Las relaciones al interior de las comunidades eclesiales y la relación con otras realidades que interpelan a la Iglesia son los elementos que marcan el Documento dado a conocer por la Conferencia Episcopal de Chile que lleva por título “Criterios, orientaciones y propuestas discernidas por las Comunidades”, (ver aquí) en el que se recoge la síntesis final de los aportes de las comunidades de la Tercera Asamblea Eclesial, celebrada en Santiago de 7 a 9 de octubre de 2022.

Un camino que continua

Un documento que en palabras de Mons. Sergio Pérez de Arce pone de manifiesto que “el camino continúa en las Iglesias locales, que es donde prioritariamente se alienta y se planifica la misión”, pero “continúa también en el seno de la Conferencia Episcopal, a la luz de las orientaciones que entregue la Asamblea de los Obispos”, según el secretario general de la Conferencia Episcopal de Chile.

“El objetivo era discernir los cambios y conversiones que tenemos que asumir para relaciones más evangélicas, y responder así al anhelo de ser una Iglesia más sinodal, profética y esperanzadora. El diálogo no partía de cero, sino tomando en cuenta las ricas aportaciones que nos ha hecho el proceso de discernimiento eclesial de la Iglesia chilena, iniciado a fines del 2018, y el camino sinodal iniciado en octubre de 2021” señala Pérez de Arce, agregando que “como lo hemos dicho reiteradamente, para nosotros ha sido un único y gran proceso, que ha tenido un hito importantísimo en esta Asamblea Eclesial Nacional, y que continúa en nuestras Iglesias locales, en el seno de la Conferencia de Obispos, y en las etapas continental y universal del Sínodo de la sinodalidad”.

Relaciones al interior de la Iglesia

En lo referente a las relaciones al interior de la Iglesia, la síntesis aborda la cuestión de la Transparencia, rendición de cuentas y supervisión, proponiendo un modelo y programa integral de gestión eclesial y gestión pastoral, con propuestas concretas que deben ayudar en el caminar de la Iglesia chilena, insistiendo en la necesidad de prestar cuentas del trabajo que se lleva a cabo.

La síntesis recoge la cuestión de los liderazgos y estructuras para favorecer la participación y la misión compartida, proponiendo actualizar los Consejos pastorales como espacios sinodales, que deben desarrollar mecanismos de supervisión y evaluación, jornadas de formación y ser espacios donde se propicia la escucha del otro y el discernimiento comunitario en clave evangélica.

Protagonismo laical

Se aboga por la promoción del protagonismo laical, implementando planes de participación y representatividad, responsabilidades compartidas, ministerios laicales, mujeres que acompañan y conducen la vida pastoral, asambleas laicales diocesanas, pequeñas comunidades, discernimiento y búsqueda del consenso como expresión de sinodalidad, fomentando la cultura del consenso.

En el campo de la formación se llama a reestructurar los espacios formativos existentes, estableciendo un plan nacional de formación laical con escuelas de formación integral conjunta, para las que se especifican posibles temáticas. Igualmente se propone un Centro Nacional de Pastoral Litúrgica, escuelas de diáconos, y otras propuestas como Vicaría de la niñez o una Plataforma Nacional digital.

La segunda parte del documento explicita las relaciones que desafían a la Iglesia hoy, recogiendo los aportes de las comunidades que participaron en la III Asamblea Eclesial Nacional en Chile, bajo 9 tipos de relación: con quienes más sufren, con las víctimas de abuso y la prevención, con la mujer, con personas con diversas orientaciones sexuales, con los Jóvenes, con la familia en sus múltiples desafíos y transformaciones, con el país en sus procesos sociales y políticos, con el medio ambiente y con la cultura y la transmisión de la fe. Cada una de esas relaciones es abordada desde los criterios, actitudes y pasos concretos.

Con informaciones de Iglesia.cl