Participa del webinar “La Amazonía cerca del punto de no retorno: Covid-19, deforestación e incendios”, junto a COICA y REPAM Juan Manuel Santos: “Las comunidades indígenas son los que más saben de como forjar el futuro del planeta”

Juan Manuel Santos, Ex-presidente de Colombia
Juan Manuel Santos, Ex-presidente de Colombia

El encuentro reunió “personas tan distintas pero a la vez tan cercanas en este momento tan difícil que está viviendo la Amazonía

“No podemos vivir sin la Amazonía y tampoco podemos vivir sin sus pobradores originarios

“La voluntad política de nuestros gobiernos se ha juntado contra la naturaleza, contra los derechos de los pueblos indígenas

“Preparar nuestras economías para un modelo que no aspire al desarrollo ilimitado a todo costo, dejando relegados a muchos actores de nuestra sociedad, sin entender que el planeta Tierra tiene límites”

“Tenemos que reconocer que hemos pasado de ser homo sapiens a homo virus, destructores de nuestra casa común”

“Las comunidades indígenas para muchos mandatarios y muchos gobiernos son un problema, porque piensan tan diferente a lo que ha sido la tradición que les causan un conflicto

Conservación internacional
Cada vez hay más gente preocupada con los que pasa en la Amazonía, especialmente en este tiempo de pandemia que estamos viviendo. Su cuidado, una labor llevada a cabo secularmente por los pueblos originarios, se está convirtiendo en una prioridad para diferentes gobiernos, para organismos internacionales, organizaciones indígenas y para la propia Iglesia católica, que con el Sínodo para la Amazonía consiguió un reconocimiento y se ha convertido en interlocutora en diferentes foros.

Un webinar organizado por Internatiotal Conservation, organización ambiental estadounidense sin fines lucrativos, con sede en Arlington, Virginia, que tiene como misión destacar y asegurar los beneficios críticos que la naturaleza brinda a la humanidad, como alimentos, agua dulce, medios de vida y un clima estable, la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica – COICA, y la Red Eclesial Panamazónica – REPAM, debatía sobre el tema “La Amazonía cerca del punto de no retorno: Covid-19, deforestación e incendios”.

El evento virtual reunía este lunes al Ex-presidente colombiano, Juan Manuel Santos, al Ministro de Ambiente y Energía de Costa Rica, Carlos Manuel Rodríguez, a Avecita Chicchón, de la Fundación Gordon y Betty Moore, a Mauricio López, Secretario Ejecutivo de la REPAM, y Gregorio Díaz Mirabal y Tabea Casique Coronado, de la COICA. Todos ellos con la mediación de Kristen Walker, de Conservation International. Díaz Mirabal definía a los participantes como “personas tan distintas pero a la vez tan cercanas en este momento tan difícil que está viviendo la Amazonía”.

Participantes del webinar

De hecho, es una necesidad aprovechar la sensibilidad especial con la que el mundo está en este momento para, en palabras de Juan Manuel Santos, “las acciones de todos, no solamente de los gobiernos, para una mayor protección de nuestro medio ambiente”. El ex-presidente colombiano destacaba que “he aprendido a escuchar a las comunidades indígenas, y cuanto más las escucho, más me he dado cuenta que el mundo entero tiene que escucharlas más, porque en este momento son los que más saben de como forjar el futuro del planeta”.

Esas palabras eran agradecidas por Gregorio Díaz Mirabal, que en el momento actual insiste en que “queremos que el árbol de la vida siga viviendo”, que para él es la Amazonía. El líder indígena quiso dejar bien claro que “nosotros no podemos vivir sin la selva amazónica”, y desde ahí preguntaba “si la humanidad puede vivir sin la selva amazónica, sin los pueblos indígenas”. El coordinador de la COICA ve la pandemia como “una realidad que nos estalla en la cara, de violación sistemática de nuestros derechos”. Él denuncia que la actual visibilidad de los pueblos es por estar contagiados, muriendo, por estar desprotegidos por los que deberían protegerlos, los gobiernos.

Respondiendo a la pregunta de Díaz Mirabal, Avecita Chicchón, afirmaba que “no podemos vivir sin la Amazonía y tampoco podemos vivir sin sus pobradores originarios”. La fundación Moore viene trabajando desde hace 20 años en la conservación de los procesos ecológicos a través de acciones de protección efectiva en la Amazonía. Un desafío, que debe ser enfrentado a partir del próximo año, es la sostenibilidad financiera de los proyectos, fijándose en las amenazas que se ciernen desde el entorno de esas áreas protegidas, motivadas por infraestructuras mal planificadas.

Avecita Chicchón

En referencia al COVID-19, dice lo peor ha sido la pérdida de vidas de grandes líderes y con ellos de muchos conocimientos, se removieron los pilares de sus comunidades. “La pandemia ha revelado la debilidad de las instituciones básicas en el sector público, particularmente de salud”, según Avecita, que ve que ha surgido la necesidad de implementar acciones que exijan la transparencia en la gestión de recursos. Por eso, destaca que “no podrá haber conservación ni desarrollo en la Amazonía sin mecanismos de transparencia claro para asegurar que ese flujo de recursos vaya a donde tenga que llegar, sin ningún impedimento por corrupción o por favoritismos”.

El grave aumento de los incendios florestales en todo el planeta en 2019, es visto por Carlos Rodríguez, como “algo que va a ser la normalidad en el futuro”. El ministro destaca que “en Costa Rica el bosque se quema menos porque no tiene ningún sentido económico quemar el bosque”. Para conservar los bosques ve necesario tres elementos: calidad en la tenencia de la tierra, instituciones ambientales fuertes y entender que el sistema económico no reconoce los servicios ambientales.

Algo fundamental para el Ministro de Ambiente y Energía de Costa Rica es el rol de las comunidades indígenas en las negociaciones climáticas internacionales, afirmando que “sin las comunidades indígenas y sus territorios el planeta nunca logrará el objetivo”, por lo que defiende un sistema multilateral. Por ello, cita el Acuerdo de Escazú, que va a garantizar el compartir información de los gobiernos, mayor transparencia, respeto a los espacios políticos e institucionales de las comunidades, algo fundamental en la postpandemia.

Carlos Rodríguez

Ante la pregunta sobre el papel de la Iglesia en la Amazonía, Mauricio López partía de la necesidad de buscar las causas estructurales para entender cuál es el origen de esta situación que estamos viviendo. Esta pandemia revela un sistema de sociedad que el Papa Francisco define como un sistema que mata, mata porque excluye y mata porque es insostenible. Laudato Si, nos lleva a reflexionar sobre cuestionar el discurso de los poderes económicos que sostienen la necesidad de destruir los bosques para atender a las situaciones de pobreza, algo falso según Mauricio López, que ve la causa en la concentración de la riqueza y en el descarte de alimentos, lo que nos lleva a ver la existencia de un pecado estructural, que se manifiesta en la Amazonía en el racismo, la extracción de recursos sin ningún retorno para las comunidades y el impacto de la pandemia.

Mauricio López afirma que “da un poco de vergüenza que una red eclesial de la Iglesia sea quizás la única instancia que está haciendo un mapeo, con todas nuestras fragilidades, sobre los contagios en la cuenca amazónica”, denunciando el subregistro, especialmente en Brasil, donde está aconteciendo un etnocidio por omisión, y la necesidad de una acción conjunta mayor. El secretario ejecutivo de la REPAM reconoce que la Iglesia tiene que comenzar por pedir perdón, sabiendo que en la Iglesia existen diferentes visiones sobre esta problemática, especialmente en lo que se refiere al modelo económico y social. La Iglesia tiene una importancia histórica en la Amazonía, según Mauricio, “extendida como pocas instituciones, legitimada por los pueblos originarios, a pesar de las fragilidades, y que estructuralmente está acompañando para dar una respuesta a esto que, o sumamos fuerzas, o no habrá salida, insisto, será un etnocidio por omisión”.

Resistir no es algo nuevo para las mujeres indígenas de la Amazonía, según Tabea Casique Coronado, algo que ahora hace referencia a la pandemia, pero que también se relaciona con la deforestación y el extractivismo. Ella destaca la importancia del territorio, como hábitat, como lugar de convivencia con la naturaleza para las mujeres, que ven el bosque y el agua como vida, porque ahí tienen sus plantas medicinales y lo que garantiza su vida. “Esta pandemia nos enseñó a valorar lo nuestro, las plantas medicinales, que en la actualidad estamos empleando como mujeres para poder salvar vidas en nuestras comunidades”, insiste la líder indígena.

Destaca la importancia de la salud y educación intercultural, de la seguridad alimentaria, para poder mejorar la calidad de vida. Junto con eso denuncia otras cuestiones en referencia a las mujeres, como el feminicidio, la violencia familiar, la violación de niñas, el embarazo de adolescentes, algo sobre lo que poco o nada se está haciendo al respecto, denuncia Tabea. Ella demanda atención inmediata de salud ante la pandemia, “que ya está en nuestras comunidades”. Lo mismo sucede con la educación, que no está llegando a las comunidades indígenas porque no hay cobertura, asumiendo que el presente año escolar está perdido. También falta seguridad alimentaria, no se tiene en cuenta que hay productos que no son adecuados para los indígenas. Ante esto, demanda proyectos de economía indígena, educación para mujeres, profesionales indígenas en el campo de la salud, ante el hecho de que muchos profesionales no quieren ir a las comunidades indígenas.

Juan Manuel Santos

A nivel político, si queremos tener un nuevo paradigma, es necesario, según el Ex-presidente Santos, “pasar del análisis a la acción, real, verdadera, efectiva, y ahí es donde el liderazgo y sobretodo la voluntad política tiene que estar presente”. En ese sentido, destaca la importancia de la presión popular, de la toma de conciencia, de sensibilizar a la opinión pública. Juan Manuel Santos afirma que “en la pandemia la gente se ha vuelto más solidaria, con más compasión, más pendiente de lo que a la gente le está sucediendo”, algo que considera importante en un líder, que tiene que tener empatía, capacidad de ponerse en los zapatos del otro. Ponerse en el lugar de los indígenas en este momento, según Santos, “es fundamental para que eso llegue a una acción concreta”, desenvolviendo acciones gubernamentales que eviten su desaparición en la Amazonía. Ante una actitud de los gobiernos, “que parece como que no fuera con ellos, ahí la presión de la opinión pública tiene que inducir a que los gobiernos actúen”.

Ante la situación actual, somos obligados, según Gregorio Díaz Mirabal, a llevar a cabo acciones conjuntas, insistiendo en que “los científicos están dando soluciones para la Amazonía, pero los políticos no los oyen”. Lo mismo con los economistas, que dicen que “es posible una economía que respete a la naturaleza y a los pueblos”, con los ambientalistas, con la sabiduría ancestral e intercultural de los pueblos indígenas. El coordinador de la COICA denuncia que “la voluntad política de nuestros gobiernos se ha juntado contra la naturaleza, contra los derechos de los pueblos indígenas”, lo que se ha traducido en una avance de todo lo que destruye la Amazonía, utilizando la pandemia para agilizar procesos de consulta previa.

También ha denunciado la falta de concreción de las políticas de la ONU en referencia al cuidado de la naturaleza, exigiendo participar de las decisiones, pues “en los diálogos internacionales, nos colocan en un salón aparte, donde no se toman las decisiones”. Díaz Mirabal insiste en que desde la COICA están buscando todos los recursos posibles para salvar la Amazonía y la vida de los pueblos, pero falta un plan internacional en ese sentido, cada cual está intentando salvar su propia vida. También recordaba lo dicho al Papa en el Sínodo para la Amazonía, “está bien que rece por nosotros, pero también necesitamos acciones, necesitamos oraciones y acciones, en este momento la humanidad necesita eso”.

Gregorio Díaz Mirabal

Carlos Rodríguez, que próximamente asumirá el papel de Director General del Fondo Mundial para el Medio Ambiente, al hablar sobre planes de reactivación económica, destaca la necesidad de un abordaje integral, defendiendo el “preparar nuestras economías para un modelo que no aspire al desarrollo ilimitado a todo costo, dejando relegados a muchos actores de nuestra sociedad, sin entender que el planeta Tierra tiene límites”. Afirma que ante la recesión económica se va a generar una descompisición social en todos los países, a lo que junta, en los próximos 10 años, el reto de enfrentar el colapso del planeta. Ve necesario un cambio generacional en el liderazgo político de los países, una mayor inversión en fondos para la conservación de la naturaleza, dejar de financiar todas las actividades que generan degradación ambiental, mayor inversión en energías renovables, inclusive con reformas fiscales que cree impuestos a aquello que le hace daño al planeta.

“Tenemos que hacer un esfuerzo grande, cuando buscamos soluciones, de poder mirar lo macro sin perder de vista lo micro”, insistía Avecita Chicchón. Ella denuncia que “existen los fondos en los países para abordar y contestar el COVID en la Amazonía, pero es muy difícil desde las comunidades acceder a esos fondos”, algo que pretenden articular desde la Fundación Moore. En este punto destaca el rol de la Iglesia, citando lo que sucedió en Iquitos, Perú, para conseguir plantas de oxígeno, algo que se hizo inmediatamente. También ve necesario pensar en los indígenas de las ciudades, afirmando que “hasta hoy tenemos una configuración de las relaciones sociales donde los indígenas continúan llevando la peor parte”, una discriminación que tiene que superarse.

Se ha producido un cambio, hasta el punto de que, según Mauricio López, “tenemos que reconocer que hemos pasado de ser homo sapiens a homo virus, destructores de nuestra casa común”, lo que nos pone ante una necesidad de cambio radical, algo en lo que insiste el Papa Francisco en Laudato Si, “no existen dos crisis separadas, una social y una ambiental, es una sola crisis”. El secretario ejecutivo de la REPAM habla del “desafío de cambio epistemológico, una alteridad con la Hermana Madre Tierra”, que fue motivo de ataque durante el Sínodo, “algo que fue dicho por San Francisco de Asís hace 800 años, hoy es algo que causa escozor y reacción”. En como generar los recursos, los pueblos originarios tienen mucho que enseñar, pues “este modelo que hemos tenido, lo que seguirá es produciendo descartados”. Él considera la inequidad planetaria como la causa estructural de fondo, junto con “un modelo de desarrollo voraz, como si existiera un planeta ilimitado”.

Mauricio López

Al ser preguntado de por qué no se escuchan las voces de las comunidades indígenas, Juan Manuel Santos señalaba que se trata de “un tema político, un problema que viene de hace mucho tiempo”, pues en su opinión, “las comunidades indígenas para muchos mandatarios y muchos gobiernos son un problema, porque piensan tan diferente a lo que ha sido la tradición que les causan un conflicto”. Desde ahí propone un nuevo concepto de desarrollo, diferente al que tenemos desde hace casi 100 años, basado en el Producto Interno Bruto, que lo único que mide es la producción, no el bienestar de la gente. Por eso, ve la necesidad de valorar, de empoderar las voces de las comunidades indígenas.

Ante el descontrol total de la pandemia, Mauricio López señala la “relevancia del acto político como una posibilidad de dotar de medios mínimos de respuesta a situaciones que son especialmente urgentes”, que le lleva a afirmar que “cualquier política pública en esta pandemia debería de probar la capacidad prioritaria de respuesta ante la crisis y vemos todo lo contrario”. En ese sentido, sostiene que “la Iglesia tiene que estar donde están los crucificados de nuestro tiempo, pero es un error histórico que sea la Iglesia la que tiene que salir a pedir las ayudas humanitarias”, lo que muestra la ineficacia de los pactos internacionales, como fue el Pacto de Leticia. También es un problema ético y societal, según el secretario de la REPAM, que se priorice pagar la deuda externa a la atención a las personas, que “son templos del Espíritu Santo, la economía no, no es posible que se salve a la economía y a las personas no, y eso está pasando aquí y ahora, sobretodo con los pueblos originarios”.

En esta tesitura, Gregorio Díaz Mirabal señala que “necesitamos crear el espacio de acción ante esta emergencia”, insistiendo en “crear una nueva alianza que vea el rostro de la gente” y en denunciar la corrupción ante esta pandemia, pues no se sabe donde están los muchos recursos que han llegado. Algo que según Juan Manuel Santos demanda pasar de la deliberación a la acción, con un plan concreto, con fuerza política, generar lo más pronto posible una masa crítica, en un tiempo en que se está rediseñando el mundo, el desarrollo.

Kristen Walker

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