AMADO NERVO y su poema contra el KEMPIS


"Muerto mi padre cuando yo tenía nueve años, mi madre me envió a un colegio de Padre Romanos, al de Jacona, en Michoacán, que entonces gozaba de cierta fama. En este colegio, y después en el seminario de Zamora, Michoacán, hice mis estudios preparatorios, empezando, naturalmente, por el latín..."
El seminarista Amado Nervo tiene que abandonar precipitadamente su formación para ayudar económicamente a su familia, que era numerosa. En 1898 publica su primer poemario, "Místicas", al que fueron siguiendo títulos tan evocadores como "Serenidad" (1912), "Elevación" (1916) y "Plenitud" (1918), a escasos meses de su propio final. Dentro siempre de la ortodoxia católica, moduló Amado Nervo su sensibilidad hacia cierto panteísmo integrador.

Enviado como corresponsal de prensa a la Exposición Universal del París de 1900, allí conoció –y fue su entrañable amigo– a Rubén Darío. Y allí, sobre todo, descubrió a la mujer de su vidaAna Cecilia Luisa Dailliez, la dulce mujer que sería su compañera durante más de diez años, "encontrada en el camino de la vida el 31 de agosto de 1901. Perdida (¿para siempre?) el 7 de enero de 1912".Se refiere Amado Nervo al fallecimiento de Ana que conmocionó severamente los últimos años de su vida. Recordándola, fue escribiendo en secreto un impresionante poemario, "La amada inmóvil", que sólo se dio a conocer con posterioridad a su propia muerte.

PIENSA SIEMPRE EN LA HORA DE LA MUERTE

La "Imitación de Cristo", del beato Tomás de Kempis, el libro católico más editado del mundo después de la Biblia, ha alimentado la piedad de los fieles cristianos a lo largo de varios siglos.Nació su autor en Kempis, cerca de Colonia (Alemania), en el año 1380. Y después de una fecunda vida de monje contemplativo, falleció cumplidos ya los noventa años. Probablemente cuando escribió su pequeño tratado espiritual, sólo pensaba en la vida religiosa de aquellos monjes orantes que le habían encomendado para su formación. Aunque posteriormente se haya extendido su influencia a todo tipo de creyentes, también a seglares, solteros o casados, en la peligrosa aventura de vivir la fe en el mundo.
Tengo en mis manos un diminuto ejemplar que compré con 18 años. En el capítulo 23, apartado 4º, leo:

Y escribiendo sobre la pena de los pecadores en la otra vida (Cap. 24, 2º):

Estos breves textos podrían servir de marco para comprender uno de los más famosos poemas de Nervo. Y podría ser útil preguntarnos si acaso todavía hoy persevera en determinados grupos la masoquista espiritualidad de la que se lamentaba el vate mexicano:
A KEMPIS
Ha muchos años que busco el yermo,
ha muchos años que vivo triste,
ha muchos años que estoy enfermo,
¡y es por el libro que tú escribiste!
¡Oh Kempis, antes de leerte amaba
la luz, las vegas, el mar Oceano;
mas tú dijiste que todo acaba,
que todo muere, que todo es vano!
Antes, llevado de mis antojos,
besé los labios que al beso invitan,
las rubias trenzas, los grandes ojos,
¡sin acordarme que se marchitan!
Mas como afirman doctores graves,
que tú, maestro, citas y nombras,
que el hombre pasa como las naves,
como las nubes, como las sombras...
huyo de todo terreno lazo,
ningún cariño mi mente alegra,
y con tu libro bajo del brazo
voy recorriendo la noche negra...
¡Oh Kempis, Kempis, asceta yermo,
pálido asceta, qué mal me hiciste!
¡Ha muchos años que estoy enfermo,
y es por el libro que tú escribiste!

MUY CERCA DE MI OCASO...

Otros popularísimos versos. Parece que adivinaba el poeta ex-seminarista como inmediato su final, pocos años antes de suceder. En realidad, sólo tenía cuarenta y tantos cuando escribió estos hermosos textos. La palabra Dios es aquí sustituida por otra igualmente bella: Vida. Los versos finales ("amé, fui amado") resumen con precisión la alegre noticia de que Dios nos ama.
EN PAZ
Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, vida,
porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;
porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino,
que si extraje la miel o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales, coseché siempre rosas.
Cierto..., a mis lozanías va a seguir el invierno:
¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!
Hallé sin duda largas las noches de mis penas;
mas no me prometiste tú sólo noches buenas;
y en cambio tuve algunas santamente serenas...
Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!

ALGO SOLEMNE SE APROXIMA

Un tercer poema, al que habrá que añadir otros muchos en sucesivos capítulos sobre Amado Nervo. Poesía existencial de gran calidad. Se vive con esperanza la inminente irrupción de Dios en su vida, una cercana bendición, acaso, con las alas de luz de un milagro. Piadoso creyente, está dispuesto el poeta de Tepic a aceptar la voluntad divina, a punto ya de expresarse...
EXPECTACIÓN
Siento que algo solemne va a llegar a mi vida.
¿Es acaso la muerte? ¿Por ventura el amor?
Palidece mi rostro, mi alma está conmovida,
y sacude mis miembros un sagrado temblor.
Siento que algo sublime va a encarnar en mi barro
en el mísero barro de mi pobre existir.
Una chispa celeste brotará del guijarro,
y la púrpura augusta va el harapo a teñir.
Siento que algo solemne se aproxima, y me hallo
todo trémulo; mi alma de pavor llena está.
Que se cumpla el destino, que Dios dicte su fallo,
para oír la palabra que el abismo dirá.

1.AMADO NERVO y su poema contra el KEMPIS
A KEMPIS
EN PAZ
EXPECTACIÓN
2. AMADO NERVO y su AMOR A LA NATURALEZA
ÉXTASIS
JACULATORIA A LA NIEVE
EL CASTAÑO NO SABE
COMO EL VENERO
3. AMADO NERVO, “fraile de los suspiros, celeste anacoreta”
DIOS TE LIBRE, POETA
MI FILOSOFÍA
HARMONÍA
4. AMADO NERVO, intimista poeta, alumbrando con fe paisajes del alma en noche oscura
JESÚS
SEIS MESES
OFRECIMIENTO
