Yo también amo a Laura

Uno de los temas candidatos a canción del verano es, sin duda, la simpática, cursi, pegadiza, imprescindible Amo a Laura, realizada por la agencia de publicidad Tiempo BBDO para la MTV. Se dice que el autor de la música es Milkyway, de La Casa Azul. Lo mejor sería ver y oír el tema pinchando YouTube.com

¿Parodia o exaltación de la castidad prematrimonial? ¿Se identifican absolutamente con esta filosofía de vida los movimientos cristianos estilo opus, kikos, focolares, evangélicos...? De momento, repasemos el texto completo, inteligente, bello:

Hagamos juntos este crucigrama,
aplacemos lo otro para mañana
cantar contigo me llena de alegría
dejemos todo lo demás para otro día.
Quisiera besarte, pero sin ensuciarte…
quisiera abrazarte pero sin dejar de respetarte
amar es saber esperar…

Amo a Laura…
pero esperaré hasta el matrimonio…

No voy a arrancar esa flor,
quien la destruya no seré yo.

Joven, recuerda que el amor nace del respeto
que no hay nada más hermoso en una pareja
que saber esperar juntos ese momento maravilloso
que es la consumación del amor:
tu paciencia tendrá recompensa…

Amo a Laura…
pero esperaré hasta el matrimonio…

No voy a arrancar esa flor,
quien la destruya no seré yo.


Tenemos los próximos meses para reflexionar detenidamente sobre la sexualidad en el cristianismo. Quisiera confesaros que me chirrían un poco en los oídos frases como "sin ensuciarte" (¿la sexualidad es algo sucio?), "no voy a arrancar esa flor" (¿exaltación enfermiza de la virginidad?). O el título de la supuesta organización que sostiene la campaña: "Asociación Nuevo Renacer por una juventud sin mácula"... De momento declaro que estoy de acuerdo con el Doctor Corbella cuando afirma:

Lo que es realmente lamentable es que muchos jóvenes empiezan a quemar etapas presionados por el ambiente y no por la propia evolución de sus deseos y sentimientos. Un adolescente que quizá se sentía a gusto solamente con besos y abrazos y un diálogo comprensivo con su pareja, por no quedar mal con su grupo social y presionado por el ambiente, se ve involucrado en una relación mucho más profunda. Esta relación, además de producirle poca satisfacción, puede desengañarle, y acabará pensando que era falso lo que le habían explicado, porque no ha llegado a sentir casi nada. Así se desengañan, sobre todo, muchas adolescentes, que empiezan a mentir y fingir el orgasmo, porque, incapaces de relajarse y de poder expresar sus propios sentimientos, descubren que no sienten nada en el momento de las relaciones intimas, pero continúan realizándolas por no quedar mal con su pareja. Por el contrario, el adolescente que respeta su evolución y avanza según sus deseos, y no en función de factores externos, se sentirá cada vez más satisfecho de sí mismo y de su relación afectiva, podrá ir viviendo cada etapa y madurándola con mucha más riqueza personal...
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