“El mundo digital no puede sustituir al analógico, pero sí ampliarlo”, apunta el estudioso alemán Thomas Söding: “Los sacramentos digitales son inconcebibles”

Eucaristía digital.
Eucaristía digital.

El estudioso del Nuevo Testamento de Bochum considera inconcebible una representación digital de los sacramentos. “La transubstanciación digital es pura especulación”, asegura Söding en un artículo publicado en Herder Korrespondenz

Desde el comienzo de la crisis pandémica muchos servicios religiosos se han celebrado por Internet, pero la pregunta es si todo es posible a través de la red. La consagración de la Eucaristía, por ejemplo, ¿podría realizarse también digitalmente? Söding tiene una opinión clara al respecto

Thomas Söding, estudioso del Nuevo Testamento de Bochum, considera inconcebible una representación digital de los sacramentos. “La transubstanciación digital es pura especulación”, escribe Söding en un artículo publicado en Herder Korrespondenz, revista mensual de la editorial Herder sobre temas religiosos y de Iglesia, en su número correspondiente al mes de agosto. 

Desde el comienzo de la crisis pandémica muchos servicios religiosos se han celebrado por Internet, pero la pregunta es si todo es posible a través de la red. La consagración de la Eucaristía, por ejemplo, ¿podría realizarse también digitalmente? Söding tiene una opinión clara al respecto. “Si el pan y el vino se pusieran delante de un medio como la televisión o el ordenador portátil para que se transubstanciaran también durante el servicio divino, se rompería la conexión litúrgica del ofertorio, la consagración y la distribución, que es un aspecto elemental de la celebración de los sacramentos”, comenta en su artículo. "El pan propio —explica— sólo podría ofrecerse espiritualmente, la consagración sólo tendría lugar digitalmente; la distribución sólo podría tener lugar individualmente. El signo sacramental se dividiría”.

Por otra parte, además de la proclamación de la Palabra, que podría entrar sin dificultad en los límites de los edificios, los elementos también desempeñan un papel en los sacramentos que podrían ser imaginados pero que sólo podrían llenar su forma elemental en el lugar. “El bautismo se celebra con agua, la eucaristía se celebra con pan y vino”, apunta Söding. “El lenguaje de signos de los sacramentos extrae un poder salvífico de los elementos naturales”. Un bautizo, por ejemplo, también podría transmitirse por streaming para que conocidos y familiares pudieran participar. “Sin embargo, la transmisión no puede sustituir al bautismo en sí”, asegura el pensador alemán.

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Opciones para la comunión sacramental

En muchas parroquias de todo el mundo, los servicios se transmiten en directo desde el comienzo de la pandemia con el fin de que no se pierda la conexión con la comunidad local. Además de la “comunión espiritual”, existen otras formas en las que la comunión sacramental puede tener lugar sin estar físicamente en la Eucaristía. Esto se hace, por ejemplo, en los hospitales para la comunión de los enfermos, o en los grandes eventos en los que la celebración eucarística se transmite a varias iglesias, donde también se comulga desde el altar principal. “No hay ninguna razón sensata por la que no se pueda utilizar la tecnología analógica para las transmisiones digitales”, enfatiza Söding.

Sin embargo, esto presupone que los elementos eucarísticos se conservan en una celebración análoga para ser servidos y recibidos en otro momento y lugar. Desde el punto de vista católico, es muy bueno —sobre todo en situaciones de confinamiento estricto— celebrar servicios a domicilio. Sin embargo, tal como apunta Söding, “si una comunidad doméstica decidiera celebrar la Eucaristía sin sacerdote, no tendría lugar ninguna aunque se siguieran exactamente todos los ritos”.

Por tanto, en opinión de Söding, el mundo digital no puede sustituir al analógico, pero sí ampliarlo. También en la liturgia, el mundo analógico y el digital no están separados ni se oponen. "Más bien, en un mundo digital, se trata de conectar en red los servicios analógicos, y en uno analógico, de habilitar los servicios digitales", escribe Söding cerrando su reflexión sobre uno de los campos de trabajo pastoral que plantean más retos de cara al futuro.

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