abrazados y bendecidos por este Dios enamorado,
Padre, Hijo y Espíritu Santo. AMÉN.