En escena, diálogo amoroso entre una madre y su hija, que ha tenido la inmensa suerte de nacer en una familia cariñosa y solidaria. Potente sumistro natural de oxitocina, en la madre humana como en la madre animal, facilita un hermoso vínculo de felicidad, afecto y protección hacia la desvalida criatura.
SOY AMADO, LUEGO EXISTO
Decía antes que tenía suerte la criatura de la imagen al haber nacido en una familia amorosa. Si estuviera siendo maltratada físicamente, psicológicamente, si presenciara todos los días violencia en el hogar, si permanentemente fuera ignorada, tratada como si no existiese, con alta probabilidad se le estaría provocando un concepto de ella misma, y de los demás, muy negativo, aniquilador.
Me viene a la mente Margarita, de 17 años, que dice que su padre no la quiere y suspende los estudios. O Pilar, que nació cuando su madre, por la edad, no quería más niños, y su nacimiento -así se lo oyó decir alguna vez- malogró su vida. Pero me gustaría hoy recalcar, sobre todo, la enome fortuna de haber nacido y crecido en una familia sana, alegre, solidaria... SOY AMADO, SOY AMADA POR MI FAMILIA, LUEGO EXISTO.
SOY AMADO, AMADA, POR ALGUIEN
MUY ESPECIAL. LUEGO EXISTO.
Me refiero a la pareja. Sobre todo en la fase inicial, muy bendecida también por hormonas de felicidad como la oxitocina, la testosterona, la dopamina, feromonas... Pasados los dos/tres años de locura de amor, se instalan los amantes en un estanque dorado de endorfinas de paz y seguridad...Ya no estoy solo. Alguien muy especial me ama y me necesita... Un hilito invisible de afecto y compromiso nos une. Nos sentimos más jóvenes, más felices, con un lugar en el mundo. En el mundo y en otro corazón, que nos echaría de menos si nos ocurriera algo...
TE AMO, LUEGO EXISTES Y EXISTIMOS
El amor de pareja es una danza de dos que se quieren, se necesitan, comparten... Si llega la ruptura, se recortan las fotos, eliminando al infiel, al egoísta, al traidor. Pero ahora, frente a la cámara, se aproximan manos, miradas y cuerpos para el recuerdo de los días felices. Sí, te amo y te amaré en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida...
Este descubrimiento profundo del tú nos anuncia y desafía otra Presencia mayor. En el poema inicial de "La aventura del TÚ",Victor Manuel Arbeloa atisba trascendencia en la generosa donación de los amantes: "¿Qué hacemos en la vida tal vez / sino buscar y perseguir y apetecer / esa diaria quimera / esa recia aventura del TÚ / sin género ni especie / al que labios / y ojos / y cuerpos / y almas / nos convocan?"
Miguel D´Ors, poeta de experiencia, lo ha expresado con intensidad afectiva: "Con tu mirada tibia / alguien que no eres tú me está mirando: / siento / confundido en el tuyo otro amor indecible. / Alguien me quiere en tus te quiero, / alguien acaricia mi vida con tus manos y pone / en cada beso tuyo su latido. / Alguien que está fuera del tiempo, siempre / detrás del invisible umbral del aire."
¡QUÉ ALEGRÍA VIVIR, SINTIÉNDOSE VIVIDO!
El madrileño Pedro Salinas (1891-1951) publicó en 1933 el poemario "La voz a ti debida", primera entrega de una trilogía que constituye uno de los más sólidos y coherentes monumentos al amor de toda la poesía española. Selecciono unos exuberantes versos, de sencillo pero intenso lirismo.
El poeta se vive identificado con la amada, confundido con ella. Mira, habla, toca, siente por los sentidos, por el corazón de ella.No le importa morir porque, sabiéndose amado por ella, se salvará para siempre. Hay quien arriesga una lectura mística, y se siente vivido en otro Ser amoroso y fecundo.
¡QUÉ ALEGRÍA VIVIR,
SINTIÉNDOSE VIVIDO...!
Qué alegría, vivir
sintiéndose vivido.
Rendirse
a la gran certidumbre, oscuramente,
de que otro ser, fuera de mí, muy lejos,
me está viviendo.
Que cuando los espejos, los espías,
azogues, almas cortas, aseguran
que estoy aquí, yo, inmóvil,
con los ojos cerrados y los labios,
negándome al amor
de la luz, de la flor y de los nombres,
la verdad trasvisible es que camino
sin mis pasos, con otros,
allá lejos, y allí
estoy besando flores, luces, hablo.
Que hay otro ser por el que miro el mundo
porque me está queriendo con sus ojos.
Que hay otra voz con la que digo cosas
no sospechadas por mi gran silencio;
y es que también me quiere con su voz.
La vida —¡qué transporte ya!—, ignorancia
de lo que son mis actos, que ella hace,
en que ella vive, doble, suya y mía.
Y cuando ella me hable
de un cielo oscuro, de un paisaje blanco,
recordaré
estrellas que no vi, que ella miraba,
y nieve que nevaba allá en su cielo.
Con la extraña delicia de acordarse
de haber tocado lo que no toqué
sino con esas manos que no alcanzo
a coger con las mías, tan distantes.
Y todo enajenado podrá el cuerpo
descansar quieto, muerto ya. Morirse
en la alta confianza
de que este vivir mío no era sólo
mi vivir: era el nuestro. Y que me vive
otro ser por detrás de la no muerte.