Seguir el camino del Dios encarnado Un Papa despojado, siervo, semejante a los hombres

Algunos amigos suyos, cuando se encontraban con él, comentaban que habían estado con Jorge
Quienes acusaban a Francisco de populista son aquellos que han hecho campaña por la vuelta de una Iglesia alejada del mundo, lo que en realidad la convertiría en una Iglesia ignorada por la gran mayoría
Que ningún discípulo, tampoco el próximo Papa, tenga miedo de abajarse, de servir, de asumir la condición humana
Que ningún discípulo, tampoco el próximo Papa, tenga miedo de abajarse, de servir, de asumir la condición humana
Luis Miguel Modino, corresponsal de RD en América Latina y Caribe
El himno de Filipenses 2, 5-11 podría ser considerado un buen termómetro a ser usado por los 133 cardenales que, en la tarde de este miércoles, 7 de mayo, a las 16:30 entrarán en la Capilla Sixtina. El martes por la tarde ya tendrán que estar en la Casa Santa Marta, aislados del mundo exterior, para lo que está prohibido cualquier aparato que permita la comunicación con el exterior. Serán revisadas las habitaciones y los equipajes de los purpurados.
Un Papa despojado
Entran para elegir al sucesor de Pedro, pero también, y nadie puede olvidar eso, al sucesor de Francisco. En el último pontífice podemos decir que se hicieron carne las palabras de Pablo a los Filipenses: “se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres”. Algunos amigos suyos, cuando se encontraban con él, comentaban que habían estado con Jorge. Una forma de referirse al Santo Padre que en absoluto menoscababa aquello que era, el Sumo Pontífice, aunque a él mismo le gustaba más ser considerado obispo de Roma.

Son muchos los detalles, Francisco fue un Papa de signos, que deberían ser tenidos en cuenta por su sucesor. Esos detalles siempre tuvieron una gran aprobación entre el catolicismo y entre mucha gente que, o no era católica, o no tenía una práctica religiosa frecuente. Aunque algunos piensen que eso tenía oposición, eran pocos los que pensaban así, aunque es verdad que con potentes altavoces mediáticos, sobre todo en redes sociales.
Los signos de Francisco
Los zapatos, sus ropas litúrgicas, su forma de comunicarse, no solo con sus palabras, también con sus gestos, su forma de vestir, de desplazarse en coches utilitarios, su renuncia a privilegios, regalos, siempre se empeñaba en pagar sus cuentas… son signos de lo que tenía en el corazón, que nos muestra su empeño en despojarse, en ser siervo, en asemejarse a los hombres, en ser uno de tantos.
Entre los cardenales elegidos por Francisco, especialmente entre aquellos llegados de las llamadas periferias, nos deparamos con muchos ejemplos de eso. Un Papa que pretenda volver a todo aquello que pueda marcar distancias repercutiría negativamente en su papado. La pompa no es bien vista por la mayoría de la gente, y querer usar signos que remiten a eso, una práctica entre algunos cardenales, inclusive entre algunos de los considerados papables, no sería el camino a seguir.

No a un papado autorreferencial
Un Papa que pretendiera divinizarse se alejaría de Aquel que siendo de condición divina quiso ser de condición humana. Un papado autorreferencial, que viva en su mundo, con poco contacto con las preocupaciones de la gente, alejaría todavía más a la Iglesia del mundo, que no olvidemos es el destinatario del anuncio del Evangelio. Quienes acusaban a Francisco de populista son aquellos que han hecho campaña por la vuelta de una Iglesia alejada del mundo, lo que en realidad la convertiría en una Iglesia ignorada por la gran mayoría.
Si pedimos y esperamos la presencia del Espíritu en la Sixtina, que sea el mismo Espíritu que inspiró la Escritura, el mismo Espíritu en el nombre del cual el resucitado envió a sus discípulos. Que ningún discípulo, tampoco el próximo Papa, tenga miedo de abajarse, de servir, de asumir la condición humana. El Evangelio no se puede imponer desde arriba, llega más cuando se anuncia mirando a los ojos, cuando nos bajamos del pedestal en el que nos colocamos o en el que pensamos estar.
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