Javier Salvago SUEÑA TAMBIÉN DE DÍA

Intensa la vida del artista paradeño definido por Raúl Doblado como "un poeta con la herida de la vida abierta, que sabe de caminos, de noches, de amores, de fondos de botella, de miedos valientes, de derrotas celebradas, de soledades concurridas". Desde mediados de los 80, trabaja como guionista de los espacios de Jesús Quintero, y es el autor de casi todas las "Reflexiones" que el personaje de El loco de la colina ha pronunciado desde entonces. Queremos conocer ya alguno de los ensueños que se hicieron poema por su pluma, y hoy encandilan y emocionan...

"TENGO UN ÁLBUM DE FOTOS..."

Del poemario "Esa chica se ha enamorado de ti". hemos elegido dos títulos. En "Ocho", abre el poeta el álbum de sus recuerdos y contempla fotografías de su chica... El soporte del álbum es su propia imaginación. Poeta de la experiencia, visualiza gozosamente, a su gusto, escenas vividas. Se relame en el pasado con ensoñaciones felices y se dirige coloquialmente, según costumbre, a la amada, como en el transcurso de una carta de amor.
OCHO
Tengo guardadas fotos
tuyas, sin papel kodak,
pero mucho más claras,
vivas, en la memoria.
Tengo guardadas fotos
tuyas del primer día.
Tengo todas tus caras,
tus gestos, tus sonrisas.
Te tengo en jean, en ropa
interior, en la cama,
desnuda, y en la ducha,
junto a mí, enjabonada.
Tomando el sol, bailando,
mirándote al espejo...
Tengo un álbum de fotos
tuyas en el recuerdo.

"SE ILUMINA EL RECUERDO..."

En el otro poema, "Diez", le llega la luz de un recuerdo a través de la brasa de un cigarro y el voluptuoso contoneo del humo. El lenguaje es sencillo, directo, hasta un poco ordinario a veces, como cuando, en un momento tan lírico, escribe "aunque finja que paso". Salvago, para mí, es tan romántico como sus paisanos Becquer, Manuel Machado y Cernuda. Su antirretórica de frases vulgares, de frívolos, amargos, groseros finales de poema cuando la escena se estaba poniendo muy tierna, se me asemeja a un chaleco antibalas para protegerse de envidiosos y malandrines del corazón.
DIEZ
Enciendo un cigarrillo.
La casa está serena.
Se ilumina el recuerdo
y revivo esa escena,
cálida, en la que estamos
tú y yo, sobre la cama,
despiertos y abrazados.
Interior. Madrugada.
El campo sigue fuera,
más oscuro y mas vivo
quizás. Es la primera
vez que te has atrevido
a decirme te quiero.
Y, aunque finja que paso,
detrás de mi silencio,
te miro emocionado.

"NADA SATISFACE AL QUE SUEÑA"

En 1997 publica Salvago su gran antología "Variaciones y reincidencias. Poesía 1977-1997", Renacimiento. El próximo poema forma parte de los doce títulos inéditos hasta entonces, lo último, lo más maduro de su producción hasta la fecha. El mensaje es muy hermoso: denunciar como un peligro distanciar excesivamente el Deseo y la Realidad, los Sueños y la Realidad.
Hay que amar lo presente inmediato, lo que existe aquí y ahora junto a mí, con sus luces y sombras como todo lo humano. Si volamos por las nubes de nuestra fantasía y no aterrizamos el corazón en seres vinculados a nuestro compromiso de vida, nunca seremos medianamente felices. El tesoro del Ideal no está escondido en las estrellas sino en la singularidad de cada ser, en el misterio de cada hermano, de modo que el proyecto de amar y ser amados me parece la más lúcida consigna existencial.
LOS SUEÑOS
No nos dejan vivir y no se dejan
ser vividos.
Los sueños
miden y empequeñecen
la realidad: no hay rostro,
caricia o paisaje
que puedan compararse
con los soñados.
Nada
satisface al que sueña.
Rodeado de frutos, como Tántalo,
el soñador se muere de hambre y sed.
