"Es, por lo tanto, un lugar altamente simbólico para redescubrir la gran riqueza de Europa unida en su tradición religiosa y cultural, pero tan marcada por las múltiples peculiaridades que conforman su riqueza", añade el Papa destacando que Europa entera se ha encontrado a sí misma alrededor de la memoria de Santiago, en los mismos siglos en los que se edificaba como un continente homogéneo y unido espiritualmente.
En su mensaje, Francisco anima a los obispos a ver los "signos de esperanza" que, pese a todo, surcan el Viejo Continente.
"Hay muchos de ellos, con frecuencia escondidos y a menudo tendemos a no darnos cuenta. Los vemos a partir de la preocupación de muchos de nuestros hermanos por los que sufren y tienen necesidades, especialmente los enfermos, los presos, los pobres, los migrantes y los refugiados; como también en el compromiso en campo cultural, especialmente en la educación de los más jóvenes, que son el futuro de Europa"
Del mismo modo, Francisco pidió a los episcopados europeos "un compromiso de caridad. Este es el camino principal de la vida del cristiano", tal y como se explica en Mateo 25. Con la caridad y dando testimonio de fe, sabiendo que ésta "no se transmite a través del proselitismo, sino a través de la atracción, es decir, a través del testimonio".
"No se trata de representar esquemas del pasado, sino de dejarnos guiar por el Espíritu del Señor para proponer la alegría que emana del Evangelio a los hombres y a las mujeres que encontramos en nuestro ministerio cotidiano", asegura el Papa, poniendo como ejemplo a Santa Brígida de Suecia, Santa Catalina de Siena y Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein).
"Juntas nos muestran la caridad vivida en la familia, fundamento de toda sociedad humana, y como servicio al prójimo en la verdad y en el sacrificio. Sus gestos sencillos están plenos de esperanza, pues están plenos de ese amor que mueve el sol y otras estrellas y que nos hace plenamente humanos"
"Que en la fidelidad a Su Señor y a las propias raíces, no falte el pueblo de Dios que trabaja por un nuevo humanismo europeo, capaz de dialogar, integrar y de generar, valorizando al mismo tiempo lo que es más valioso para la tradición del continente: la defensa de la vida y de la dignidad humanas, la promoción de la familia y el respeto de los derechos fundamentales de la persona. A través de este compromiso, Europa podrá crecer como una familia de pueblos, tierra de paz y de esperanza", concluye Francisco.